//

lunes, 18 de noviembre de 2024

De Cuba para el mundo

El fichaje de los futbolistas Maikel Reyes y Abel Martínez por el club mexicano Cruz Azul abre las oportunidades al crecimiento de ese deporte en la isla...

José Luis López Sado en Exclusivo 30/01/2016
1 comentarios

Hace poco más de una semana que el fútbol cubano comenzó a ser internacional. La buena noticia de la contratación de los dos primeros jugadores de la isla en ligas foráneas requiere algunas líneas en este espacio que normalmente se dedica a los balones que se mueven más allá de nuestras fronteras.

El fichaje de los futbolistas Maikel Reyes y Abel Martínez por el prestigioso club mexicano Cruz Azul ha dado razones para celebrar a todos aquellos que esperamos un desarrollo del balompié cubano, al menos a tono con el del resto de los países de la región.

Bajo la política de contratación del Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (Inder), ambos integrantes de la Selección Nacional de Fútbol desembarcaron en tierras aztecas en busca de su realización profesional que, sin lugar a dudas, aportará al desempeño del once cubano en general.

Tanto Reyes como Martínez jugarán, por ahora, en las categorías inferiores de La Máquina Cementera, y de su desempeño dependerá que puedan ascender a al primer equipo.

Jugar en la máxima división del fútbol mexicano deviene reto importante para estos jóvenes futbolistas, moldeados por los constantes entrenamientos de la selección nacional en el césped del Estadio Pedro Marrero, pero escasos de los valores añadidos que aporta jugar en ligas más competitivas y de manera regular.

Las autoridades del Cruz Azul, uno de los tres equipos más importantes y con más seguidores de México, junto al Club América y las Chivas de Guadalajara, se habían fijado en los muchachos cubanos desde que participaron en la Copa del Mundo Sub 20 de Turquía 2013. Luego, el punto final para sellar el pacto derivó de la evaluación directa de las características de los futbolistas durante la pretemporada.

Vestir la casaca azul para el delantero Maikel Reyes (Pinar del Río) y el defensor central Abel Martínez (La Habana), como ellos mismos afirmaron, va más allá de jugar con un equipo superior. Significa la oportunidad que varias generaciones de futbolistas cubanos han estado esperando.

Hace varios años que el fútbol cubano exigía una bocanada de aire como esta que llega desde la Liga Mexicana, una de las más acreditadas del continente y que cuenta con excelentes jugadores de todo el mundo.

Reyes y Martínez, con tan solo 22 años, pueden abrir el camino para que nuevas contrataciones se materialicen en un futuro cercano. La inserción de los jugadores en ligas foráneas, más organizadas y competitivas que la nuestra, debe aportar al desarrollo de esta disciplina en el país.

La Máquina Cementera puede convertirse en el escenario propicio para los planes de crecimiento de ese juego en Cuba, pues en sentido general el fútbol mexicano es mucho mejor que el nuestro.

Los cubanos se han mudado a una casa de lujo pues, en sus vitrinas, el Cruz Azul guarda ocho campeonatos nacionales, tres ediciones de la Copa México y dos de Campeón de Campeones, además de un segundo lugar en la Copa Libertadores 2001.

Nuestros atletas han demostrado estar dotados de condiciones físicas apreciables pero se hacen evidentes sus lagunas en los aspectos técnico tácticos del juego.

Este puede ser un año de aprendizaje, tanto para los futbolistas como para las autoridades deportivas cubanas que estarán a cargo de todo el sistema de contratación de atletas profesionales. Para bien o para mal, las reglas del fútbol para la firma de pactos son abundantes y muy específicas, por lo que la adquisición de experiencias clasifica como una de las tareas a perfeccionar.

Escuchar las notas del himno nacional en un Mundial de Fútbol es, ahora mismo, uno de mis mayores sueños. Lograrlo no es imposible y menos con esta nueva generación de futbolistas. La clasificación a la Copa Mundial Sub 20 de Turquía y la medalla de bronce en los juegos Centroamericanos de Veracruz nos ha hecho soñar un poquito más lejos y darnos cuenta de que el talento existe pero hay que pulirlo.

Aunque las referencias futbolísticas del Caribe son exiguas, Cuba posee el honor de haber sido una de las pocas naciones de la región que junto a Haití (1970), Jamaica (1998) y Trinidad y Tobago (2002) han participado en un Mundial. La incursión de nuestra escuadra en Francia 1938 es motivo de orgullo para los seguidores de este deporte en la Isla pero, más que eso, debería ser la meta para esta nueva cosecha de futbolistas.

Para lograrlo habrá que trabajar muy fuerte, tanto en la cancha como en las oficinas, con vistas a perfeccionar todos los aspectos relacionados con la práctica de este deporte, desde la formación de jugadores en edades infantiles hasta la infraestructura de nuestro campeonato doméstico.

El puesto 119 del ranking de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado) ayuda poco en ese sentido y responde en gran medida a nuestros malos resultados en los últimos enfrentamientos internacionales. Con más razón la llegada de los cubanos al Cruz Azul despierta mis esperanzas.

Detrás de Brasil y Argentina, la Liga Mexicana es una de las notorias del continente americano y en ella militan jugadores de excelente calidad por lo que la inserción allí de los futbolistas cubanos augura buenos dividendos. Ojalá así sea.


Compartir

José Luis López Sado

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


senelio ceballos
 30/1/16 7:22

ok!! Vale!! . , eso ayudara al deporte de los goles en nuestra patria y a ellos en personas

Deja tu comentario

Condición de protección de datos