Ambas semifinales de la temporada cubana de béisbol terminaron antes antes de llegar al quinto juego, para dejar descolocados los pronósticos que aseguraban que ninguno concluiría por barrida y en uno de los casos la mayoría apuntaba al límite. Pero la pelota, siempre impredecible, volvió a burlarse de los que hablamos antes de que el árbitro dijera: play ball.
Nadie imaginó que Camagüey, aún con un staff de lanzadores más variado y profundo, le ganara tres juegos seguidos a Industriales sin que estos pudieran rayar la tarjeta.
Fueron tres partidos emocionantes, con desaciertos tácticos, decisiones polémicas, sobre todo en el manejo de los pitchers, pero cuyos desenlaces solo llegaron con el último out. Los Leones dejaron hasta el rugido en el terreno, pero se vieron superados por unos Toros sedientos de triunfo, que no se veían en una postemporada desde 2007 cuando se fueron con las manos vacías.
No es que Industriales haya tenido mucho mejor palmarés desde entonces, pero en 2010 alzó su duodécima corona, que dos días antes de ceñírsela parecía hecha para Villa Clara. Después cogió una plata y un bronce, pero esos metales, en buen cubano, no valen mucho para los equipos grandes en pelota. Miguel Borroto le ganó el pulso a Rey Anglada en el pitcheo. Las tres aperturas de los Toros fueron de calidad contra una sola de los Azules, la del joven Bryan Chi en el Cándido González. Menos efectivos se comportaron ambos bullpen. En el último tercio siempre hubo rebeliones y exceso de movimientos para calmar las tensiones.
Para la historia quedan tres juegos cerrados, dos decididos por una carrera y el otro por dos. Par de bambinazos de Frederich Cepeda, quien sigue sin poder vivir las emociones de un título, aunque sea como refuerzo, y un Leslie Anderson que supo asumir el liderazgo cuando hacía falta y está a cuatro éxitos de una corona en el año de su regreso al béisbol cubano tras un largo periplo por encumbrados circuitos profesionales.
Entre las claves del triunfo de los Toros estuvo el haber sabido controlar las emociones en su retorno a la postemporada. Jugaron sueltos, ecuánimes, pese a que hubo lances en los cuales la presión pasó factura, como sucedió en el noveno inning del segundo partido con Santiago Torres. Y ese desenfado les permitió, incluso, fabricar varias carreras con dos outs. El martes esperaron su momento, y en el inning de la suerte voltearon la pizarra después de pasarse todo el tiempo al remolque de los Azules, maniatados por Bryan Chi.
LA OTRA PORFÍA
Las Tunas empezó con victoria espectacular en sus predios, sin saber que esa iba a ser la única frente a unos Cocodrilos con muchas deudas en postemporada y en juegos chiquitos. El equipo de Matanzas ripostó con el empate como visitador y luego en su patio completó la tarea antes del quinto desafío. Tres notas loables de su pitcheo: Freddy Asiel Álvarez llegó a 20 éxitos en postemporada, Yoanni Yera a mil ponches en su carrera en torneos nacionales y Yamichel Pérez encajó muy bien en el bullpen cuando casi todos lo ubicábamos en el tercer puesto de la rotación de abridores.
La línea central de los matanceros es la mejor del campeonato, con Erisbel Arruebarrena en las paradas cortas, César Prieto de camarero, Ariel Martínez detrás del plato y Eduardo Blanco en la pradera del medio. Esa es una de las fortalezas del conjunto de Armando Ferrer con miras a la final. Martínez no solo demostró sus habilidades con la mascota, sino que terminó siendo el hombre de más alto average en su lineup al compilar de 14-9.
Los resultados de este primer play off confirmar el criterio de que Ferrer fue el que mejor fichajes hizo el 27 de diciembre, aunque ahora tendrá que pensar bien en su estrategia de pitcheo para evitar desgastes antes de tiempo en un pareo que puede extenderse a siete partidos. El campeón de la serie pasada, Las Tunas, volvió a
contar con Danel Castro, un hombre de más de 40 años que sigue mostrándose por encima de la media en cuanto a calidad, y especialmente en estos juegos de
tanto estrés: pegó un jonrón e hizo más que otros como Yordanis Alarcón, cuyo madero fue anulado al extremo de golpear un solo hit en 16 turnos.
Muy por debajo de las expectativas, luego de su exitosa gestión ofensiva durante la campaña regular, cuando encabezó a los empujadores (83), pegó 15 vuelacercas, fue segundo en average (.378) y es uno de los candidatos a Jugador Más Valioso de la temporada. Y si algo limitó las opciones del plantel de Pablo Civil fue la defensa, la que va a las hojas de anotaciones y la que no. El binomio pitcheo y defensa son medulares para ganar juegos de esta envergadura.
A partir del sábado comenzará la novena final diferente seguida desde la serie 51. Matanzas, desde entonces, irá por tercera vez a la discusión del título. Camagüey se pasó ese lapso viendo las postemporadas desde la comodidad de los asientos frente al televisor doméstico.
Con esos nombres, no se han enfrentado nunca en play off, pero la última vez que un equipo matancero fue campeón, resultó en 1991, cuando Henequeneros se
impuso en la final a Camagüey. Por entonces, Ferrer era auxiliar de Gerardo Sile Junco en la dirección de los yumurinos. ¿Habrá alguna conexión con la
actualidad? Borroto ya era mentor por aquella época.
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