Desde el 24 de julio y hasta el 2 de agosto, nuestros peloteritos de 12 años disputaron su campeonato mundial en la lejana Taipei de China. No pocos teníamos las esperanzas de que al menos regresaran con una medalla, a pesar del poco roce internacional y un escenario muy exigente. Apostábamos al talento y al entrenamiento, a esa magia que todavía en Cuba hace respirar béisbol por todas partes.
Sin embargo, otra vez las piedras, las derrotas, un equipo atravesado, ganar el juego bueno y el batazo oportuno que nunca llegó, destrozaron todas las posibilidades de alcanzar un podio que terminó siendo de Estados Unidos, los anfitriones taipeianos y unos sorpresivos nicaragüenses, por este orden.
Precisamente fueron los nicas quienes más daño nos hicieron, pues en la segunda ronda nos derrotaron primero 4-0 y luego repitieron la dosis 2-0 en la discusión del bronce, en lo que clasifica como el resultado más discreto de un equipo cubano frente a una selección pinolera en todas las categorías.
Y no solo se trata de que nos haya dominado su pitcheo lento, pero muy controlado, sino que tampoco fuimos capaces de producir ese batazo remolcador, sobre todo en el último partido, cuando dejamos varios corredores en base. Cualquier semejanza con situaciones similares vividas por conjuntos nacionales de categorías mayores no es pura coincidencia.
La ronda inicial en el Grupo A había dejado para nuestros peloteritos victorias sobre Rusia (13-0), Venezuela (8-2), Brasil (4-1) y Sudcorea (5-0), con la única derrota en extrainning frente a los locales taipeianos (5-6). Ya en la segunda etapa, los choques contra los tres clasificados del otro apartado dejaron un saldo negativo, pues además de la derrota ya mencionada contra los centroamericanos caímos ante Estados Unidos (5-6) y solo pudimos vencer a Japón (5-2).
Más allá del balance final de cinco éxitos y cuatro fracasos, los números —siempre fríos por ser eso estadísticas a la distancia— muestran que nuestra selección bateó aceptablemente (quinta con 324 de average), comandó el pitcheo (1.94 promedio de carreras limpias), pero resultó un desastre a la defensa con 13 errores y un pobre 941 de average. ¿Le recuerda algo esto último con nuestros campeonatos nacionales en todas las categorías?
Cuatro nombres deberíamos guardar desde ahora para cuando lo veamos dentro de unos años en torneos juveniles y por qué no, en nuestras Series Nacionales. Arturo Mendoza (417 de average, 10 hits y ocho impulsadas), Rayko Ramírez (412 y 545 de OBP), Alejandro Zamora (409 y segundo en indiscutibles dentro del equipo con 9), así como César Hernández (368 y nueve remolques).
Hasta aquí la narración de lo sucedido. La interpretación implica estudiar a fondo, en primer término, cómo está trabajándose ese relevo tan imprescindible en la pelota cubana en cada provincia, incluso en aquellas que ni siquiera aportaron ahora algún jugador a esta formación nacional. En estas edades es cierto que lo más importante es el juego como diversión, pero el carácter de ganador y de campeón, también se forma con sedimentos incalculables.
Asimismo, es urgente analizar todo el sistema de competencias y de captación en estas edades, pues la economía puede estar dictando sus tentáculos y los niños con más potencialidades o talentos no siempre salen de las familias con más recursos.
Otra raya más al tigre decimos a partir de que Cuba no gana un torneo de béisbol con argumentos para convencer a los aficionados y especialistas desde hace mucho rato. Y puede que quizás nos cueste todavía más tiempo en lograrlo, pero lo que más choca es que a estos peloteritos, a este relevo imprescindible, lo embrujaron errores conocidos y que ya debieran estar superados. ¿Hasta cuándo?
guisver rolando
6/8/15 15:52
el que quiera entender el por que de que el beisbol no esta al nivel que se quiere ya que nosotros somos muy exigentes, que lea la entrevista a Cortina que esta circulando por las diferentes paginas de la intranet, no es el primero que pone los puntos sobres las ies, estamos hablando de la FIFA, la IAAF pero cuando revisaremos la Federacion de Beisbol nuestra...
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