Fidel Castro Ruz fue un hombre trascendental en la historia y lucha revolucionaria cubana y que marcó hitos y fue ejemplo también para otros pueblos. Supo convertir los reveses en victorias y la palabra derrota nunca estuvo en su vocabulario.
Fue tenaz en grado sumo, siempre al frente de cada batalla, pero a sabiendas que toda la gloria del mundo cabía en un grano de maíz.
Sufrió más de 600 intentos de asesinato, pero murió en una cama, ya cumplidos los 90 años de edad y su mejor arma fue la moral; esa fue siempre su escudo protector.
Hoy, Cuba entera venera su legado y le rinde homenaje cada 13 de agosto. Pero también se le extraña porque, como no, nos sigue haciendo falta. A siete años de su partida física seguir su ejemplo y legado siempre será la mejor forma de honrarlo. Es por ello que hoy queremos dedicar este zoom de domingo a su figura y a la intensa labor de gobierno que llevó a cabo hasta el final de sus días. Además, no podíamos cerrar de otra manera que con este poema de Carilda Oliver Labra que ha traspasado generciones.
Fotos: Mediateca de la Prensa Cubana
Canto a Fidel
No voy a nombrar a Oriente,
no voy a nombrar la Sierra,
no voy a nombrar la guerra
–penosa luz diferente–,
no voy a nombrar la frente,
la frente sin un cordel,
la frente para el laurel,
la frente de plomo y uvas,
voy a nombrar toda Cuba,
voy a nombrar a Fidel.
Ese que para en la tierra
aunque la Luna le hinca,
ese de sangre que brinca
y esperanza que se aferra;
ese clavel en la guerra,
ese que en valor se baña,
ese que allá en la montaña
es un tigre repetido
y dondequiera ha crecido
como si fuese de caña.
Ese Fidel insurrecto
respetado por las piñas,
novio de todas las niñas
que tienen el sueño recto.
Ese Fidel –sol directo
sobre el café y las palmeras–;
ese Fidel con ojeras
vigilante en el Turquino
como un ciclón repentino,
como un montón de banderas.
Por su insomnio y sus pesares,
por su puño que no veis,
por su amor al veintiséis,
por todos sus malestares,
por su paso entre espinares
de tarde y de madrugada,
por la sangre del Moncada
y por la lágrima aquella
que habrá dejado una estrella
en su pupila guardada.
Por el botón sin coser
que le falta sobre el pecho,
por su barba, por su lecho
sin sábana ni mujer
y hasta por su amanecer
con gallos tibios de horror;
yo empuño también mi honor
y le sigo a la batalla
con este verso que estalla
como granada de amor.
Gracias por ser de verdad,
gracias por hacernos hombres,
gracias por cuidar los nombres
que tiene la libertad…
Gracias por tu dignidad,
gracias por tu rifle fiel,
por tu pluma y tu papel,
por tu ingle de varón.
Gracias por tu corazón.
¡Gracias por todo, Fidel!
Fidel por siempre (+Fotos)
Hace 97 agostos nació en Birán el que poco tiempo después pusiera sus ideas y su corazón en el proyecto revolucionario cubano: Fidel Alejandro Castro Ruz...
en Exclusivo
13/08/2023
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