Una actuación para el bostezo en la primera etapa de la 54 Serie Nacional de Béisbol: 216 de average ofensivo y solo 16 carreras llevadas al home —estadísticas inusuales para su casta de buen bateador e impulsor—, 43 años cumplidos y 20 temporadas dentro del terreno fueron demasiados argumentos que le presagiaban un descanso a Ariel Borrero Alfonso.
Sin embargo, Roger Machado hizo voto por El Remolcador naranja y todo salió, quizás, como ninguno de los dos esperaban.
—¿Te sorprendiste cuando el mentor de Los Tigres te pidió en la quinta opción?
—Sí, la sorpresa la recibí con beneplácito. Enseguida pensé en que estaba obligado a rendir el máximo para ayudar a un equipo bastante sólido, porque yo no había tenido una buena temporada. Imaginé que podría ser bateador designado, pero no tenía absoluta seguridad de jugar como regular. Imaginé que Holguín o Matanzas me pedirían, nunca Ciego de Ávila.
—¿Por qué?
—Porque desde mi punto de vista esos otros dos conjuntos tenían más necesidades que los avileños.
—¿Fuiste uno de los peloteros de mejor rendimiento en los play off. ¿Alguna preparación especial?
—En la primera vuelta me sentí un poco cansado, Villa Clara entrena para los 90 juegos; después hice algunas adaptaciones al sistema de bateo y fui mejorando hasta eliminar el cansancio. Al principio no me salían bien las cosas, pues conecté muchos batazos de frente.
—¿Jugar con los Tigres te dejó alguna enseñanza?
—Ratifiqué que un campeonato es de todos y de ningún hombre en particular. Los Tigres son una gran familia. Incluso, cuando me ponchaba o hacía algo mal, me daban ánimo en el banco y me decían que me preparara para la otra oportunidad. En Ciego viví momentos muy lindos y de grandes enseñanzas. Un público excelente, un gran director y autoridades al tanto del más mínimo detalle.
—Entonces, ¿este es el campeonato que más has disfrutado?
—No, qué va. Disfrute más el que ganamos con Villa Clara bajo el mando de Ramón Moré, en la serie 2012-2013, luego de 18 años tratando de llegar, al fin pudimos.
—En algún momento declaraste que terminabas en el béisbol activo.
—Sí lo dije, pero seguiré jugando. Me siento físicamente bien y decidí que voy a continuar, porque mi vida está marcada por el amor a la familia y al béisbol. Además, por ahí andan algunos números que puedo mejorar. Me lo han dicho, no acostumbro a llevar estadísticas de mi carrera deportiva.
Y no le falta razón. Borrrero, nacido en el central Washington, en Manacas, Villa Clara, el tercer mejor bateador de Cuba en el Primer Clásico Mundial de Béisbol, en 2006, está a 42 jits de los 2000, a 12 dobletes de convertirse en el tercer pelotero en completar los 400, y en la historia de los play offes el máximo productor de indiscutibles (203) e impulsador (109 carreras). La decisión está bien pensada. El Remolcador seguirá “halando”, todavía más.
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