No hubo ningún tipo de problemas. Y no era para menos, dado su mejor calibre competitivo. Los Domadores de Cuba cerraron este viernes las cortinas semifinales de la V Serie Mundial de Boxeo (WSB, siglas en inglés), provistos de técnica, muchos golpes tirados y pocos recibidos, lo cual les permitió ganar los cuatro combates contra los Guerreros de México, en el segundo cartel con sede en el Coliseo capitalino.
Así, certificaron la casi anunciada barrida frente a la pálida nómina traída por los aztecas a La Habana, pletórica de debutantes desconocidos en el ámbito boxístico. ¿Qué pensaron, que con esos púgiles de poca monta podrían regresar con el triunfo? Imposible, el retorno lo harán “pintados de blanco” y sin que un juez viese ganar al menos una pelea a un representante de ese país, que no inscribió competidor en 81 kilogramos.
Los alumnos del jefe de entrenadores Rolando Acebal mantuvieron su invicto en esta temporada y ya esperan por el ganador del otro duelo semifinal, que comienza este sábado entre las franquicias de Rusia y Astaná Arlans, de Kazajstán.
Realmente, fue un recital de golpes con puños cubanos hacia el rosto, pectorales y estómago de los aztecas, que apenas pudieron impactar con los suyos a sus más capaces contendientes.
Este match de marras cerró con un rápido nocaut (1.20 minutos) del primer asalto, propinado por el camagüeyano Lenier Peró (+91) al refuerzo ecuatoriano Jorge Quiñones. Swing de izquierda y gancho al mentón, clausuraron la contienda.
El festín cubano lo había iniciado un joven debutante en esta V WSB: el santiaguero Frank Zaldívar (52 kilogramos), quien no creyó en la mayor experiencia de Orlando Huitzil. Le aceptó el intercambio en las tres distancias e impuso su ritmo en una pelea carente de argumentos boxísticos. Muchos golpes y poca defensa. Pero el santiaguero cerró mucho mejor el quinto asalto con impactos más certeros. La votación fue unánime: 3-0 (49-46, 48-47, 50-45).
Con el triunfo del novato, los restantes púgiles con avales de medallistas olímpicos y mundiales, se llamaron a capítulo. No querían ceder y sus mejores golpes no recibieron respuesta: dieron más y recibieron menos. Y eso en el boxeo se traduce en triunfo rotundo.
Luego, el bicampeón mundial Lázaro Álvarez (60) venció por tercera ocasión consecutiva a Lindolfo Delgado, pues ya lo había hecho en la final de los Juegos Centroamericanos de Veracruz y en la fase de grupos de esta temporada. Y en las tres ocasiones ha utilizado similar diseño: jab de derecha, seguido con varios golpes de izquierda y siempre listo para contraatacar tras el fallo del rival. Otro 3-0: doble 50-54 y un 49-46 del juez B, quien lo vio perder el último round. Realmente, ¿qué pelea veía en ese momento el encargado de impartir justicia?
Y después, el titular olímpico Roniel Iglesias (69) no apretó mucho su acelerador. Se limitó a pelear los 15 minutos y paseó la distancia ante Héctor Reyes, basado en sus efectivos y potentes ganchos de izquierda, al estómago y a la cara, que obligaron al árbitro a hacerle conteo de protección al mexicano en el quinto round. Los jueces también vieron tal superioridad y de ahí el amplio 3-0 (doble 50-44 y 50-45).
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