Polémica siempre trae el más importante espectáculo que alrededor del futbol se organiza, pero esta edición de Qatar sonó como sus piedras. Cuestionamientos y reacciones, críticas y justificaciones recolocaron en la grama comunicacional nociones como “raza”, “multiculturalidad” e “inclusión”. Debates y titulares dejaron en evidencia la hipocresía y los dobles raseros que prevalecen al registrar estos eventos. Sombras proyectadas, ya como sombras o como simulacros, sobre una banda sonora que fue saliendo, ni tan sonante como otros años, ni tan armoniosa como hubiese preferido la FIFA.
El primer partido de la discordia se dio en Zúrich, el mismísimo jueves 2 de diciembre de 2010, cuando Joseph S. Blatter anunció el resultado de la votación en el Ejecutivo de la FIFA. Pese a su nula tradición futbolística, su escasa amplitud territorial y reducida población, más sus agobiantes temperaturas en la etapa estival que obligaron a correr la competencia a los inéditos meses de noviembre y diciembre, el pequeño emirato gobernado por una monarquía absoluta hereditaria fue designado como sede de la Copa Mundial del 2022.
Luego, se acumularon pruebas y testimonios que demostraban que la votación a favor de Qatar estuvo atravesada por actos flagrantes de corrupción.
Aunque en la narrativa globalizada fue central la violación de los derechos humanos en aquel país, ciertas, pero interesadamente aprovechadas para marcar el orden colonizador: la civilización en Occidente, la barbarie fuera de allí.
Según The Guardian, muchos migrantes tuvieron que trabajar en condiciones inhumanas, y al menos 6.500 trabajadores murieron en la construcción de los diferentes estadios de fútbol, la inmensa mayoría emigrantes (el 85 % de su población y el 94 % de su fuerza laboral). El otro foco de las críticas, las desigualdades de géneros imperantes en el emirato, el sistema discriminatorio de tutela masculina que se aplica a las mujeres y les niega el derecho a tomar decisiones claves sobre sus vidas, más la situación de las comunidades LGTBI, el hecho de que la homosexualidad sea ilegal y que puede castigarse con hasta siete años de cárcel.
Con estas piedras rodando, la FIFA calculó no sumar más ruidos y no se arriesgó a declarar algún tema musical como himno que identificara el torneo. Como se había hecho tradicional desde 1990, desde el “To be number one”, con Giorgio Moroder, Edoardo Bennato y Gianna Nannini, para el Mundial de Italia; hasta el "Live it up”, con Nicky Jam, Will Smith y Era Istrefi, para el de Rusia 2018. Incluidos hit mundiales como “The Cup of Life” (“La Copa de la Vida”) del boricua Ricky Martin, tema oficial del evento de 1998 realizado en Francia, y “Waka Waka (This Time for Africa)” de la colombiana Shakira, para el primer Mundial realizado África, en 2010.
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Para esta vez no una, sino varias “canciones oficiales” sirvieron para promocionar este Mundial. Los que cortan el pastel de este gran negocio decidieron no tener un himno oficial, aunque no renunciaron a relacionar su propia marca y las de sus socios, a través de una banda sonora concebida exclusivamente para Qatar 2022.
No es difícil imaginar que, orientados en la búsqueda de las mayores ganancias, los de la Federación Internacional manejaron con sus socios de las grandes disqueras la participación de las más populares estrellas. Pero al toparse con que varias de estas declinaban, de manera pública o no, optaron entonces por la moneda “multicultural”, con no pocos jugadores de la banca. La más pertinente jugada para limpiarle la cara a un evento, o más bien a una sede, señalada precisamente por la exclusión.
- Consulte además: Rusia 2018 ¿dos himnos oficiales?
El primer sencillo se publicó en abril de 2022. “Hayya Hayya (Mejor juntos)”, lo protagoniza la cantante estadounidense de origen afromexicano Trinidad Cardona que se hace acompañar por el músico nigeriano Davido y la sensación qatarí AISHA. El tema, con influencias del reggae y R&B, forma parte de la estrategia FIFA Sound, presentada a principios de 2021, con la que la federación pretende llegar a una audiencia internacional a través de la unión del fútbol y la música.
