Los signos de interrogación sobraban. Sí, claro que sabíamos no eran necesarios. Pero es que pensamos a veces llaman la atención. ¡Cómo no vamos a escribir ahora sobre la exjudoca cubana Driulis González! ¡La acaban de incluir en el Salón de la Fama! Y allí: valga el dato, solo han llegado 30 personas (incluidos entrenadores, deportistas o federativos…).
La noticia se dio a conocer horas antes del inicio este lunes de la edición 31 de los campeonatos mundiales, en Astaná, Kazajistán, y de verás parece un reconocimiento muy justo. Esa selección obliga a volver a escribir.
Y se tendrá que recordar, además de su inmenso valor, al cual nos referimos casi enseguida, a sus cuatro medallas olímpicas; bronce en Barcelona-1992, oro en Atlanta 1996, plata en Sydney 2000, bronce en Atenas 2004.
Pero, por favor, no olvidemos su quinto lugar en los de Beijing 2008 (¡muy cerca del podio, pues discutió bronce, en una quinta participación!).
No puedo contener ni un segundo más para escribirlo: tuvo comprometida su presencia en los de Atlanta 1996 debido a una lesión en la fractura en la quinta vértebra cervical, a solo dos meses del evento. Todos recordamos aquella Minerva (que pudo dejar solo 15 días antes). Y a base de fuerza de voluntad logró lo que muchos con toda razón dudaron.
NO ES TODO
Vamos a completar lo principal de su carrera: tres veces campeona mundial (Shiva 1995, Birmingham 1999 y Río de Janeiro 2007), dos medallas de plata (París 1997, Osaka 2003), e igual cantidad de bronce (Hamilton 1993, El Cairo 2005).
Ah, cuatro de oro en Juegos Panamericanos: Mar del Plata 1995, Winnipeg 1999, Santo Domingo 2003 y Río 2007.
Yo recuerdo que en Río 2007, estando cerca del final de su carrera, le pregunté como veía la final ante Danielli Barbosa, una competidora de casa, y de un país de fuerte tradición.
Me miró a los ojos y contestó de la única forma en que sabía hacerlo: “Siempre voy por la medalla de oro”.
Y casi ni mencionamos su frecuente presencia en podios de competencias tan difíciles como los Grand Prix o los Grand Slam.
¿Hace falta intentar dar algunos detalles de cuánto sacrificio le impuso a la guantanamera el mantenerse casi 20 años en el equipo nacional? No lo creemos. Y, por cierto, hoy es de forma también muy justa entrenadora en ese aguerrido colectivo.
Es la segunda cubana que entra en el Salón de la Fama, pues desde hace dos años, en la segunda exaltación, resultó incluido Héctor Rodríguez, campeón olímpico en Montreal 1976. Y hay un punto en común entre ambos: entonces también compitió lesionado (resentido de una vieja lesión en las costillas). Vamos, que tuvieron que pelear de verdad.
NO CAMBIA
Driulis González, como siempre, reaccionó ahora con modestia:
“Uno de los momentos más reconfortante para un atleta es el reconocimiento a tanta entrega. Y así sucedió en la noche de este 22 de agosto. Pero no se me subirá nunca la fama a la cabeza, sigo siendo la misma Driulis de siempre, solo un poco más emocionada”, dijo en la sede a colegas.
“Es maravilloso estar aquí, me siento muy honrada de recibir este premio. Este premio es realmente para todas las generaciones, presentes y pasadas”, agregó.
En esta oportunidad recibieron igual reconocimiento nueve figuras, de ellas cinco mujeres. Las otras cuatro fueron la británica Karen Briggs, la australiana Maria Pekli, la belga Gella Vandecaveye, la argelina Soraya Haddad.
Los otros cuatro encartados son los japoneses Uemura Haruki y Yasuhiro Yamashita, el georgiano Chota Chchishvili y el sudcoreano Jeon Ki-Young.
Marius Vizer, titular de la Federación Internacional de Judo (FIJ), se notó feliz cuando dijo:
“Es un honor para nosotros celebrar con los héroes que han contribuido tanto al desarrollo de este deporte en todo el mundo. Sin ellos, el judo no estaría donde está hoy”.
No hemos dicho todavía que se considera la mejor judoca de nuestro continente en el siglo XX, lo cual es casi lo mismo que decir en todos los tiempos, pues las mujeres no entraron en el programa de los Juegos Olímpicos hasta Barcelona 1992.
Bueno, ¿qué nos falta? Mandarle una… ¡felicitación!
Anteriormente en el Salón de la Fama
Jigoro Kano (Japón), Anton Geesink (Holanda), Charles Palmer (Gran Bretaña), George Kerr (Escocia), Franco Capelletti (Italia), Peter Seisenbacher (Austria), Kosei Inoue (Japón), David Douillet (Francia), Ezio Gamba (Italia), Jean-Luc Rougé (Francia), Thierry Rey (Francia), Patrick Hickey (Irlanda), Robert van de Walle (Bélgica), Mohamed Ali Rashwan (Egipto), Ryoko Tani (Japón), Ingrid Berghmans (Bélgica), Vladimir Nevzorov (Rusia), Willem Ruska (Holanda), Aurelio Fernández Miguel (Brasil), Héctor Rodríguez (Cuba) y Neil Adams (Gran Bretaña).
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