Cuba y Rusia: se hace camino al andar

En el tormentoso tiempo de un siglo iniciado con traspiés del anterior y que antes de consumar sus primeras dos décadas, se ve obligado a soslayar imprudentes rocas en el camino, es obligatorio cosechar soluciones. Mientras batalla para eludir las acechanzas imperiales, Cuba –pese a tanto- ha diversificado sus fuentes de suministro y destinos comerciales.

Y el volumen operativo existente entre Cuba y Rusia creció en un 17 % durante el 2017. Insuficiente según La Habana y Moscú, si se le compara con los intercambios anuales que sostiene el gigante euroasiático con naciones de este hemisferio, digamos Canadá, o dentro de Europa, España. La diferencia, en efecto, es notable. Con Cuba, las transacciones fueron de 300 millones. Los dos países citados, acumulan montos por encima de los mil millones de dólares.

Estas realidades estuvieron en las gestiones de la delegación encabezada por Miguel Díaz-Canel, que trabajó para mejorar los actuales dígitos y fortalecer el diálogo bilateral, y si bien los volúmenes de otros tiempos son ahora casi imposibles, ciertamente se pueden elevar. Una semana antes de su encuentro con Vladimir Putin en el Kremlin este primero de Noviembre, los dos presidentes constataron las opciones incrementadas, a través de los acuerdos suscritos por la Comisión Intergubernamental que convino modernizar tres unidades eléctricas por 100 millones de dólares, la segunda fase de igual proceso para una planta metalúrgica (60 millones) y la entrega de vagones de tren (supera otros 100 millones).

Hay 16 proyectos en ciernes y está próxima la inauguración de la planta destinada al ensamblaje de camiones GAZ y URAL. Igual pasa con proyectos para remodelaciones en la Refinería de Cienfuegos y la construcción de nuevas termoeléctricas, según lo previsto en el plan de desarrollo cubano hasta el 2030.

”Los suministros del petróleo y derivados rusos, hacen un aporte significativo en abastecimiento de recursos a la economía de Cuba y garantizan su seguridad energética”, dijo Putin ante la prensa tras dialogar con Díaz-Canel. Sucede que ya las empresas Rosneft y Zarubezhneft, están haciendo prospección petrolera (en la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México y otros territorios del archipiélago), pero, además y contrario a divulgaciones malintencionadas que pretenden a Cuba dependiente de Venezuela, hace tiempo que Rusia suministra crudo al país. Los nexos en materia de combustible, pese a los bemoles actuales, cuentan con larga experiencia.

Un ángulo novedoso de los tratos fue esbozado por Putin, al hacer hincapié en la instalación de una estación terrestre en la Mayor de las Antillas del sistema de navegación Glonass: “Como resultado, los socios cubanos tendrán acceso a las amplias posibilidades técnicas que brinda el sondeo remoto de la Tierra y a los servicios de telecomunicaciones por satélite”, dijo el mandatario. Brasil es la única nación con dispositivo similar en Latinoamérica.

El proyecto ocurre cuando se cumplen 35 años del lanzamiento, por parte de la URSS (12 de octubre de 1982), del primer satélite de la flota que hoy tiene una treintena de estos ingenios y de los cuales se sirven celulares, tabletas o transporte. El Sistema de Navegación por Satélite ruso actual es de tercera generación y no debe ser de baja calidad toda vez que la norteamericana Apple, la japonesa Sony o la china HTC usan chips Glonass en sus productos, según situaba hace poco la BBC de Londres, aludiendo también a sistemas como el GPS (EE.UU.), Galileo (Europa) o el Beidu (China).

El jefe de estado cubano visitó las sedes de varias empresas en la capital rusa ya comprometidas en negocios bilaterales y, siempre interesado en las nuevas tecnologías, sumó las de informática, en particular la famosa firma de seguridad cibernética Kaspersky Lab. 

En la sede de los laboratorios Kaspersky, el mandatario cubano presenció un simulacro de ataque a la ciberseguridad del sistema de una central eléctrica (Foto: Estudios Revolución).

Pero los propósitos son múltiples. Abarcan lo industrial y  el transporte, como queda expuesto, e incluye, por nuestro lado, la biotecnología y los productos farmacéuticos.

Cuando Díaz-Canel se entrevistó con el primer ministro Dimitri Medvedev, le trasladó al dirigente ruso el propósito de avanzar en los distintos aspectos tratados, sean los referidos a vehículos automotores o ferroviarios o a temas financieros y de inversión, en tanto se fijó el interés del país caribeño en incrementar sus exportaciones. En esta cita ambos fueron al centro de las mejores vías para materializar compromisos y sinergias bilaterales.

En cuanto respecta a contingencias de principio, los dirigentes ratificaron sus coincidencias sobre el multilateralismo y el rechazo al empleo de sanciones como práctica desleal y anacrónica en las relaciones entre países. La Declaración de enfoques comunes sobre asuntos internacionales, fue firmada por Vladimir Putin y Miguel Díaz-Canel el 2 de noviembre, al término de las conversaciones oficiales.

En ese texto se insiste en “el carácter estratégico y de aliados existente en las relaciones entre Cuba y Rusia, unidas por firmes e históricos lazos de amistad, simpatía mutua, respeto y apoyo solidario”. De igual forma se resalta el “alto nivel de los vínculos bilaterales que se desarrollan de forma dinámica y ascendente, mantienen su carácter estratégico, y se proyectan hacia el futuro”. Por muchos motivos, no parece ser simple retórica de ocasión. Ese perfil conceptual sobre lo valioso y trascendente en las relaciones, fue definido durante la visita de Raúl Castro Ruz en el 2009, a la Federación rusa.

Por lo demás, el dignatario caribeño sostuvo diálogos con varias figuras políticas y fue recibido por el jefe de la Iglesia Ortodoxa, su Santidad Kirill, Patriarca de Moscú y de toda Rusia. Hubo visitas indispensables a sitios rememorativos de la larga y pródiga historia del país que cuenta con el mayor territorio del planeta y se adentra este 7 de noviembre en el 101 aniversario de la Gran Revolución de Octubre.

Los incapaces de mejorar rutas, cierran la mirada a prometedores senderos. Pero quienes procuran desbrozar malezas, siembran mientras caminan,  dejando cosechas para ahora y cuantos lleguen después.