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lunes, 18 de noviembre de 2024

Carlos Scolari: nómada en las redes

El renombrado investigador y profesor en el ámbito de la comunicación digital está en Cuba y comparte en exclusiva para los lectores de Cubahora algunos criterios sobre las posibilidades educativas de los medios...

Raúl Enrique Medina Orama en Exclusivo 20/11/2017
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Carlos Scolari en FCOM
El profesor Carlos Scolari en una de las últimas jornadas del IX Encuentro Internacional de Investigadores y Estudiosos de la Información y la Comunicación (Icom 2017). (Fernando Medina Fernández / Cubahora)

Carlos Scolari acaparó la atención durante una de las últimas jornadas del IX Encuentro Internacional de Investigadores y Estudiosos de la Información y la Comunicación (ICOM 2017). Está en La Habana, en la Facultad de Comunicación de la universidad capitalina, donde es de los más conocidos visitantes entre los llegados de una quincena de naciones.

Muchos estudiantes le piden compartir un selfie. Para explicarnos la popularidad del argentino residente en Europa no bastan sus novedosos estudios en medios digitales, interfaces y ecología de la comunicación. Tiene a su favor el idioma compartido, su carisma y buen humor. Además, es “amigo” de varios de los muchachos que le rodearon en conferencias y charlas, ellos “le siguen” por varias de las redes sociales digitales, esas anchas avenidas que le han nacido al territorio del que se dicen nativos.

Scolari

El profesor recuerda aquellos años cuando no era un experto estudiado en facultades de América y Europa, si no un alumno que tenía —bromea con los reporteros de Cubahora— “menos arrugas y más pelo”.

Vivió una época interesante en la universidad argentina, durante el proceso de transición a la democracia. Cada día había cosas para leer, descubrir y debatir.

“Tuvimos que reformular los planes de estudio, incorporar muchos temas prohibidos. Fue un redescubrimiento de bibliografía, pues durante siete u ocho años el país estuvo en el congelador y entonces llegaron nuevas teorías”.

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En las clases se pasaba de Michel Foucault a Antonio Gramsci y Walter Benjamin, y de ahí a Jesús Martín Barbero y Néstor García Canclini. Al país volvían exiliados de España, Venezuela, Cuba, México…

Luego aquella vorágine se fue estabilizando. “Me empecé a aburrir y me fui a Italia en los años 90”, recuerda.

Él se considera un nómada, un migrante que tuvo la suerte de viajar de lo analógico a lo digital, de América a Europa y de la máquina de escribir Olivetti al MacBook. Cuando llegó a Italia comenzó un viaje que lo llevaría hasta las investigaciones sobre la nueva ecología de los medios y las narrativas transmedia, favorecidas por la emergencia y desarrollo de la World Wide Web.

ENTRE REDES

Viaja mucho Carlos Scolari, como trashumante que es. Durante sus periplos captura imágenes que luego comparte en Instagram y otras plataformas.

Desde los quince años siempre ha hecho fotografías, incluso, durante un periodo de manera profesional. La semana próxima elegirá las diez mejores instantáneas que ha sacado de La Habana durante estos días y las subirá a la web.

Historia

“Siempre me costó mucho sacarle fotos a las personas porque lo veo como una violencia. Prefiero las arquitectónicas o de paisajes: lugares donde no hay gente o están muy lejos.

”Me genera un problema familiar porque vamos de vacaciones y a veces me tienen que insistir para incluirnos en la imagen. En mi Instagram hay poquísima gente retratada, solo detalles, cosas muy pequeñas o muy grandes en planos generales”.

De todas prefiere Twitter, considera la plataforma “una súper fuente de información”. Es fundamental para él y muchos de sus colegas del circuito académico.

Scolari

 “Claro, si uno analiza su situación actual encuentra que está totalmente estancada, no crece, en un mundo donde las demás aumentan todos los meses su base de usuarios. Es una red que no terminó de encontrar su modelo de negocio”.

También utiliza Facebook, pero es quizás a la que dedica menos tiempo: “Allí veo mucho cotilleo, y también se discute muy mal a veces. Cuando noto un clima medio de violencia verbal, no participo en las polémicas. No rechazo a las personas que piensen diferente, si no cuando no se conducen según las buenas formas de comunicación online”.

—¿Son explotadas las posibilidades educativas de estos medios?

—Apenas. Queda mucho por hacer. Por ejemplo, diseñamos un ejercicio para los alumnos de primer año de la universidad Pompeu Fabra: leer un libro de Humberto Eco y convertir cada capítulo en 20 tuits de frases textuales o resúmenes de ellas. Un día en Barcelona fuimos trending-topic porque lanzamos todos los tuits una tarde, el #EcoDay. Se sumó mucha gente de América Latina. Fue una linda movida.

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“Las posibilidades están menos aprovechadas en Facebook e Instagram. Los adolescentes son muy fans de Instagram, dominan los últimos filtros, la creación de memes, las combinaciones texto-imagen, creo que hay un filón ahí para trabajar en el aula con los alumnos. Justamente nuestro proyecto Transmedia Literacy (Alfabetismo Transmedia) incluye una serie de actividades didácticas para explotar estos conocimientos que tienen los jóvenes”.

—¿Cómo imaginas el ecosistema de medios futuro?

— Imposible decir a dónde va, porque toda esta red sociotécnica que incluye a los medios de comunicación es un sistema complejo, donde un pequeño cambio puede generar otro enorme y catastrófico.

Scolari

Si hace 25 años preguntabas cómo estaríamos en el 2017, probablemente dirían que con un casco y guantes, flotando en la realidad virtual. Así se imaginaban el futuro hace dos décadas. Pero fue diferente: hoy caminamos por la calle con un aparato en el bolsillo que nos permite conectarnos con el mundo. Más que realidad virtual estamos en una especie de realidad aumentada.

Podemos trazar un escenario, una idea del futuro, pero siempre va a ser muy diferente de lo que pensemos.

Scolari


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Raúl Enrique Medina Orama

Periodista de la Revista Bohemia


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