Si uno de los mitos neoliberales a nivel global es el de presentar o dar la imagen de que el sector privado supera al público en cuanto a eficiencia, dinamismo y emprendimiento, ¿qué decir en el caso de Cuba, cuando sobre ella sus enemigos concentran gran parte de esa industria del odio, de la manipulación, la tergiversación y del descrédito?
En tal sentido uno de los principales blancos de sus ataques mediáticos es la Empresa Estatal Socialista (EES), a la cual contraponen los éxitos o avances de los negocios en manos de particulares, con la esperanza de encontrar en muchas de estas personas un aliado estratégico en el empeño de derrocar la Revolución.
Por eso bien válida la reflexión –y el llamado de no pecar de ingenuos- realizados por el Doctor en Ciencias Agustín Lage, asesor del Grupo Empresarial Biocubafarma, cuando en el programa televisivo Cuadrando la caja, del domingo 4 de septiembre, se analizaba el tema de ¿Por qué la empresa estatal cubana es y debe seguir siendo socialista?
Para el Master en Ciencia Ociel Marichal un elemento fundamental por el cual los enemigos de la Revolución la atacan es por ser el sostén del desarrollo de los programas sociales; de sus aportes salen los ingresos que necesita el país para sostener conquistas como la educación, la salud y la seguridad social, amén de lo que recibe el Presupuesto por concepto de impuestos o tributos de muchos contribuyentes.
¿Quién genera más empleo en nuestro sistema? La empresa estatal. ¿Quién hace las mayores inversiones? La empresa estatal. Entonces, tenemos que hacer más investigación, más desarrollo; tenemos que ser más innovadores, dijo el 9 de abril de 2022 Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, en la Asamblea Provincial del Partido en La Habana.
Y la principal innovación que necesita la empresa estatal socialista es una innovación organizacional. Y todo esto —agregó— está en los documentos rectores de la nación; está en la Constitución de la República, porque la empresa estatal socialista es parte de nuestro sistema político.
Lo anterior se traduce en que la creación de riquezas va mucho más allá de ser competitivos, obtener utilidades, etc., sino también como creadoras y formadoras de valores para la sociedad.
LA PRIVATIZACIÓN DE LOS RECURSOS DEL ESTADO, DE SUS EMPRESAS, NO CONDUCE A NADA BUENO
En medio del debate público respecto a la altísima responsabilidad de la EES, de que tiene que ser eficaz, eficiente, lograr utilidades, no faltan las opiniones de quienes consideran que la solución de los problemas económicos que enfrenta Cuba está en la privatización de recursos del Estado, incluidas fábricas y servicios básicos, sin valorar cuánto daño ocasiona un recrudecido bloqueo norteamericano, que también limita el acceso a las finanzas y dificulta enormemente la compra de alimentos, insumos, materias primas, tecnologías y equipos, además del peligro mortal de ese paso para la Revolución.
El 30 de agosto último una aforista, Mary, opinó en las redes sociales: Creo que solo las empresas que son claves para el país deben permanecer estatales. El resto privadas. El cobro de impuestos y un control eficiente para evitar la evasion y corrupción, contribuiría a repartir mejor las riquezas.
Al respecto otro cibernauta, Daniel Pérez García, dijo: No concuerdo con la idea de seguir privatizando el país. La empresa estatal socialista sí es posible, lo que pasa es que no se escoge bien a los cuadros y funcionarios para conducirlas, y eso mismo pasa a todos los niveles. El socialismo es la única vía para desarrollar el país y mantener las conquistas sociales, pero para que ese socialismo cubano sea própero se tiene que acabar el sociolismo y el amiguismo que son los que nos tienen embarcados y sumarle también la mala elección de cuadros y funcionarios.
Lo sucedido en la antigua Unión Soviética en la década del 90 del siglo pasado, cuando en tan solo dos años fueron privatizadas 122 mil empresas, decreció 23 por ciento el PIB, en 54 por ciento la producción industrial, en 68 por ciento el salario real y de 65,5 años a 57 años la esperanza de vida, y se amplificaron las desigualdades, es un claro ejemplo de lo que podría suceder en Cuba si algún día ocurriese ese fenómeno, dijo en Cuadrando la caja Agustín Lage.
