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sábado, 23 de noviembre de 2024

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un blog de Mayte María Jiménez

¿Cuándo estamos listos para ser padres?

La decisión de ser padres y madres puede ser una de las más complejas en la vida de todo ser humano. Sin embargo, nunca se estará totalmente preparado, ni existen en todos los casos la pareja ideal o soñada para ese momento…

Mayte María Jiménez
en Exclusivo 20/09/2013
4 comentarios
Padres
Ser padres es una tarea que se aprende con la práctica, el tiempo y mucho amor.

Hace pocos días un buen amigo me confesó la feliz noticia de que sería padre. Como aún no he pasado por esa experiencia, cuando lo escuché enseguida varias preguntas vinieron a mi mente: ¿cómo alguien puede saber si es el momento o la persona indicada?, ¿cuánto de lo esperado llega a ser inesperado si planeas un proyecto futuro?, ¿cómo visualizar la vida a partir de ese momento?

Aunque casi todas las personas, en alguna etapa de la vida, sienten la necesidad de tener hijos, como si la naturaleza, en su estrategia de preservar la especie detonara dentro de cada quien un chip que anuncia la necesidad y el deseo de tener una familia; la idea o la certeza de ser padres y madres no siempre se acompaña de ese deseo intrínseco.

Tanto en sociedades desarrolladas como en las menos avanzadas, la decisión de tener descendencia está mediada por factores objetivos y subjetivos que sobrepasan las leyes naturales de la reproducción humana.

La mayoría de las veces la pareja, se pondera la superación profesional, el trabajo, el matrimonio y el asentarse en una casa independiente, antes de tener hijos.

Entonces la edad, el ritmo de vida, la dificultad de acceder a una vivienda, los hábitos a los que la pareja no quiere renunciar, etc…derivan en causas muy frecuentes del por qué los jóvenes tardan cada vez más en tener hijos.

Sin embargo; distanciándonos un poco de lo objetivo y pragmático del asunto, la decisión de tener descendencia es como abrir una puerta a un camino desconocido, que debe ser valorada debidamente en la pareja, y no asumirse como una manera de contrarrestar aburrimientos o problemas; de variar circunstancias o escenarios.

Tener un hijo es una determinación trascendental que modificará la vida de al menos dos personas. El día a día puede traernos problemas profesionales, financieros y de salud en cualquier instante, y se deben tener bien sentadas las dinámicas emocionales y psicológicas de la pareja para que, incluso los períodos más difíciles se convierten en una enseñanza de cuánto somos capaces de amar.

NO TODO ES COMO SE SUEÑA

Mientras la medicina moderna desarrolla nuevas formas para que parejas con dificultad puedan tener niños, es considerable a nivel internacional el número de hombres y mujeres que optan cada vez más por no tenerlos nunca.

Investigaciones realizadas indican que entre los años 2007 y 2011 la natalidad en países como Estados Unidos, por ejemplo, se apreció que bajó un 9 por ciento la cifra de nacimientos, mientras que una de cada 5 mujeres vive sus años fértiles sin concebir.

La cifra es preocupante pues en los años 70 la proporción era de una de cada diez. Lo más curioso es que la tendencia tiene lugar en varios grupos demográficos y de estatus económicos.

Para algunos estudiosos, el desarrollo de la medicina es uno de los factores que contribuyen a la decisión. Los avances médicos han convertido la maternidad en una opción que las mujeres pueden decidir no elegir.

El intelecto también podría ser un factor influyente. Las mujeres posponen la maternidad en favor del trabajo o la educación, y no tanto por no encontrar la pareja ideal, y al final desarrollan estilos de vida que disfrutan.

TÚ DECISIÓN…MI DECISIÓN

Para muchas personas cuando se piensa en tener hijos, existe un idilio que le ubica una meta, en ocasiones inalcanzable, de darle lo mejor a ese nuevo ser. Pero la vida demuestra que ese «bienestar» no siempre se logra, pues muchos factores sociales, económicos o sentimentales pueden atentar contra él.

En otro punto, muchas parejas cometen el terrible error de tener descendencia para llenar huecos y grietas en la relación, cuando en verdad, un niño no trae unión a una pareja en crisis, al contrario, el estrés y el cansancio muchas veces ponen en riesgo la relación.

Según los psicólogos, los cambios en la dinámica familiar son tremendos, y la pareja debe ser muy fuerte, estar en la misma «sintonía», o sea, tener planes comunes a largo plazo y confiar y respetar al otro en todos los sentidos.

Quizás por eso, en cuestión de hijos, lo esperado o idílico no siempre sucede. Más que el momento, lo más importante es la persona, y el estar seguro de querer tenerlo entre los dos miembros.

Tarde o temprano, frente a los problemas puede aparecer un sentimiento de frustración. La familia puede ayudar y orientar a los más jóvenes, de modo que sea capaz de sopesar todos los factores posibles, desde el estado de salud, la relación con tu pareja, o la situación laboral, pero lo más importante sigue siendo la decisión firme de contraer un compromiso con un hijo.

A lo largo de los años, uno escucha tantas historias, que vamos desentrañando que al final esta es una decisión que supera deseos, anhelos, proyectos, circunstancias, obstáculos, sentimientos.

En esta aventura nada es absoluto, eso sí, hace falta mucho coraje para asumir y luchar por lo que queremos sea cual sea el escenario. Tener un hijo requiere de dos partes, y una vez que ocurre, sino se está seguro de la elección, el camino es inesperado…


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Mayte María Jiménez

Periodista del Diario Juventud Rebelde y editora del Suplemento En Red, dedicado a Ciencia, Salud, Tecnología y Medio Ambiente. Aborda temáticas relacionadas con juventud, sociedad, salud, ciencia, economía y otros tópicos de la actualidad nacional de Cuba. Coautora del libro Periodismo incómodo: la cuadratura del círculo, de la Editora Abril

Se han publicado 4 comentarios


ACR
 13/3/20 11:43

Excelente este trabajo, profundo y abarcador. Creo que en nuestra sociedad, aunque estemos listos fisica y emocionalmente no siempre existen ni disponemos de todas las condiciones económicas y mas bien las parejas en sentido gral tienen a sus hijos por obra del día a día, llegó y se adaptan a la idea y las responsabilidades que conllevan. Son anhelados pero no planificados en el tiempo. Hemos aprendido mas a limitar el numero que el cuando tenerlos. 

ady
 27/12/17 9:46

Me ha gustado mucho este artículo,principalmente por la forma en que desarrollan una idea tan polémica en nuestro país como es la natalidad,en mi caso, tengo 25 años y ya se ha despertado en mi el instinto maternal,estoy enamorada de esas personitas que pueden ser creadas con tanto amor. Se que soy joven pero durante mi evolucion por la vida no he quemado etapas y ahora mismo siento y quisiera sentir esa gran oportunidad que es ser madre

aac
 27/9/14 10:31

quiero saber los codigos postales de cuba y sus provincias.

Mari
 21/9/13 9:49

Bonito trabajo y muy interesante, sobre todo para nosotros los jóvenes que aún no somos padres y que pronto lo seremos!!!

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