La pintoresca barriada de Los Pinos lo hizo crecer como persona. La ciudad escocesa de Glasgow lo vio madurar como atleta.
A sus 19 años, el santiaguero Manrique Larduet ha capitalizado la mejor actuación de la gimnasia cubana en una cita mundialista. Sus predecesores, los estelares Erick López y Charles León, habían obtenido en la edición celebrada en el año 2001 en Gante, Bélgica, plata en paralelas y bronce en salto, respectivamente.
Sin embargo, la “hombrada” de Manrique fue consumada “de una sola vez”, para de esta forma colocar a Cuba en el octavo escaño de un Mundial liderado por los Estados Unidos (5-2-3), Japón (4-0-1) y Rusia (3-1-0).
Sus puntuaciones, 90.698 en el evento de máximo acumulador y 15.800 en barra fija, le sirvieron para agenciarse un metal plateado y otro bronceado en ese orden, logrando así su clasificación directa a los venideros Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Con la sencillez que lo caracteriza, abrió las puertas de la casa marcada con el número 10 de la Calle A, en el Reparto Jiménez, y no colocó reparos en compartir con Sierra Maestra sus más grandes anhelos.
- ¿Por qué la gimnasia artística?
- Desde temprana edad ese fue el deporte por el que me inculcaron amor, y en definitiva terminó gustándome, incluso dice mi mamá que antes de nacer el médico le decía: “¡Señora, yo creo que su hijo va a ser gimnasta o por lo menos deportista, porque es muy dinámico dentro de esa barriga!”.
Empecé a los cincos años gracias a un vecino de mi abuela, que por cierto, fue mi primer entrenador, el profesor Téllez, que fue el que me ayudó a dar mis primeros pasos en la gimnasia; también siempre conté con el apoyo de mi papá que me llevaba al gimnasio y de mi hermano, que desde pequeños íbamos juntos a un aserrío que estaba cerca de la casa y ahí aprendí mis primeras volteretas.
Con seis años participé en mis primeros pioneriles donde alcancé la medalla de plata y al próximo año estuve en los segundos, donde hubiera pude ganar pero cometí un error y eso me apartó del primer lugar, aunque obtuve una medalla de oro en otro de los aparatos.
Desde pequeño siempre me consideraron como un atleta que si se esforzaba y lo daba todo en el entrenamiento, podía tener resultados. Confieso que al principio pasé un poco de trabajo con la flexibilidad, pero mi papá que era pelotero me ayudó en ese sentido. Así comenzó todo en el Combinado Deportivo Antonio Maceo.
- ¿Cómo recuerdas tu paso por la Academia de Gimnasia de Santiago de Cuba?
- Fue maravilloso, en ese tiempo yo estaba con el profesor Téllez, era muy niño pero yo sabía que ese era el inicio de mi sueño. Luego fui alumno de Baró y finalmente de Tony, quien me llevó a la Escuela Nacional de Gimnasia en el año 2005.
- ¿Tu llegada a la capital cubana?
- Llegué con nueve años, y participé en mis primeros Juegos Escolares, donde me reconocieron como el atleta destacado del año, con cuatro medallas de oro, una de plata y otra de bronce.
Esos primeros momentos fueron muy difíciles porque era un sacrificio muy grande estar lejos de mi familia, incluso cuando tenía que irme muchas veces lloraba, pero cuando uno ve a los demás muchachos que están allí con tu misma edad, entonces eso te da fuerzas para seguir adelante, además de que el apoyo de mi familia siempre fue muy grande.
- ¿Qué significan para Manrique Larduet los nombres de Erick López y Charles León?
- Esos son nombres que engrandecen a la gimnasia cubana con magníficos resultados a nivel internacional, y para mí son referentes importantes, y cuando llegué al aeropuerto de La Habana fue un orgullo poder abrazar a Erick de manera tan emotiva.
Además siempre seguí la trayectoria de Casimiro Suárez y del fallecido Miguel Arroyo que me inculcó la disciplina, la dedicación por mi deporte y la importancia de escuchar a los entrenadores, y en este caso aprovecho la oportunidad para agradecer a mi actual entrenador Carlos Gil, con el que estoy hace nueve años, y a quien considero un genio porque lo hace todo para que yo esté en mi mejor forma competitiva.
