Como muestra de la voluntad hidráulica del país, planteada por el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, e impulsada por el General de Ejército Raúl Castro, se ha trabajado en la construcción de trasvases, con el objetivo de evitar inundaciones y garantizar el abastecimiento de agua a la población y la economía a fin de mantener el equilibrio en el uso del vital líquido.
“Cada año se destinan más de 100 millones de pesos en la ejecución de estas obras, priorizadas por la máxima dirección del país, y más de un millón de pesos para mantener las construcciones asociadas”, comentó Antonio Rodríguez Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH). El directivo añadió que estas no son obras para las sequías, sino para equilibrar el uso del agua llevándola desde donde está en exceso hacia donde es deficitaria, y hacia donde se requiere para los cultivos y la población.
En Cuba existen 10 sistemas de trasvases con desigual régimen de explotación, para lo cual se labora mediante acciones de mantenimiento ascendentes en 2020 a alrededor de un millón de pesos. Dichas acciones, son ejecutadas por brigadas del propio organismo, en la mayoría de los casos.
Según declaraciones de Yoel Llorente Truyenque, vicepresidente de Gestión Integrada de las Aguas Terrestres, esta infraestructura hidráulica abarca unos 292 kilómetros de canales, conductoras y túneles, los cuales permiten trasvasar 262 millones de metros cúbicos de agua anualmente; y este año se prevén trasladar 104 millones de metros cúbicos del líquido.
Actualmente, en el país se han definido tres grandes trasvases Centro-Este, Este-Oeste y Norte-Sur, los cuales se encuentran en desarrollo constructivo, pero ya benefician con riego a más de 52 mil 600 hectáreas agrícolas, según informó Roberto Pupo Verdecia, director de la Empresa de Servicios Ingenieros-Dirección Integrada de Proyectos trasvases (ESI-DIP TRASVASES).
El Centro-Este, de mayor nivel de ejecución, beneficia áreas agrícolas de las provincias de Ciego de Ávila y Sancti Spíritus, además de que se aprovecha en la acuicultura y la generación de electricidad mediante fuentes renovables.
Por su parte el trasvase Norte-Sur, en la provincia de Guantánamo, tiene culminada su primera etapa, con la construcción de una derivadora en el río Sabanalamar que, por gravedad lleva el agua hasta Pozo Azul, lo que ha impactado positivamente en el desarrollo agrícola del fértil valle de Caujerí.
El funcionario explicó que el trasvase Este-Oeste consta de seis etapas, dos de las cuales ya se culminaron y una tercera se ejecuta este año, lo que ha beneficiado el abasto de agua a la ciudad de Holguín, el polo turístico de la zona norte-oriental, el riego y la mitigación de los efectos de inundaciones ante intensas lluvias.
Añadió que los trasvases Nipe-Gibara y Colorado-Naranjo formaron parte de la primera etapa del Trasvase Este-Oeste, mientras que el Sabanalamar-Pozo Azul de la primera etapa también, del Trasvase Norte-Sur.
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