Con las dos medallas de oro conquistadas recientemente en la sexta parada del circuito de voleibol de playa, Cuba conservó un paso eficiente en ese torneo regional y si no encabeza el ranking en uno y otro sexo obedece a que no ha participado en todas las mangas.
De las seis competencias efectuadas hasta ahora en el tour de Norceca, representantes nuestros han estado en cinco. Solo dejaron de asistir a la quinta parada en Islas Caimán. Hagamos un breve repaso de los remates vigorosos (o sea, los resultados) para después analizar algunas “jugaditas de engaño”.
En la lid inaugural, que tuvo por sede a Guatemala del 11 al 13 de marzo, la principal dupla femenina: Leila Martínez y Lianma Flores, conocidas como el dúo L-L, —medallistas de plata en los pasados Juegos Panamericanos de Toronto— quedaron en bronce, tras caer en la semifinal ante el dueto estadounidense integrado por Allison McColloch y Kelly Reeves, a la postre campeonas.
En sentido general, las cubanas ganaron cinco partidos y perdieron uno solo, con balance de 10 sets a su favor y tres en contra.
Luego, ellas estuvieron ausentes hasta su reaparición el pasado fin de semana en el balneario de Punta Cana, en República Dominicana, donde concluyeron en primer lugar. Esta vez dominaron a las cinco parejas adversarias y solo cedieron en un set.
Sumando los dos eventos en los que L-L han competido, acumulan 10 victorias en 11 salidas a la arena, con 20 parciales a su favor y apenas 4 en poder de las rivales.
La segunda pareja cubana: Yanileidis Sánchez y Lidianny Echeverría tuvo la oportunidad de intervenir en la cuarta parada, escenificada en otra famosa playa centroamericana, Tamarindo, en Costa Rica. Allí, a pesar del abolengo de varios de los binomios inscritos, ocuparon un muy meritorio segundo puesto. Sucumbieron en la final ante la misma pareja estadounidense que desbancó a L-L en la semifinal de Guatemala.
En la justa tica, el tándem insular jugó seis veces y ganó en cuatro ocasiones (con un balance de nueve sets a su favor y cinco en contra).
Y si seguimos con la calculadora en la mano, podremos hacer los últimos ajustes a los numeritos de las dos parejas de chicas. En tres paradas: tres medallas (una de cada color), 14 victorias con tres reveses, 29 sets ganados y 9 perdidos. Un comportamiento muy eficiente, de los mejores entre las naciones que animan el circuito Norceca 2016.
Vayamos a los varones. La dupla estelar cubana, la de Sergio González y Nivaldo Díaz —noveno lugar en el Campeonato Mundial de 2015 y medallista de bronce en Toronto— debutó en la segunda fase del tour regional en Guaymas, México, donde se adueñó de la corona. Ganó sus cinco duelos y solo perdió dos sets. A la semana siguiente, se presentó en la parada de La Paz, también en suelo mexicano, y su actuación fue literalmente demoledora: repitió el cetro, finalizaron invictos en seis juegos, todos dominados por la vía de la blanqueada, y ambas finales fueron ante la misma dupla estadounidense de Slick-Allen.
Tras su periplo por la tierra de los mariachis, Sergio y Nivaldo no han acudido más al torneo. A Punta Cana fueron sus compañeros, Daisel Quesada y Karell Peña, quienes habían sorprendido en 2015 con el primer lugar en ese balneario, y ahora tendrían que doblegar a rivales muy fuertes si querían revalidar su corona.
Aunque pocos apostaban a que los cubanos pudieran levantar el trofeo, ellos fueron hilvanando poco a poco su historia, y desde la ronda preliminar dejaron muy claras sus intenciones cuando batieron a equipos de más fogueo en la actual temporada y por tanto, mejor ubicados en el ranking regional.
A fin de cuentas, Karell y Daisel volvieron a la cumbre del podio, luego de vencer a siete duetos con formidable balance de 14 sets exitosos y solo dos perdidos.
La actuación general de los varones en el circuito es impecable, muy superior a la de los países que han estado en todas las paradas. Tres presentaciones: tres medallas de oro, 18 victorias, 36 sets a su favor y apenas 4 para los contrarios. Ni siquiera Estados Unidos, presente en las seis fases, tiene números parecidos.
Aquí vienen las preguntas entonces: ¿Tan bien están las parejas de voleibol de playa de Cuba? ¿Será este el nivel en el que deberían competir actualmente? ¿No creará una falsa expectativa, sobre todo, con miras al preolímpico continental de junio, en México? ¿No hubiera sido mejor, aunque se sabe que es muy costoso, al menos una parada del Tour Mundial para calibrar la verdadera potencia de los equipos cubanos?
Les daré algunos daticos más para que usted pueda hacer también su análisis: Según el ranking olímpico, actualizado hasta el 2 de mayo, ninguna de las mejores parejas femeninas de Estados Unidos y Canadá han intervenido en el circuito Norceca. Entre ambos países norteños tienen 8 duetos por delante de L-L en ese escalafón y todos están compitiendo en el tour mundial. Incluso, hay varios duetos de esas naciones que están ubicados por detrás de las nuestras y tampoco se inscriben en la temporada de nuestra región.
Entre los varones, existen cinco duplas de Estados Unidos, igual cantidad de Canadá y una de México por delante de Sergio y Nivaldo en el ranking olímpico. Ninguno de esos once binomios se ha soleado este año en el circuito Norceca. Todos andan por justas de mayor envergadura, donde están los mejores.
Jugar siempre es bueno; pero hacerlo contra adversarios de igual o superior calidad, es mejor. De lo contrario, lo más probable es que no se logre el desarrollo cualitativo deseado. El boleto olímpico sería un premio a los progresos del voleibol de playa en los últimos años. Para lograrlo hay que estar en la mejor forma.
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