“Al reunir voces de las Américas, África y el Medio Oriente, esta canción simboliza cómo la música y el fútbol pueden unir al mundo”, comentó el director comercial de la FIFA, Kay Madati. “Como parte de la renovada estrategia musical de la FIFA, la banda sonora compuesta por varias canciones acercará a los fanáticos apasionados al espíritu de la Copa Mundial de la FIFA como nunca antes”.
Un tema festivo, sí, pero con la asignada dosis de resignación, la música para olvidar las penas que causan la pobreza y la desigualdad: “La vida puede tener altibajos, pero ¿qué puedes hacer, eh?/ Navegamos a través de todo lo áspero y lo suave, sí/ Tenemos ese rock and roll, ese ritmo y el blues, sí, sí/ Nunca estoy triste si estoy rockeando contigo”.
Cuatro meses después, la federación de fútbol lanzó el tema “Arhbo” que cuenta con la participación vocal del rapero congolés-francés Gandhi Bilel Djuna, conocido como Gims, y de la la estrella boricua Ozuna. Arhbo es una palabra del argot local que quiere decir “bienvenido”.
“Creo que ‘bienvenidos, bienvenidos a casa, lo dice todo”, afirmó el puertorriqueño en su momento. “Cualquiera que sea el viaje en que todos estaban, los trajo aquí, a este momento, y para ese momento están en casa. Dicen que ‘el hogar es donde está el corazón’, ¿verdad? A todos los que vienen, y todos los que de todo corazón quieren venir, les decimos ‘bienvenidos, ¡bienvenidos a casa!’”.
En octubre se dio a conocer la tercera canción que tiene como productor al marrroquí Red One y en la que participan su compatriota y galardonada cantautora Manal, la superestrella iraquí Rahma Riad, la sensación marroquí-canadiense Nora Fatehi y la cantante emiratí Balqees. Una propuesta bien femenina, para que después no digan…
“‘Light the Sky’ nos dice ‘grita si estás conmigo’ y da vida al espíritu de celebración comunitaria de la Copa Mundial de la FIFA. Un mensaje energizante a las puertas de un torneo innovador lleno de primicias”, dice RedOne, el productor musical y además ejecutivo de entretenimiento de la FIFA. “Esta es una canción inspiradora con raíces afincadas en el Medio Oriente. También es apropiado que las primeras mujeres árbitros en una Copa Mundial de la FIFA formen parte de este lanzamiento que conectará con los amantes del fútbol y la música de todas las edades”.
Pocos días antes de que se inaugurara el Mundial, se publicó en las diversas plataformas “Tukoh Taka”, interpretado por la trinitense-estadounidense Nicki Minaj, el colombiano Maluma y la libanesa Myriam Fares. La canción, producida por Gordo, Play-N-Skillz y Massari, hace historia como la primera de la Copa Mundial de la FIFA con letras en inglés, español y árabe. El tema fue presentado por primera vez en vivo en la inauguración del FIFA Fan Festival celebrado 19 de noviembre al 18 de diciembre en el parque Al Bidda de Doha.
“El objetivo de `Tukoh Taka´ era hacer un disco que celebrara la unidad, la cultura y la diversidad a escala mundial” explicó el productor musical Wassim ‘Sal’ Slaiby, fundador y director ejecutivo de Universal Arabic Music.
La banda sonora de esta lid universal incluyó títulos como “The World is Yours to Take”(El mundo es tuyo), del rapero estadounidense Lil Baby; “Ulayeh[at1] ”, colaboración del colombiano Sebastián Yatra y el artista marroquí Nouamane Belaiachi para “Ulayeh”; “Vamos a Qatar”[at2] , por Marco Antonio Solis y Los Bukis; la versión que hiciera Camilo de su canción “Aeropuerto”; “Donde nací[at3] ”, del ecuatoriano Johann Vera, y “Golear[at4] ”del DJ y productor BLVD que recurrió al rapero y cantante puertorriqueño Guaynaa.
Músicas cocinadas con la misma recetas, con los acordes ya asociados con lo festivo, un ritmo pegajoso y tribal, fusión de géneros locales en envoltorios poperos, con algo de “la la la” y “oe oe oé”, más un toque de multilenguaje (inglés, español, árabe…).
