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sábado, 23 de noviembre de 2024

Girón: primera prueba de fuego de los CDR

El 28 de septiembre de 1960, al crearse los Comités de Defensa de la Revolución, el pueblo incrementó su vigilancia y control de los contrarrevolucionarios...

Raquel Marrero Yanes en Exclusivo 19/04/2012
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Creación de los CDR
Con la creación de los CDR el país aumentó su vigilancia sobre los contrarevolucionario.

Corría 1961, antes de la agresión mercenaria por Playa Girón; apoyada y financiada por los Estados Unidos; los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) estaban participando en la Campaña de Alfabetización y en la primera zafra azucarera del pueblo; igualmente, trabajaban en la recogida de materias primas, coadyuvando a la campaña de ahorro, y daban los primeros pasos en la ayuda a la Defensa Civil.

Así escribe José Antonio Gell Noa, conocido por Pepín, quien desde 1998 investiga la historia de los CDR, y en particular la participación popular en Playa Girón.

Hoy sus palabras desandan orgullosas los caminos de la organización y cuando se cumplen 51 años de la victoria de Playa Girón accede a Cubahora a contar anécdotas de las tantas que ha escuchado en voz de protagonistas de aquella epopeya.

Por todos es conocido que sin abandonar ninguna de las responsabilidades asignadas por la Revolución y el Comandante en Jefe Fidel Castro, el 28 de septiembre de 1960, al crearse la organización, las masas incrementaron su labor de vigilancia y control de los contrarrevolucionarios.

El día 17 de abril de 1961, Fidel declara al país en estado de alerta y ordena: “A los Comités de Defensa de la Revolución redoblar su actividad de vigilancia(…)”.

Aquel día, desembarcan 1 500 mercenarios en la Bahía de Cochinos, por Playa Larga y Playa Girón. Se da la orden de combate inmediatamente y firma Fidel dos comunicados sobre la agresión mercenaria.

Según narra Pepín —quien además es fundador de los CDR—, “los meses transcurridos habían preparado las condiciones para hacer efectiva y dinámica la acción cederista. Se recogían los frutos de una preparación que permitió el conocimiento y chequeo de todos aquellos que podrían apoyar la invasión.

Esto hizo posible que en pocas horas quedaran a buen recaudo los elementos contrarrevolucionarios y se desarticulara la quinta columna interna, en quien había confiado el imperialismo para apoyar la invasión mercenaria. Además, fueron descubiertas grandes cantidades de artículos de primera necesidad y divisas, mantenidos ocultos por los acaparadores y especuladores con la finalidad de entorpecer a la Revolución.

“En las zonas de combate, junto a toda esta labor de apoyo a los órganos de la Seguridad, fueron múltiples y significativas las actividades realizadas también por los CDR. En Girón, Playa Larga y otros lugares, guías cederistas facilitaban las operaciones de las fuerzas revolucionarias”, refiere.

GIRÓN EN LA MEMORIA

El recuerdo de páginas imborrables de la participación del pueblo en la retaguardia de esta lucha, son contadas a más de medio siglo por sus propios protagonistas.

Entre las múltiples vivencias atesoradas por Rigoberto Gómez Chirino, antes, durante y después de la invasión mercenaria por Playa Girón, está la de haber formado parte de la dirección del Distrito Puerto Regla de los CDR, junto a otros compañeros.

“La vigilancia revolucionaria durante las 24 horas del día de dirigentes y miembros de los Comités junto a los Órganos de la Seguridad del Estado, frustraron las acciones contrarrevolucionarias”, coinciden.

Galo Mateo Domingo, dirigente cederista en aquel entonces, recuerda también como experiencia personal la respuesta de las masas cederistas a las acciones contrarrevolucionarias, cuando participó en la permanente vigilancia revolucionaria.

“Fue en estas misiones en la que perdió la vida Juan Ronda Lazcano, primer mártir de los CDR, a quien le correspondió relevarnos la noche del 10 de abril de 1961, siendo ultimado a balazos por elementos contrarrevolucionarios; participando también antes y durante el ataque mercenario por Playa Girón, en registros y detenciones bajo el lema “A la limpia de los gusanos en las ciudades, apoyando a la Seguridad del Estado”, recuerda Roberto Castrillón García.

Brazos cederistas ofrecían primeros auxilios a los heridos en la lucha, y se extendían para que no faltara la sangre; hombres y mujeres del pueblo participaban en la preparación de la comida, traslado de armas, y en todo cuanto se necesitaba, narran otros testimoniantes que también prestaron colaboración.

Demostraciones de la unidad, pasión y decisión de las masas organizadas son también muestra de la respuesta del pueblo al llamado de alerta de nuestro Comandante en Jefe en los días de Girón, asegura Pepín en sus memorias.

Recuerda que el 23 de abril, en la Universidad Popular, Fidel, al analizar la Victoria de Girón, reconoció el papel de los CDR durante la agresión mercenaria y dijo que “junto a la acción de las fuerzas militares actuaron también los Comités de Defensa de la Revolución”.

Cuando José Antonio Gell Noa comenzó a investigar este tema, no imaginó quizás que, después de medio siglo, pudiera hacer gala de su apelativo (Pepín), como el hombre que recopila y cuenta una historia que las nuevas generaciones le agradecerán por siempre.

Su creatividad y dinamismo acompañan a este cederista incansable, que sigue hurgando en las memorias de la mayor organización de masas del país y continua, luego de más de medio siglo, afirmando que Girón fue la primera prueba de fuego de los Comité de Defensa de la Revolución.


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Raquel Marrero Yanes


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