Impecable comunicación y finísimo tránsito del balón entre Lionel Messi y Javier Pastore. Esa fue la combinación letal con la que Argentina apuntaló este lunes la goleada de 6-1 ante Paraguay, en el estadio Ester Roa, de Concepción, en la segunda semifinal de la Copa América Chile 2015.
Messi no marcó. Pero eso no le preocupó ni a él ni al resto del equipo. Lo vital era ganar con goles de cualquiera. La «Pulga» sí estuvo activo durante todo el juego y tuvo participación en los seis disparos del conjunto. Creo que eso fue suficiente.
Pastore, en compañía del Kun Agüero y de Ángel Di María, le crearon serios problemas a los volantes de contención Ortiz y Cáceres, incapaces de bloquearlos. Y eso fue aprovechado por Leo, que no sintió la brutal marca que le hicieron los colombianos en el partido de cuartos de final.
El primer gol argentino llegó a balón parado. Messi centró al área chica y el defensa Marcos Rojo marcó tras un rebote, en el minuto 14. Y en el 26’, de nuevo Messi: asistencia a su «socio» Pastore, quien definió junto al segundo poste para firmar el 2-0.
El total control argentino, se tradujo en la real goleada que finalmente se confirmó. Máxime, cuando Derlis González y Santa Cruz, claves en el equipo paraguayo, debieron abandonar por lesión. Le quedaba muy poco al aguerrido cuadro guaraní, que dio entrada a Bobadilla y Lucas Barrios para seguir presionando en busca de un gol que les acercara en el pizarrón. Y su intento, fue premiado por el fútbol. En el minuto 37’, el central argentino Nicolás Otamendi eleva un balón en dirección a la media cancha, Bruno Valdez anticipa de cabeza y le cede el balón a Barrios, quien fusiló al portero Sergio Romero. Así, se fueron al descanso con ventaja albiceleste de 2-1.
En el ambiente retumbaba el recuerdo de lo ocurrido entre estos dos mismos equipos en el debut en el torneo, cuando Paraguay igualó un 2-0 en la segunda mitad. Pero Argentina no quería que se repitiera esa historia y en el complemento salió mucho más acoplada, con la portería de Villar como blanco a batir.
Entonces, se mantuvo la conexión Pastore-Messi… y llegaron otros cuatro goles. Di María fue el autor de los goles tres y cuatro. Primero, recibió una asistencia certera de Pastore y luego cerró la indetenible cabalgata de Lionel.
Con la final casi segura, se retiraron del juego Mascherano y Agüero, no sin antes marcar el delantero del City inglés un formidable quinto gol con un cabezazo perfecto. También se retiró Pastore. Y el sexto gol fue obra de Higuaín, también asistido por Messi, que jugó todo el partido a pesar de tener en su contra una tarjeta amarilla. No se ganó otra… y Chile tendrá que cuidarse mucho del accionar de la Pulga, cuando enfrente a Argentina el próximo sábado en busca de la corona.
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