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sábado, 2 de noviembre de 2024

En la senda del triunfo

El heroísmo demostrado por los combatientes del 13 de Marzo inquietó la conciencia del pueblo y continuó señalando el camino hacia la libertad…

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 13/03/2016
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“Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad. Porque tenga o no nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar en la senda del triunfo”. Así escribió José Antonio Echeverría, aquel 13 de marzo de 1957 poco antes de que un grupo de jóvenes liderados por él, estremecieran a La Habana y toda Cuba, al protagonizar la toma de la emisora Radio Reloj y el asalto al Palacio Presidencial, la entonces guarida del tirano Batista.

Ese día, el líder estudiantil y sus compañeros del Directorio Revolucionario dieron cumplimiento a uno de los acuerdos de la Carta de México, firmada en 1956 entre Fidel y él, en la cual se comprometían a “…unir sólidamente sus esfuerzos en el propósito de derrocar la tiranía y llevar a cabo la Revolución...”. Esos históricos acontecimientos, aunque no tuvieron el éxito esperado, fueron el camino que ayudó a forjar la Cuba que conquistaría el triunfo del primero de enero de 1959.

“¡Qué lejos estaban de conocer, quienes transitaban por las calles habaneras, que un grupo de revolucionarios tendrían un encuentro con la historia, en uno de los lugares más céntricos de la capital!”, aseguró el también protagonista de aquellos sucesos, Juan Nuiry Sánchez, en el acto central por el aniversario 54 del 13 de Marzo, y añadía que “ese día, de aparente tranquilidad, comandos revolucionarios esperaban atentos la orden de combate, para llevar a cabo tres operaciones cuidadosamente estructuradas y cronometradas, que sacudirían a la nación”.

Describía así la toma de la emisora Radio Reloj, el asalto al Palacio Presidencial y la acción de acudir a la Universidad de La Habana para instalar un centro de operaciones en aquel lugar histórico, para luego entregarle las armas al pueblo con vistas a comenzar una insurrección armada en la capital. Como se conoce, la alocución de José Antonio preparada para ese fin, nunca salió al aire por haber sido interrumpida.

Radio Reloj reportando… Radio Reloj reportando… ¡Atacado el Palacio Presidencial!, decía el mensaje urgente de la emisora, mientras cumplía con sus compromisos comerciales de anuncios, para más tarde dejar escuchar las palabras del Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria de entonces para convocar al pueblo a la lucha y dar eltiro de gracia al régimen de oprobio que tenía Cuba.

Y, aunque la transmisiónqueda inconclusa como sabemos, el mensaje se escucha en buena parte de la ciudad, pero impide que el pueblo conozca la totalidad del llamamiento de Echeverría, sobre todo la parte más importante en la que se exhorta a todos a que “acudan a la universidad con las armas que tengan a mano, de todos modos allí tendrán más”.

Una vez terminada la toma de la emisora, tal como fue planificada, al partir hacia la Colina Universitaria, el destino misteriosamente jugó un inesperado acontecimiento cuando Echeverría cayó en combate frontal con la policía, tal como había escrito en su testamento: “no desconozco el peligro. No lo busco. Pero tampoco lo rehúyo. Trato sencillamente de cumplir con mi deber”.

Aunque todo fue organizado con la mayor discreción y compartimentación, las acciones del 13 de Marzo no estaban divorciadas del pueblo. Por el contrario, los participantes de esta epopeya contaban con el alzamiento popular como un elemento importante para asegurar el triunfo contra la tiranía. De ahí la estrategia de tomar Radio Reloj considerada como una de las emisoras con mayor audiencia en el país y la convocatoria de un líder como Echeverría reconocido y respetado por todos.

Pero el asalto al Palacio Presidencial y el ajusticiamiento del tirano Fulgencio Batista, eran parte de un plan de acciones combativas mucho más abarcador. Así lo deja saber el comandante Faure Chomón Mediavilla, quien dirigió junto a Carlos Gutiérrez Menoyo el grupo revolucionario integrado por 50 hombres que realizó el asalto al Palacio, en su libro El Asalto al Palacio Presidencial.

“Tomando Palacio se mantendría en nuestro poder, ocupando para ello todo el sector de la ciudad que lo rodea. El próximo objetivo que atacaríamos sería el Cuartel Maestre de la policía, y así sucesivamente todos los cuarteles policíacos que se nos rindieran. Al mismo tiempo, desde la universidad saldrían milicias a ocupar todas las emisoras y periódicos, desde las que se haría un llamamiento a la huelga revolucionaria y se darían las instrucciones sobre los lugares a que debía acudir el pueblo para armarse (…). Aunque teníamos la seguridad de que con la muerte del tirano caería su execrable régimen, tratábamos con este plan de evitar que el triunfo le pudiera ser escamoteado a la Revolución en una componenda entre politiqueros y militares”.

Como afirmó el también protagonista de aquellos sucesos, Juan Nuiry Sánchez, en el acto central por el aniversario 54 del 13 de Marzo, las acciones efectuadas en el Palacio y Radio Reloj cumplieron sus objetivos, se realizaron coordinadamente a plena luz del día, conmovieron a toda la nación y fueron calificadas por el Historiador de la Ciudad, doctor Emilio Roig: “La hazaña mas fieramente audaz de nuestras luchas por la libertad”.

A pesar de no haberse alcanzado el objetivo previsto, el heroísmo demostrado por los combatientes del 13 de Marzo inquietó la conciencia del pueblo y continuó señalando el camino hacia la libertad como certeramente patentizó Echeverría. Más de medio siglo ha transcurrido de aquellos acontecimientos y se cuentan por miles las generaciones de cubanos que ofrendaron su juventud y su vida en el largo y difícil camino hacia la victoria.

Ahí están en la memoria de los tiempos y de su pueblo y se convierten en verdaderos héroes, pues renunciaron a morir y viven como eternos luchadores. “Ellos, y muchos como ellos, cayeron para convertirse en árbol, cayeron para ser semillas, o cayeron como quería Mella: para ser útil sirviendo de bandera”, como aseguró Fidel, otro 13 de marzo, pero de 1979, al evocar la fecha.


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Yuniel Labacena Romero


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