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martes, 5 de noviembre de 2024

Fidel, un año más contigo

El Comandante en Jefe de la Revolución cubana es un país, un sentimiento, una huella...

Leticia Martínez Hernández en Exclusivo 25/11/2017
2 comentarios
Homenaje a Fidel, un año después
Porque Fidel vive y un año después seguimos caminando con él. (Fernando Medina Fernández / Cubahora)

Hubo una noche en que la ciudad quedó muda; se apagaron sus bocinas, también sus luces, y de boca en boca corrió el mensaje más conmovedor de las últimas décadas. Esa noche las fiestas terminaron casi antes de empezar y los teléfonos tiritaron toda la madrugada. 

“Pon el televisor, carajo, que se murió Fidel”. Y allí estaba Raúl, de verde olivo y alma destruida, dando la noticia que nadie quería escuchar, la que agoreros de la muerte habían hecho titular un montón de veces, pero siempre quedaba hecha trizas cuando él, vivísimo siempre, les aguaba la fiesta. Pero esta vez no fue así, Fidel murió y la tristeza invadió.

Desde aquella noche el tilo de la casa no ha vuelto a florecer. Estuvo siendo deshojado toda la madrugada. Se secó sin lograr calmarnos la ansiedad y mucho menos el desconsuelo. El 26 de noviembre amaneció y el silencio más pesado hizo casa en el barrio. Donde antes hubo reguetón, carros de helado ensordecedores, pregones bullangueros y cuantas fiestas de santo puedan imaginarse, se coló un eco sordo, como de templo cerrado.

Un año ha pasado. En el cementerio de Santa Ifigenia una enorme piedra gris, bajada de las entrañas mismas de la Sierra Maestra, guarda las cenizas del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana. Cinco letras, solo cinco letras doradas, develan que en ese sencillísimo lugar está: FIDEL. Cuentan que una paloma ha hecho nido allí, que en las tardes apacibles revoletea cerca de la roca, como la que lo vistió de Mesías una noche de enero de 1959.

En toda Cuba no hay más tarjas, ni monumentos; calles ni escuelas llevan su nombre; tampoco existe una sola estatua donde llevarle una flor, el dibujo de un hijo o alguna promesa cumplida. Fue su último deseo en vida. Y ha sido cumplido tal cual. Fidel no está. Las palabras son duras y un año después retumban con total intensidad. Fidel no está en busto alguno, no existe mármol ni bronce inerte que pueda sujetar su paso.

Porque Fidel vive y un año después seguimos caminando con él. Fidel está en la niña que corre temprano a la escuela; en el pequeño que, incluso enfermo, espera a la maestra en su cama de hospital; en los jóvenes, pobres y latinoamericanos, que de repente se hacen doctores; en el muchacho que recobra la vista por mucho más que un Milagro; está en mí que escribo, en ti que lees; está en mis hijas, que no tuvieron el privilegio de compartir sus hazañas, pero las viven todos los días de este mundo.

Fidel es un país, un sentimiento, una huella.  Hace un año que se marchó, que regresó invicto al lugar donde soñó la Revolución. Pero como dice el cantor: “aún queda para estar contigo”.


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Leticia Martínez Hernández

Madre y periodista, ambas profesiones a tiempo completo...

Se han publicado 2 comentarios


Jaco
 25/11/17 11:42

Quisiera compartir con ustedes hoy este hermoso poema que nos recuerda que siempre estará con nosotros nuestro Comandante
http://cuentacuentos.cubava.cu/2017/11/25/tras-tu-estela-comandante/

Esperanza Bulguera Cárdenas
 25/11/17 10:14

Leticia, muy de acuerdo contigo, Fidel no necesita tarjas ni monumentos, no los necesita, él sigue vivo, el 25 de noviembre del 2016 salió  en el Granma hacia la eternidad, pero solo fue un momentico, porque enseguida regresó para impregnarse en cada cubano, por eso todos los revolucionarios SOMOS FIDEL.

Y cada vez que respiramos ,su aliento, que está en todas partes, nos llena de optimismo y de confianza en esta revolución, sigue siendo nuestro líder y el mejor legado que nos dejó fue el Concepto de Revolución, porque en él se refleja todo su sentir como ser humano y revolucionario.

 

 

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