- ¿En qué aparato te sientes más confiado y cuál se te torna más complicado?
- A mí me gustan todos, pero considero que el caballo con arzones es mi aparato más débil, pero estamos trabajando mi entrenador y yo para seguir avanzando y obtener buenos resultados para mi país.
- Con 17 años participas en el Campeonato Panamericano por aparatos, celebrado en San Juan, Puerto Rico, ¿Cómo lo enfrentaste?
- Ese primer compromiso internacional fue bien duro, porque como la gimnasia hacía años que no tenía resultados, entonces te exigen más los entrenadores y se exige uno mismo como atleta. Aunque yo siempre digo que es más fácil competir en el extranjero que en mi país, porque me da vergüenza fallar delante de los que me conocen; pero creo que supe aprovechar mi oportunidad en Puerto Rico, obtuve dos medallas de oro y una de plata; y al año siguiente pude participar en el Festival Deportivo Panamericano de Guadalajara, donde fui el máximo acumulador y gané tres medallas de plata.
- De los Juegos Centroamericanos en Veracruz a los Panamericanos de Toronto, ¿Balance de ambas competiciones?
- También fueron competencias importantes, en los Juegos Centroamericanos teníamos la rivalidad con los colombianos, pero yo le decía a mi entrenador que teníamos posibilidades de ganar, incluso él hizo una planificación que yo cumplí al ciento por ciento y tuvimos la posibilidad de ganar el máximo acumulador y otras medallas, entre las que se cuenta el bronce por equipos; pero fue una competencia complicada porque las condiciones del tiempo no fueron las mejores.
En el caso de los panamericanos llegué un poco más confiado porque habíamos tenido como preparación la Copa del Mundo de Portugal en el mes de mayo, en la que no se participaba hacía 12 años, yo me agencié tres medallas de oro y dos de plata, Randy (Lerú) obtuvo un bronce, y Marcia Videaux alcanzó una de bronce en barras asimétricas y una en salto. Esos resultados previos me llevaron a alcanzar cuatro medallas doradas en Toronto, incluso en el all around pudimos haber obtenido el oro, pero la gimnasia es un deporte de apreciación y los jueces son los que tienen la última palabra.
- Glasgow 2015: ¿Mejor actuación en la historia de la gimnasia cubana?
- Yo me preparé muy fuerte, como siempre lo hago, incluso antes del Mundial fuimos a Croacia a una Copa del Mundo, y cuando llegué a Escocia asumí la competencia con mucha valentía. Obtuve dos medallas en un mismo mundial, lo que me clasificó directamente para los Juegos Olímpicos del próximo año, y lo único que te puedo decir es que todavía aquí sentado contigo no me lo creo.
- ¿Tu amistad con Randy Lerú?
- Lo considero un hermano, nosotros venimos juntos desde pequeños, yo tenía siete años y él ocho, y desde entonces somos inseparables; además en La Habana también hemos estado juntos en el camino. Yo quiero que él esté conmigo desfilando con la delegación cubana que estará en Río, y él me prometió que se clasificaría en el Preolímpico de nuestra disciplina, para así estar conmigo en suelo brasileño.
- ¿Río de Janeiro 2016?
- Ese ha sido el sueño de mi vida, estar en una Olimpiada, y yo desde chiquito me propuse que iba a ser el primer gimnasta cubano en alcanzar una medalla olímpica, y pienso que si continúo entrenando y haciendo caso a las orientaciones de mis entrenadores, entonces los resultados vendrán. Espero el apoyo de mi pueblo, porque pueden estar seguros que Manrique Larduet lo va a dar todo en la competencia.
- ¿Cómo recibiste el afecto del pueblo santiaguero al llegar a tu barrio natal?
- Eso fue inolvidable, nunca pensé que iba a ser de esa forma, ver a los pioneros dedicándome poemas, danzas, las compañeras del CDR, los federativos del INDER en la provincia. Y el viernes 6 de noviembre por la tarde, cuando participé en el Pleno Provincial del Partido y anunciaron mi nombre hubo una ovación total, y eso me obliga a seguir mejorando, ahora el compromiso es con mi pueblo, porque como dicen ellos “soy producto genuino de Santiago de Cuba”.
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