//

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Cuando llegamos al Coliseo…

Un vistazo a lo ocurrido durante seis de luchas, en los tradicionales torneos internacionales de luchas Granma-Cerro Pelado...

Rafael Norberto Pérez Valdés en Exclusivo 16/02/2020
0 comentarios
Alejandro “Calabaza” Valdés-Lucha Libre-Panamericanos2019
Alejandro Valdés (azúl), es uno de los candidatos cubanos de la lucha libre con más posibilidades de alcanzar una medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Cuando llegamos al Coliseo (de La Habana)… volvimos a comprender el domingo un poco más la magnitud de la fiesta montada allí durante seis días. Era la jornada final de los tradicionales torneos internacionales de luchas Granma-Cerro Pelado. Es lo que sucede cada año. Y esta vez con un imán adicional muy poderoso. Estamos muy cerca de los Juegos Olímpicos de Tokio (24 de julio-9 de agosto). Entonces llegará “la hora cero”.

Los cubanos del estilo libre, como parte de la fiesta antes mencionada, iban a discutir este domingo nueve de las diez coronas (antes los de la grecorromana había logrado seis de las siete, y las muchachas de la libre cuatro).

Ese banquete con cuchara grande de los de la libre es algo bueno y también no tan bueno. O al menos, y de eso saben buen nuestros responsables de las luchas, algo de lo que se debe estar alertas. Porque más allá de lo bien que haya podido competir nuestros compatriotas, lo cual quizás nadie discute, debemos estar siempre alertas a las falsas señales.

Cuando llegamos al Coliseo… se estaban celebrando las ceremonias de retiros oficiales de dos figuras importantes. Uno es el luchador Andy Moreno, con presencia acostumbrada en los podios, entre cuyos resultados el más empinado fue la medalla de bronce en los campeonatos mundiales de Bakú, Azerbaiyán 2007, en la división de los 55 kilogramos. El otro fue el árbitro Luis Castillo, quien llegó a ostentar la categoría de excepcional de la entonces federación internacional (hoy unión), que se acoge al retiro por la edad y los reglamentos.

PREGUNTANDO

Cuando llegamos al Coliseo… nos fijamos en casi todo lo que pudimos, sabiendo que el escenario iba a ser desmontado. Y realizamos algunos apuntes, para que no fallara la memoria. Sí, ojalá tampoco nos falle la memoria con el siguiente apunte. No recordamos, de ediciones anteriores, un afiche gigante, y menos tan bello, como el de ahora. Es uno con cinco imágenes. En el extremo izquierdo el casi invencible Mijaín López (tres veces campeón olímpico, multimedallista en campeonatos mundiales). En el derecho el también grequista Ismael Borrero (campeón olímpico en Río 2016, y dos veces en mundiales).

¿Se acuerda el lector de que ninguno de los dos compitió ahora? Mijaín por razones estratégicas (no hacerlo bajar de peso para una competencia que no le aportaría, y preservarlo así para su gran objetivo: una cuarta medalla de oro en Juegos Olímpicos, lo cual no ha logrado ningún luchador). Borrero por una lesión sin mayores consecuencias. Sí, también cuidarlo.

Cuando llegamos al Coliseo… pudimos hablar ya en los compases iniciares con Luis de la Portilla, el comisionado nacional de luchas.

“He visto bien la competencia. Ha tenido un alto nivel técnico. Estados Unidos trajo atletas de calidad, medallistas en campeonatos mundiales. Canadá trajo un buen equipo en el femenino”, dijo para los lectores de Cubahora.

En la misma línea nos habló minutos después Manuel Rodríguez, árbitro internacional de primer nivel, jefe de esa área en nuestro país, y también metodólogo de la comisión nacional.

“La participación internacional fue muy buena, con luchadores de nivel, y la organización también funcionó de forma correcta”.

¿QUÉ PASÓ?

Los de libre en definitiva conquistaron ocho de los nueve títulos a los que podían aspirar en la jornada del adiós, entre ellos los de un trío que ratificó su gran peso dentro de la escuadra cubana: Reineris Andreu (división de los 57 kilogramos), Alejandro Valdés (65), Geandry Garzón (74). La sonrisa acompañó a otros dos conocidos: Yurieski Torreblanca (86) y Oscar Pino (125). Las otras doradas fueron a los cuellos de Jean Kiel Chávez (61), Arturo Silot (92) y Reinier Pérez (79).

La única final que se nos escapó este domingo fue la de los 97, en la que un estadounidense estelar como J´den Cox derrotó 11-1 a Yónger Bastida, plata en el mundial juvenil del año pasado, bronce en el de menores de 23. Ah… Cox fue el año pasado campeón mundial en Nur-Sultán (Kazajistán).

¿Qué ocurrió antes de este domingo?

Los de la grecorromana, entre martes y miércoles, habían terminado con seis de las siete posibles: Gabriel Rosillo (97), Luis Orta (60), Yoel Antomarchi (67), Ariel Fis (97), Daniel Gregorich (87) y Ángel Pacheco (130).

Y las cuatro preseas de la libre femenina, entre jueves y viernes, las alcanzaron Lianna de la Caridad Montero (división de los 57 kilogramos), primera medallista cubana en campeonatos mundiales de adultos, gracias a su bronce en Budapest 2018; Yusneylys Guzmán (50), la juvenil María Fernanda Santana (62); Milaymis de la Caridad Marín (76), quien el año pasado resultó invencible en los mundiales juveniles y en el de para menores de 23 años.

APUNTES FINALES

Cuando ya casi íbamos a salir del Coliseo… volvimos a mirar aquel afiche espectacular.

Cuando salimos del Coliseo… nos fuimos pensando en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Es que en ellos, entre otros resortes, nuestros luchadores tratarán de mantener la racha mágica de haber ganado al menos una medalla de oro en todos los celebrados a partir de los de Barcelona 1992 (seis ediciones).

Cuando salimos del Coliseo… pensamos en sí sería necesario añadir un dato o escribir una pregunta: ¿Hace falta recordar que es nuestro único deporte en el que los cubanos lo han logrado?


Compartir

Rafael Norberto Pérez Valdés


Deja tu comentario

Condición de protección de datos