Con muchas dosis de esfuerzo, perseverancia y resistencia, ya tuvo lugar en la capital cubana la segunda edición del Campeonato Iberoamericano del Triatlón de La Habana.
Entre emociones y esperanzas, los triatletas protagonizaron los días 13 y 14 de febrero del presente año uno de los deportes individuales que requiere, cuanto menos, mucha energía y voluntad para poder culminar las tres disciplinas que lo componen: natación, ciclismo y carrera.
Según fuentes digitales, el triatlón surgió por una “apuesta entre marines norteamericanos en el año 1978, en la isla de Hawai, para dilucidar qué deporte y por tanto, qué deportista sería el más resistente y completo en su conjunto; un nadador, un atleta o un ciclista, que daría origen al actual Ironman de Hawái, pero hay otras fuentes que citan las carreras realizadas muchas décadas antes de este hecho, que podrían considerarse como un precedente del triatlón actual.
Transportándonos en la historia a lo más reciente de este deporte, los atletas de la edición cubana solo compitieron en las categorías de Media Distancia (1,9 km- 90 km- 21 km), y el de Sprint (750 m- 20 km- 5 km); demostrando cada uno de ellos que el éxito de llegar a la meta no solo puede atribuírsele a la fortaleza del cuerpo físico, sino también en la resistencia y las esperanzas de la mente y el alma.
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