Guardia baja, provocación y certero contragolpe. El plan táctico del crack Julio César La Cruz no ha cambiado sobre el ring, a pesar de boxear ahora en una división inmediata superior. Si hace cinco años lo empleó para ganar su primera corona olímpica en Río de Janeiro en los 81 kilogramos, ahora mantuvo similar perfil competitivo en la justa de Tokio 2020… y regresará el próximo lunes a Cuba con su segunda corona en citas estivales.
Literalmente, sobre el ring de la Arena Kokugikan, el capitán de los Domadores de Cuba no tuvo rivales. La magia de su estilo de combate, que incluye las indescifrables fintas de torso y defensa con sus hábiles manos, se fundieron con ese preciso golpeo de riposta para dejar con las ganas a todos sus oponentes, que lo intentaron, pero no pudieron pegar golpes a su anatomía.
En conversaciones con este redactor, La Cruz siempre ha sido categórico: “no voy a cambiar mi estilo de pelea aunque a algunos no les guste. Yo entreno mucho –eso me consta- y mi misión es ganar siempre. Si lo logro de esta forma, con mi guardia baja y apelando a mi velocidad de desplazamientos, bienvenido sea”.
Y yo lo apoyo ciento por ciento. A La Cruz no le gana nadie. Ni en su otrora peso semicompleto, ni ahora en los cruceros. Y si no, que le pregunten al campeón mundial Muslim Gadzhimagomedov, representante del Comité Olímpico de Rusia, a quien le dio un recital de buen boxeo en la gran final.
El agramontino me lo había confirmado vía Facebook horas antes del duelo: “estoy bien enfocado en lo que tengo que hacer. No me saldré de mi estilo y lo provocaré para ir al ataque cuando lo haga fallar”. Y así mismo fue. Cumplió ad pedem litterae su plan táctico, y le dio al gigante europeo “hasta con el cubo”.
En el encerado, mantuvo las distancias con Gadzhimagomedov, a quien ha desesperado con su velocidad, técnica y su magnífico aprovechamiento de las oportunidades para, de un ataque del rival, sacar una combinación certera. Es decir, La Cruz ha puesto los tiempos para dominar en la final.
Los jueces atestiguaron esa superioridad del cubano y lo reflejaron en sus respectivas boletas con sus votos unánimes: doble 30-27 y triple 29-28. Entonces, yo me pregunto qué pelea estaban viendo esos tres jueces: Bachir Abbar (MAR), Mansur Muhiddinov (TJK) y Roberto Cervide (ARG).
Esta medalla de oro conseguida por La Cruz es la sexta para la delegación antillana. Y de ese sexteto de cetros, tres corresponden al buque insignia del deporte cubano, pues antes le habían levantado los brazos a Roniel Iglesias (69) y Arlen López (81) quienes, al igual que el agramontino, lo hacían por segunda ocasión en sus carreras deportivas.
Pero hay más. Hoy, el bicampeón mundial Andy Cruz (63 kgs) se impuso unánime (triple 30-27, doble 30-26) en semifinales al joven australiano Harry Garside, a quien le tributó una real paliza con conteo de protección incluido en el tercer round.
Funcionó bien su arma letal: jab potente de izquierda con el recto de derecha por dentro, para dejar sin opciones a Garside y así citarse en la gran final del próximo domingo con el estadounidense Keyshawn Davis, contra quien exhibe par de victorias en el año 2019.
GLADIADOR REINERIS SALAS DISCUTIRÁ BRONCE
Hoy también hubo tackles y desbalances en el certamen olímpico de lucha libre. Y por Cuba, la mejor actuación fue al aval del experimentado Reineris Salas (97), quien accedió a la disputa de medalla de bronce.
Reineris Salas (97 (Roberto Morejón)
Después de par de triunfos al hilo, Salas cayó en semifinales por 4-0 ante el favorito Abdulrashid Sadulaev, representante del Comité Olímpico de Rusia.
De los cuatro puntos que marcó el excepcional Sadulaev, titular olímpico y tetracampeón mundial, tres fueron por sacar fuera del colchón a Salas, quien jamás pudo concretar un intento de tackle a la pierna de su rival. Para el experimentado gladiador capitalino, esta constituye su tercera participación en juegos olímpicos.
Hoy también fue eliminado Alejandro Valdés (65), en su primer combate contra el kazajo Daulet Niyazbekov, plata mundial en Nur Sultán 2019.
Valdés dominó cómodamente el primer período 9-2. Pero en el segundo, se agostó demasiado y Daulet, a puro pase atrás y desbalance, le marcó la friolera de ¡19 puntos! Él, apenas pudo conseguir dos.
Y la capitalina Yusneylis Guzmán (50) también cedió en la primera salida ante la china Yanan Sun, quien siguió en competencia y pudo arrastrarla a la repesca.
La asiática superó en cuartos de final a la ucraniana Oksana Livach (7-3) y en semifinales a la estadounidense Sarah Ann Hildebrandt (10-7). Así, Guzmán lidiará en el inicio de la ronda de consuelo con Livach, y de imponerse ahí se medirá contra Hildebrandt por la presea de bronce.
En esta fecha, y en fase de repesca, el veterano Geandry Garzón (74 kgs) no pudo con el norteamericano Kyle Douglas Dake (0-10, ST), y lo mismo le ocurrió a Laura Herin en los 53 kg, contra la norteamericana Jacarra Gwenisha Winchester (0-5).
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