Existe un sinnúmero de terapias que ayudan a calmar el estrés, aliviar la ansiedad y disminuir las emociones negativas. La musicoterapia es una que puedes practicar en casa. Esta te traerá mayor bienestar.
Escuchar música causa que tu cerebro produzca dopamina, un químico que ayuda a sentirte bien. Además, disminuye la percepción del dolor físico e influye sobre estados subjetivos como la depresión o la ansiedad. En esta capacidad de las ondas sonoras para alterar el funcionamiento del cerebro se basa la musicoterapia.
¿QUÉ TIPOS DE MUSICOTERAPIA SE PUEDE PRACTICAR?
Escribir canciones: Esta es una forma de musicoterapia. No importa que no seas bueno rimando o con las metáforas, lo importante es que expreses cómo te sientes.
Producir música con un instrumento: si sabes tocar algún instrumento puedes elegir una canción que conozcas y tocarla. De igual modo, puedes componer tus propias canciones.
Escuchar música: solo necesitas algún aparato que te permita escuchar tu lista de reproducción, elegir las canciones y darle “play”.
Hablar sobre la letra de canciones: También puedes compartir con tus amigos cómo te sientes respecto a determinada canción, reflexionar, intercambiar criterios.
COMIENZA LA TERAPIA
Una vez que conoces las diferentes formas en las que puedes practicar la musicoterapia, solo queda ponerte en acción.
- Elige un espacio cómodo en el que no te interrumpan.
- Selecciona la música en base a las emociones que quieras combatir o las que quieras desarrollar: las canciones con ritmo más lento se asocian a estados hipnóticos, meditativos o de relajación; mientras que las canciones con un ritmo más rápido se relacionan con mayor concentración y actividad.
- Coge el lápiz en mano, dale “play”, toca esa nota, o inicia la conversación.
- Durante el proceso trata de inspirar lenta y profundamente, y permitir que el sonido o las ideas sobre la canción se apoderen por completo de tus pensamientos. Concéntrate. Disfruta lo que haces y tendrás mejores resultados.
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