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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Teledirigir al teletrabajador (II parte)

También la organización del trabajo es imprescindible en el teletrabajo y el trabajo a distancia...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 03/07/2020
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Hay que cuidarse del deslumbramiento de que teletrabajar nos evita los contratiempos del transporte. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

La primera parte de esta nota se refería a cómo en talleres de artesanía dedicados a tejer artículos de yarey intentaron en la década de los 70 del siglo pasado agrupar en un lugar a los trabajadores que hacían su faena en sus hogares con la materia prima que les suministraban.

Sin dudas, tal pretensión que no pudo ejecutarse obedeció a la incapacidad derivada del desconocimiento de las técnicas de dirección de la administración para conducir las labores por los caminos de la productividad y la terminación a tiempo de una obra.

Aunque han pasado 50 años de aquel incidente y cuando todavía no es lo generalizado hasta donde hace falta el buen uso de las prácticas de dirección en escenario tradicionales, se cambia su decorado con las posibilidades de las nuevas tecnologías en un ambiente de crisis por una pandemia.

Pero el asunto no es únicamente que la organización del trabajo también tiene sus requisitos en las modalidades de teletrabajo y trabajo a distancia, sino que abundan quienes creen superficialmente que basta con cambiar el puesto laboral hacia el hogar.

Un amigo, conocedor de que el redactor de estas notas teletrabaja desde hace un buen tiempo, afirmó enfáticamente: “yo tengo una computadora portátil y de mesa propias, son mías, tengo teléfono fijo y celular también míos, y los jefes no quieren que trabaje en mi casa ni a pesar de que yo pago los gastos de electricidad y comunicaciones”.

Muy cierto que hay directivos con parálisis paradigmática que rechazan lo novedoso, mientras otros quisieran ponerse a tono con los tiempos, pero no saben cómo, ni tampoco cuentan con asesoría ni orientaciones precisas que vayan más allá de decirle que son modalidades respaldadas por la legislación laboral.

Lo que mal empieza mal acaba, dice un refrán respaldado por otro: árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza, por lo cual vale la pena aplicarle ciencia y técnica al asunto, pues no se trata solo tan tajantemente que los administrativos no quieren.

El amigo de la consulta llegó a sus conclusiones: “Claro que si el trabajo lo hago para un empleador, es él quien tiene que darme los instrumentos, pues yo tampoco los voy a llevar a la oficina porque son míos, ¿y cómo voy a pagar los gastos de electricidad, reparaciones y mantenimiento si eso sería como rebajarme el salario?”.

Aquello de no llegar o pasarse cabe en este tema, pues no debe ser bueno que de la noche a la mañana se salga de la oficina para la casa, donde también hay que reorganizar la vida familiar, pues ninguna faena debiera interferirla, como tampoco el trabajo debe destruir un hogar.

Hay que cuidarse por un lado del deslumbramiento de que teletrabajar nos evita los contratiempos del transporte, el intercambio a veces no deseado con los colegas; y por otro, de que será un problema menos en una oficina, pues solo habrá que exigir que alguien cumpla.

Muchas opiniones podrá haber, pero vale la alerta de que hay muchas más preguntas que respuestas.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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