Para la ceremonia de apertura previamente se anunció la participación de grandes figuras de la música internacional. Se rumoró de la participación de Shakira, Black Eyed Peas y el más joven integrante de BTS, Jung Kook. Más, solo el surcoreano anticipó su asistencia, en la mañana del 12 de noviembre la traves de las cuentas oficiales en redes sociales de la banda. El anuncio tuvo reacciones contratantes: unos celebraron el alcance del proyecto de K-pop, mientras otros lamentan que BTS se involucrara con uno de los torneos más polémicos en cuanto a derechos humanos.
Más cerca del 20 de noviembre, la FIFA prometió una “ceremonia deslumbrante”, con Jung Kook y el local Fahad Al Kubaisi quienes interpretarían “Dreamers”, un tema que según los organizadores evoca los principios que defiende la cita: “la unidad sin distinciones, a través del respeto y la inclusión”. En armonía con el motivo inspirador de la apertura, la Tierra como esa gran tienda en la “que todos vivimos”. Sin embargo, tan solo la estrella de BTS, la cantante qatarí Dana Al-Fardan y su compatriota Fahad Al-Kubaisi actuaron. La mencionada artista local fue la única mujer que protagonizó el espectáculo y lo hizo con la cara tapada.
Pero, conforme se acercaba la cita, estrellas femeninas como Dua Lipa y Shakira, vinculadas inicialmente con este Mundial de Qatar, anunciaron sus negativas a participar. Como ellas, declinaron otras estrellas como Rod Stewart y Alicia Keys.
Fue la periodista Adriana Dorronsoro en El programa de Ana Rosa, la que confirmó que la colombiana, con más Copas del Mundo que muchos futbolistas, no iba a actuar en la ceremonia de inauguración, cual se había revelado a través de la cuenta de Twitter del World Music Awards.
Dua Lipa se pronunció más contundentemente: “‘Actualmente hay mucha especulación de que actuaré en la ceremonia de apertura de la copa del mundo en Qatar. No actuaré y nunca he estado involucrada en ninguna negociación para actuar’, dijo en una publicación de Instagram.”Estaré animando a Inglaterra desde lejos y espero visitar Qatar cuando haya cumplido con todas las promesas de derechos humanos que hizo cuando ganó el derecho a albergar la Copa del Mundo. Con amor, Dua x’”, agregó
En oposición, el también británico Robbie Williams defendió su interés en participar en Qatar. Para este sería “hipócrita “no actuar. “No acepto ningún tipo de abuso, en cualquier parte, pero si no pudiéramos actuar en todos los países que no respetan los derechos humanos, no podría ni actuar en mi cocina”, dijo el artista a la prensa inglesa.
Por su parte, el reguetonero Maluma respondió en entrevista que las violaciones de los derechos humanos en Qatar no era algo que él podía resolver. “Solo vine aquí para disfrutar la vida, disfrutar el fútbol y la fiesta del fútbol. No es algo en lo que realmente tenga que involucrarme. Estoy aquí disfrutando de mi música y la vida hermosa, jugando fútbol también”, expresó, antes de levantarse del set y marcharse, ante la insistencia del periodista.
Otro tanto aconteció con la clausura en el Estadio Lusail, previo al encuentro en ter Argentina y Francia, entre el equipo más africano de los europeos y el mas europeo de los latinoamericanos. La final que había soñado el empresario catarí Nasser Al-Khelaïfi, el dueño y presidente del Paris Saint-Germain, para posicionar en el centro de la cancha mediática a sus marcas más cotizadas: Lionel Messi y Kylian Mbappé.
El espectáculo de 10 minutos incluyó algunas de las canciones de la banda sonora oficial de la FIFA, interpretados por los mencionados David Adeleke (Davido) y Aisha, Ozuna y Gims, Nora Fatehi, Balqees, Rahma Riad y Manal. Menos estelares que lo que la FIFA deseó.
Una vez más, lo “multicultural” convertido en moneda de cambio; la “inclusión” como asistencia, solo cuando es rentable; tal como que lo emigrantes son “franceses” sin pelean una copa y nos las traen. Futbol, música y espectáculo para entretenernos (de la realidad) e ilusionarnos.
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