La varilla de salto de altura ubicada a media altura puede ser la imagen perfecta para calificar el desempeño del deporte cubano en el 2015, antesala del último año del actual ciclo olímpico que concluirá del 5 al 21 de agosto del 2016 en Río de Janeiro, Brasil, con la celebración de los XXXI Juegos Olímpicos.
Intentemos entonces hacer un repaso sintético y preciso sobre los principales acontecimientos en que estuvieron envueltos nuestros representantes.
SIETE OROS MUNDIALES
El balance en 15 campeonatos del orbe dejó la mayor cantidad de títulos del actual cuatrienio (7) por 6 en el 2013 y 4 en el 2014. Sin embargo, el número total de preseas (18) —otro medidor de calidad— fue la segunda mejor cosecha de los tres últimos años, pues hace dos años alcanzamos 21, mientras un año después descendimos a 17.
Pero claro que los números solo son una parte del análisis. Cuba entró en el podio de siete citas del orbe: atletismo, ciclismo, judo, boxeo, lucha, gimnasia artística y taekwondo. Entre esas disciplinas estarán también centradas nuestras mayores opciones de medallas olímpicas, sin descartar a otras como tiro, remo y canotaje, que se fueron en blanco ahora, pero tienen nombres claves para la lid brasileña.
El primer lugar de nuestros boxeadores en la justa universal de Catar llegó con cuatro coronas y devolvió un respiro de satisfacción tras una década sin levantar el máximo galardón por naciones; en tanto el segundo lugar de la franquicia Domadores en la Serie Mundial estuvo matizado por demostraciones de altos quilates, las cuales despejaron cualquier duda de que el triunfo precedente había sido un golpe de suerte.
La pertiguista Yarisley Silva y la discóbola Denia Caballero conquistaron sendos cetros en el tercer evento más importante del deporte: el campeonato mundial de campo y pista, que tuvo por sede a Beijing, donde el triplista Pedro Pablo Pichardo tuvo un duelo hasta el final con el estadounidense Christian Taylor, quien lo relegó por cerrado margen a la medalla de plata.
Entre las noticias más estimulantes del año estuvieron, sin duda, el oro de Ismael Borrero en el mundial de lucha, estilo grecorromano; así como la plata en el all around y el bronce en barra fija del gimnasta Manrique Larduet, la gran revelación del movimiento deportivo cubano este 2015.
Las otras preseas de bronce a este nivel —válidas y de notable impacto para clasificaciones olímpicas— se las agenciaron la ciclista Lisandra Guerra en el keirin, la judoca Idalis Ortiz (+78 kg) y los taekwondocas Rafael Alba (87 kg) y Robelis Despaigne (+87 kg).
LA CAÍDA EN TORONTO
El segundo lugar en los Juegos Panamericanos de Toronto, prometido por las autoridades deportivas y mantenido desde Cali 1971, se desdibujó al cierre de la cita continental con un cuarto escaño que sorprendió tanto o más que el botín de 36 doradas, 27 platas y 34 terceros escaños. Por supuesto, este retroceso, previsible en algún grado, fue uno de las causas de la varilla a media altura a la hora del recuento anual, sin dejar de reconocer los desempeños individuales o colectivos de disciplinas como el canotaje, el clavado o el taekwondo, que superaron sus pronósticos precompetencia.
El tercer lugar del béisbol, la baja efectividad en finales (de 136 solo se ganó el 27 por ciento) y no pocas deserciones en medio de la lid también irritaron y conspiraron con faenas más relevantes que, al menos, hubieran permitido superar a Brasil en la pugna por el tercer escaño de la tabla de posiciones.
Las mayores enseñanzas dejadas por Toronto para todo nuestros federativos, entrenadores y deportistas no solo fue el descenso real experimentado por algunas figuras, sino también la necesidad de asumir este tipo de confrontaciones sin espíritu triunfalista. Más que deseo, voluntad y ganas, en el deporte se gana cuando el árbitro le levanta la mano y lo felicita.
VEGUEROS DE PINAR: CAMPEONES
El empezar del año, específicamente la primera semana de febrero, propició una de las alegrías más estremecedoras: la victoria de los Vegueros de Pinar del Río en la Serie del Caribe, 55 años después del último alcanzado por un elenco cubano en estas lides de béisbol.
Al mando del director Alfonso Urquiola y liderado por Frederich Cepeda, Alfredo Despaigne, Liván Moinello y Yulieski Gurriel, el conjunto se repuso a tiempo de una etapa clasificatoria mala y derrotó en el cruce a dos de las mejores representaciones Caribes de Anzoátegui (Venezuela) y Tomateros de Culiacán ( México), por ese orden.
Tamaña proeza no pudo repetirse ni por asombro en el Premier 12, torneo nacido en noviembre en sedes asiáticas y que pretende servir de intermedio a los Clásicos Mundiales. Cuba terminó sexta, aunque lo más preocupante fue ver a un equipo distante de los estándares internacionales en cuanto a pensamiento técnico-táctico, pitcheo y ofensiva.
Por supuesto, quedan otros hechos para comentar, entre ellos las exaltaciones a Salones de la Fama de deportistas nacionales, visitas de importantes figuras del mundo del músculo a la Isla, así como una apertura mayor al proceso de contrataciones en el exterior.
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