La regulación de la economía por el mercado no ha generado nunca equidad social en ningún Estado, subrayó en sus reflexiones en ese espacio televisivo, al ofrecer tales desgarradoras cifras, para más adelante afirmar que si renunciamos a la propiedad estatal socialista estaríamos renunciando a la justicia social, a la soberanía del país.
No podemos dejar que nos empujen a ese desastre por muchos problemas que tengamos en una empresa, en una OSDE o sector de la economía, acotó el experto, además de retomar la idea de que lo sucedido en la Unión Soviética también fue consecuencia de la guerra mediática contra el sector público, contra la empresa estatal socialista.
EN BUSCA DEL ESTREMECIMIENTO DE LAS ESTRUCTURAS EMPRESARIALES
La empresa estatal socialista ha sido objeto de las principales transformaciones de políticas y medidas, pero en muchas de ellas no se acaba de asumir —por directivos y trabajadores— el papel que les corresponde.
En el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba el General de Ejército Raúl Castro señaló: “… es ineludible provocar un estremecimiento de las estructuras empresariales desde arriba hacia abajo y viceversa, que destierre definitivamente la inercia, el conformismo, la falta de iniciativas y la cómoda espera por instrucciones desde los niveles superiores. Hay que modificar viejos malos hábitos y desarrollar rasgos emprendedores y proactivos en los cuadros de dirección de nuestras empresas y establecimientos…
El sistema empresarial está dotado de herramientas suficientes para hacer profundas transformaciones, sin embargo, muchas decisiones adoptadas no se están aplicando, ha dicho el Presidente cubano Miguel Díaz—Canel. Necesitamos hacer las cosas de manera diferente, y también darle más protagonismo a las trabajadoras y trabajadores en estos cambios, escucharlos más, pero no estamos creando esos espacios, seguimos con la burocracia, con los viejos métodos.
En opinión de otro cibernauta, Manuel Am, para que la EES sea diferente, primero que nada hay que descentralizar la economía. Las OSDES existen precisamente para mantener el control burocrático centralizado a nivel de pais. Es como dicen muchos foristas una estructura parasitaria, y de las que mayores gastos tiene en todos los sentidos. (Autos, combustible, oficinas, equipos de cómputo, viajes, reuniones, etc).
Para que cambien las empresas y se liberen las fuerzas productivas hay que hacer cambios estructurales en la macroeconomía, acotó.
Una nueva función que tiene la empresa estatal socialista hoy en las condiciones de nuestro socialismo, señaló Díaz-Canel el 9 de abril de 2022, es liderar la atención y la relación con el sector no estatal. Y preguntarnos: ¿Por qué la ineficiencia, por qué la inercia y por qué el estancamiento en algunas empresas estatales? ¿Por qué no se aplican las medidas y se hace uso de las facultades que se les han otorgado a las empresas?
Sin dudas son preguntas que muchos compatriotas se hacen a menudo, aunque también hay ejemplos muy positivos de entidades de éxito, en sectores como la industria biofarmacéutica.
Según el economista Augusto César Vega Hernández en su artículo El Estado-propietario en Cuba y sus empresas, publicado en la revista Temas, el objetivo está claro: la empresa estatal socialista cubana tiene que transformarse para llegar a ser un ente económico vivo, independiente e interrelacionado, en los grados que le corresponda, según la naturaleza de su actividad, con fuerzas interiores para asegurarle su más alto desempeño al servicio de la sociedad.
Esta es una tarea larga y compleja que debe empezar a resolverse desde ahora, con gradual intensidad, a un ritmo creciente, en un camino liberador interminable. Para iniciarla, quizás convenga discutirla a escala de toda la sociedad, como muchas veces hacemos; una acción con capacidad, por sí sola, para darnos un retorno más alentador cuando levantemos la vista hacia el futuro.
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