Friends

Si hay una serie angloparlante que no necesita presentación, incluso para el público hispano, es Friends. Tal es su influencia que puedo asegurar que no hay un cubano nacido entre los años setenta y ochenta del siglo pasado que no haya visto al menos un capítulo.

Producida por Marta Kauffman y David Crane, se emitió por primera vez en 1994 por la cadena estadounidense NBC y terminó en el año 2004. Probablemente todos los que lean este texto lo saben: trata sobre un grupo de seis amigos -Rachel Green, Monica Geller, Phoebe Buffay, Joey Tribbiani, Chandler Bing y Ross Geller (Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc, Matthew Perry, David Schwimmer, respectivamente)- que viven en Nueva York. Está compuesta por diez temporadas de 24 capítulos cada una.

Hay muchos factores que llevaron a su éxito rotundo. Primero, las actuaciones, el uso de los estereotipos en las personalidades para crear un humor más efectivo, el como la serie va avanzando en el tiempo y los personajes maduran y se crecen. Luego, la medida exacta que tiene el guión a la hora de mezclar todos esos elementos. Por último, el canto que es la serie a la amistad, la solidaridad, el apoyo mutuo…

¿Qué cuáles son los estereotipos que desarrolla cada personaje? El sarcasmo le pertenece a Chandler, el surrealismo a Phoebe; la ternura cándida es de Ross; las contradicciones perennes, de Rachel; el How do you doing, de Joey y la competitividad, de Mónica.

A diferencia de otras comedias más basadas en la réplica fácil o la respuesta ingeniosa, Friends acertó estrepitosamente cuando combinó tramas que hacían relucir los rasgos de sus personajes con la calidez que implica, para todos los potenciales espectadores, estar rodeados de amigos. En otras palabras, un buen guión y una buena puesta en escena en función de hacer vibrar las emociones humanas.

Cada capítulo deviene una comedia de impecable factura. También, la química enorme entre los integrantes del reparto puede sentirse más allá de la pantalla.

Sin embargo, como toda la ola estética, Friends tiene detractores. Qué dicen los enemigos de Friends (entre los que cuales no me encuentro).

1.  Que eran unos amigos demasiado exclusivos... Hasta el punto de ser medio enfermo el asunto.

2.  Que a menudo resultan un tanto superficiales. Por ejemplo, todos se quedan dormidos cuando Ross habla de algo interesante...

3.  La preponderancia que le dan al físico.

4.  Que Phoebe, que es la hippie del grupo, se asuste ante un acto de escenografía sexual libremente escogido por hombres y mujeres adultos, como es la pornografía.

Pero los detractores de Friends son una minoría absoluta. La serie está pensada para gustar al más amplio público. Los guionistas se las arreglan para hacer un humor polite (políticamente correcto). Jamás hacen –como por ejemplo, abundan en South Park- bromas que discriminen por género o en alguno sentido. Jamás el humor es soez o irrespetuoso.

Aunque tiene algún que otro momento reiterativo, es, de lejos, una de las mejores comedias sobre la generación que la protagoniza. Es una serie que provocará nostalgia y dará –inevitablemente- deseos de quedar con las amistades más divertidas que tengamos… para tomar café y divertirnos juntos.