No se puede negar las ventajas que proporciona en nuestras vidas, la tecnología móvil llegó para quedarse; se puede llamar en caso de una emergencia dondequiera que estés, facilita la comunicación con las personas distantes, las aplicaciones te entretienen y te informan de lo que ocurre en el mundo, puedes escuchar música, así como tomar fotografías y videos, entre otras facilidades.
Pero como bien dice la frase popular, “todo en exceso es malo”; y en algunos se vuelve una especie de obsesión tener el celular constantemente en las manos. Todo por si acaso, por si entran mensajes o alguna llamada, por si recibe una nueva notificación de las redes sociales, para chequear el estado de la batería, se siente mal si no lo tiene cerca, entre otras preocupaciones típicas de la “nomofobia”.
Artículos publicados en sitios digitales aseveran que entre los síntomas de este trastorno de ansiedad figuran el temor, la inseguridad, la sensación de estar desconectado, el no concentrarse en las actividades diarias por miedo a perder alguna información. Si se descuida esta adicción, al final estas pequeñas computadoras pueden llegar a controlar sus vidas, tanto en el plano personal como social.
¿Cuántas veces apreciamos en las calles a un grupo de amigos que no socializan tanto como deberían por estar inmersos en sus aplicaciones móviles? Incluso, chatean y sustituyen emociones reales con emoticones entre ellos, estando solo a escasos metros de distancia. Hasta los pequeños de casa en ocasiones no interactúan ya con juguetes para entretenerse, sino con estos “aparatos inteligentes”. Y lo más alarmante es el número creciente de personas bajo ese nivel de adicción.
¿“Somos androides”?, deberían entonces cuestionarse esas personas, como afirma en uno de sus más recientes temas el reguetonero cubano Chacal (Ramón Lavado Martínez, quien en los últimos tiempos ha recibido buenas críticas por su incursión en otros géneros como la bachata, la balada y el flamenco).
Mi criterio personal es que aún no; el celular es una buena herramienta, todo está en saber utilizarla y tener bien delimitada la frontera de esa dependencia; lo que sí es claro que esa letra del Chacal constituye una alerta sobre el uso excesivo de las nuevas vías para la interacción social, la cual no debe desaparecer por muy avanzada que esté la tecnología móvil.
Roxana
7/8/17 9:03
1. Gracias por la alerta... 2. Buenas imágenes
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