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miércoles, 27 de noviembre de 2024

El gobernador enterrado en Santiago de Cuba

Diego Velázquez fue el más destacado de una familia de conquistadores españoles. No menos de diez parientes cercanos suyos secundaron su ejemplo y vinieron a América a probar fortuna...

Narciso Amador Fernández Ramírez en Exclusivo 12/06/2018
5 comentarios
Casa Diego Velázquez
Diego Velázquez y Cuéllar, falleció en Santiago de Cuba en la hermosa casa que había construido y que aún se conserva en pie.

La historia de la conquista de Cuba se hizo a sangre y fuego, y resultó la imposición de una cultura más avanzada como la española a la menos desarrollada aborigen insular. Un proceso de conquista y colonización, que marcaría el inicio de cuatro siglos de dominio colonial de España sobre la Mayor de las Antillas.

A Cuba, nombre aborigen que prevaleció sobre el de Juana, que le diera Cristóbal Colón en su primer viaje, en honor a una de las hijas de los Reyes Católicos, vino toda una pléyade de hidalgos españoles en busca de fortuna y riquezas; la mayoría de ellos, hijos segundones y arruinados, dispuestos a todo por enriquecerse en el bien llamado Nuevo Mundo.

Entre ellos, destacó Diego Velázquez y Cuéllar, el hidalgo segoviano nacido en Cuéllar, en 1465, quien fuera el primer Gobernador de la Isla y cuyos restos mortales descansan en Santiago de Cuba, una de las primeras siete villas por él fundadas, y lugar donde falleciera en la noche del 11 al 12 de junio de 1524.

Fue Diego Velázquez un hombre de armas, quien, tras luchar en las guerras europeas de la época, vino con Cristóbal Colón en su segundo viaje, en 1493, y se asentó en La Española, lugar donde alcanzó prestigio y ascendencia.

Desde allí le fue dada la encomienda de marchar hacia Cuba para su conquista y colonización, un empeño que cumpliría con celo. Salió con cuatro naves y 300 hombres del puerto de Salvatierra de la Sabana y llegó al extremo oriental de Cuba, cerca de Baracoa, donde fundó la Ciudad Primada de Cuba: Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa. No sin antes sofocar la sublevación del cacique Hatuey, a quien condenó a morir quemado en la hoguera.

En su política conquistadora aplicó la fuerza y la violencia extrema y aunque personalmente no participó en ella, resulta bien conocida en nuestra historiografía la famosa matanza de Caonao, donde Pánfilo de Narváez, su segundo, mató a más de 2 000 pacíficos aborígenes.

Finalizada la colonización, Diego Velázquez se estableció en la villa de Santiago de Cuba y desde allí se encargó de preparar las expediciones españolas a la conquista de la América continental. Designado por el rey de España con el cargo de Adelantado de Yucatán, envió a Hernán Cortés a la conquista de México, de quien finalmente se distanció y al que trató, infructuosamente, de someter de nuevo a sus órdenes.

En Baracoa, Velázquez se casó con una española de abolengo, celebrando el primer matrimonio cristiano al desposar a Isabel de Cuéllar. Pero, como dio fe Bartolomé de las Casas, le duró apenas seis días: “Y un domingo celebró sus bodas con gran regocijo y aparato, y el sábado siguiente se halló viudo, porque se le murió la mujer, y fue la tristeza y luto, más que la alegría”.

Diego Velázquez y Cuéllar, falleció en Santiago de Cuba en la hermosa casa que había construido y que aún se conserva en pie. La majestuosa edificación está enclavada en la populosa calle Aguilera, antiguamente calle de La Marina, frente al Parque Céspedes, y en ella radica el museo de Ambiente Histórico Cubano.

Según refieren, le gustaba departir con sus amigos en las calurosas noches santiagueras fumando la nueva hierba americana, el tabaco, y pese a dilapidar gran parte de su fortuna en sus bélicos enfrentamientos con Hernán Cortés, dejó a su muerte un patrimonio de 19 estancias, 3.000 cerdos y 1.000 reses.

Y, si bien Diego fue el más importante de los conquistadores de la familia Velázquez, no fue ni muchos menos el único, pues otros parientes suyos participaron en la conquista del Nuevo Mundo y no pocos de ellos alcanzaron renombre.

Dentro de los demás Velázquez conquistadores estuvieron: Juan Velázquez de León, uno de los cinco capitanes de Hernán Cortés que en 1519 apresaron a Moctezuma; Pedro Velázquez, sobrino suyo, quien fuera alcalde de La Habana y participara en la conquista del Imperio Azteca; Francisco Velázquez, con gran protagonismo en las conquistas de Nueva España, México y Nueva Galicia; y Antonio Velázquez, que acompañó a Hernando de Soto en la conquista de la Florida.

También hubo otro Diego Velázquez, denominado el Mozo, quien se destacó en la conquista de Nueva España. Además, una sobrina suya, Iseo Velázquez, contrajo matrimonio con un conquistador llamado Baltasar Bermúdez, el cual fue hombre de confianza del Gobernador de Cuba.

En fin, se reconoce que no menos de diez parientes cercanos suyos secundaron su ejemplo y vinieron a América a probar fortuna, y, al decir de José Martí, a interrumpir “por la conquista la obra natural y majestuosa de la civilización americana”.


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Narciso Amador Fernández Ramírez

Periodista que prefiere escribir de historia como si estuviera reportando el acontecer de hoy

Se han publicado 5 comentarios


Eduardo Horta
 1/11/24 21:37

Realmente no se a que obra natural y majestuosa Americana se refiere Marti, los nativos de las antillas vivian con siglos de atrasos , los de mesoamerica construian piramides, pero esclavizaban y practicaban la antropofagia, tenian rituales sangrientos y crueles, por esa razon se unieron a Hernan Cortez tantos pueblos indigenas porque odiaban a muerte a los mexicas, en fin, historia manipulada de la que Marti tambien se creyo

Maydelin Viviana Cuellar Sanabria
 30/6/24 23:25

Me encantaría conocer mucho más de mis antepasados y está historia realmente la cuentan como si estuvieras en el momento y la acción indicada

Enrique jose Aguilera
 8/6/23 23:49

Mi antespasado está en el testamento de Diego Velasquez de Cuéllar me gustaría poder obtener fotocopia de dicho documento. Muchas gracias

Gina
 18/6/18 15:45

Muchas gracias por esta historia, muy interesante y me parece que poco conocida

Narciso
 24/6/18 16:08

Gracias por su comentario. Realmente han pasado cinco siglos y esa historia se difumina en el tiempo, por eso hay que traerla a los cubanos de hoy, para que no se olviden nuestras raíces.

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