Al problema por los cuernos

La ganadería en Cuba trabaja hoy por recuperarse de la deformación estructural luego de más de dos décadas de desatención tecnológica y financiera, y de emigración del personal calificado hacia las grandes ciudades o sectores económicos más estimulantes.

Como parte de la historia de la actividad ganadera en el país quedaron la producción extensiva de carne y leche —que en la década del 80 satisfacía las necesidades de la industria y el mercado interno—, con un diseño que garantizaba la productividad en cada vaquería.

En la década del 90 colapsaron las bases de esa ganadería, sustentada por el consumo de gran cantidad de combustible para las maquinarias que actuaban en favor de la integridad de potreros y pastizales, y la importación de piensos y fertilizantes que permitían mantener una explotación a gran escala. Como consecuencia, la fertilidad de los rebaños y la producción de leche y carne se contrajeron en un 50 por ciento.

Para reformar el “patrimonio” heredado de las décadas precedentes, el Ministerio de la Agricultura (MINAG) ha diseñado un programa de desarrollo que prevé la creación del Grupo Ganadero, una organización que tendría a su cargo 80 empresas y cuatro institutos de investigación, y la encomienda de solucionar los problemas estructurales en todas las esferas de esta actividad económica.

 Según Aldaín García, director de ganadería del MINAG, las bases del rescate plantean la autosustentabilidad: uso intensivo de pastos y forrajes, árboles proteicos y derivados de la caña de azúcar; máximo aprovechamiento de los recursos locales al alcance de cada productor y, aunque está muy diversificada en todo el territorio nacional, rescatar la genética en cada patio.

Refiere el directivo que una debilidad es que “no todos los productores que han solicitado tierras y tienen ganado son ganaderos. Son tenedores sin un adecuado sistema de crianza, de explotación; sin programa genético que optimice y renueve esa masa. Piensan más en el barco que trae los piensos que en producir con sus propios medios la dieta complementaria (pastos y forrajes) o utilizar los subproductos de la industria que hoy tenemos al lado de la vaca: caña de azúcar y sus derivados —gallinaza, cachaza, bagacillo— y los subproductos del arroz”.

De acuerdo con el especialista, la desnutrición figura como la principal causa de muerte de ganado en el país, pues del total de decesos el 40 por ciento se registra por esta vía y sólo el dos por ciento por hurto y sacrificio.

Según información reciente entregada a los diputados en la Asamblea Nacional del Poder Popular, en dos millones de hectáreas dedicadas a la ganadería en Cuba hoy conviven más de cuatro millones de cabezas de ganado, distribuidas entre 241 mil propietarios individuales y 13 mil unidades estatales. Ello ha supuesto, comparado con 30 años atrás, un desplazamiento de la masa vacuna hacia los productores individuales, y que el 80 por ciento de ese ganado se encuentre distribuido entre el sector cooperativo y campesino.

El mismo documento señala que en la última década el ganado racial decreció considerablemente, lo que a priori puede afectar los planes de inseminación artificial, la calidad genética de los rebaños y a más largo plazo, los rendimientos por cabeza, tanto de leche como de carne.

LOS PRIMEROS PASOS

Según Aldaín García, reanimar la producción ganadera en Cuba requiere de un proceso gradual de transformación en condiciones difíciles, que supone trabajar con el productor en la base, tanto el que cría una como el que maneja mayores cantidades de reses.

La instalación de estaciones de acopio refrigerado de leche en las cooperativas forma parte del grupo de medidas de recuperación. Prevé resolver los problemas relacionados con el acopio y la comercialización de este producto que no puede remediar la empresa estatal. Serían 974 puntos de acopio en todo el país con un laboratorio móvil.

Esta medida permitirá al productor no solo controlar la calidad de la leche que entrega, sino además procurarle directamente la inseminación artificial, el servicio veterinario, el control de la masa y otros servicios asociados a través de la cooperativa o de las unidades empresariales de base, encargadas también de controlar los planes de entrega.  

También se plantea recuperar la infraestructura creada por la Revolución en esta actividad, lo que incluye más de dos mil vaquerías típicas con sus recrías, centros de desarrollo y todas las demás estructuras relacionadas con  el flujo zootécnico que una vez existió.

Ello requiere una inversión inicial de miles de millones de pesos, por la complejidad del rescate de estas instalaciones, en su mayoría cubiertas de plantas invasoras, descapitalizadas estructuralmente o en el mejor de los casos subutilizadas en otras actividades ajenas a la rama.

Según el ministro de Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, en la provincia de Camagüey se realizan hoy grandes inversiones para rescatar su cuenca lechera, asociadas a la inauguración este año de la primera fábrica de leche en polvo.

Aumentar los niveles de producción de la ganadería demanda igualmente reorganizar toda la estructura con que cuenta el MINAG en ese frente, en el cual el pasado año solo se obtuvieron 118 mil 700 toneladas de carne (91 por ciento de lo planificado) y 440,3 millones de litros de leche fresca (85 por ciento de la meta prevista). ¿Causas? Subdeclaraciones de los niveles de productividad por parte de productores privados y entidades estatales (se dejaron de reportar 26 mil 500 nacimientos en todo el país); incumplimientos en la entrega de urea por parte del Estado para sustituir los concentrados.

Además, no se completó el programa de fertilización de pastos, ni la entrega de derivados de caña de azúcar a los campesinos y a las unidades empresariales, elementos imprescindibles en la ceba.
Estuvo afectada, asimismo, la compra de insumos importados, indispensables en el sustento y desarrollo de la masa ganadera. Para sustituirlos importaciones ya están funcionando 32 fábricas de pienso criollo, de 52 que se pretende recuperar.

Con el propósito de contrarrestar la pérdida de la fuerza técnica en la ganadería es necesario formar nuevos profesionales en la enseñanza politécnica y universitaria, y recalificar el personal existente en cuanto al manejo y tenencia, lo cual forma parte de las estrategias del MINAG en pos de la recuperación.
Asimismo, se han dictado normativas encaminadas a revisar todas las licencias veterinarias otorgadas a los tenedores de ganado, debido a la responsabilidad que estos encaran de asegurar el buen manejo, la salud animal y la nutrición.

Muchas han sido las medidas adoptadas, pero pobres aún los resultados, máxime cuando es preciso un lapso mínimo de hasta cinco años para recoger los primeros frutos, debido a la complejidad del trabajo y a factores que no dependen solamente del hombre.

La ganadería en Cuba afronta numerosos obstáculos que han comenzado a resolverse, aunque los altos precios de los insumos y algunas imperfecciones relacionadas con la centralización del modelo financiero lastran la productividad del sector agropecuario en general.

La nueva ley de inversión extranjera es otra medida que pudiera contribuir a desarrollar el sector, pero la solidez de la base productiva es fundamental para saborear los resultados de un incremento productivo en el más breve plazo.