La fase de grupos de la Copa Mundial de Futbol está a punto de concluir y no han sido pocas las sorpresas hasta el momento. En primer lugar habría que mencionar la actuación de Costa Rica, equipo que a priori parecía destinado a ocupar el sótano del llamado grupo de la muerte y en cambio destrozó todos los pronósticos al convertirse en el primer conjunto en clasificar luego de sendas victorias ante Uruguay e Italia.
Los ticos se han mostrado implacables a razón de una defensa ordenada y un ataque que mucho le debe a su joven estrella Joel Campbell, cedido por el Arsenal al Olympiakos y quien será este verano protagonista de las habituales disputados del mercado.
Otro de los acontecimientos más destacados ha sido la eliminación de la actual campeona del Mundo, España. En este sentido, muchos culpan a Vicente del Bosque de no haber advertido la inminente debacle que tuvo su génesis en la pasada Copa Confederaciones. Sin embargo, el bigotón apostó una vez más por los jugadores que habían llevado a fútbol ibérico a enlazar dos Eurocopas y un Mundial y que hicieron de su estilo de juego un arma temible y por demás hermosa.
No creo que al técnico de la roja se le deba culpar, a fin de cuentas, su único pecado fue confiar en los suyos. Es una lástima que el desenlace para una histórica generación de futbolistas haya sido tan triste, pero cuando se ha alcanzado la gloria de la forma en que lo hicieron hombres como Casillas, Iniesta y Xavi, no hay vergüenza en caer de la forma en que cayeron, y más cuando saben que el futuro está garantizado en las piernas de figuras como Thiago Alcántara, Koke, Isco y De gea.
Si de sorpresas de trata no podía pasarse por alto la actuación del equipo mexicano. A pesar de que pocos pronosticaron su avance luego de haber clasificado en la repesca frente a Nueva Zelanda, los dirigidos por Miguel Herrera han vencido todos los obstáculos llevando a cabo un juego impecable desde el punto de vista técnico en el que se han destacado, entre otros, el infranqueable Guillermo Ocho, el veterano capitán Rafa Márquez, Héctor Herrera y “el cepillo” Peralta.
Entre las figuras del torneo ha sobresalido hasta el momento el brasileño del F.C Barcelona Neymar Jr. La actual estrella del scratch, comanda hasta el momento la tabla de goleadores con cuatro unidades y sobre sus hombros penden las esperanzas de una nación que no espera otra cosa que el título. Una nueva derrota de Brasil en casa sería desastrosa y el joven atacante culé sabe que evitar dicha catástrofe depende mucho de cuánta fantasía pueda crear con el balón. Hasta el momento no ha defraudado pues ha creado peligro, ha hecho gambetas espectaculares y ha anotado goles que a la postre han definido encuentros.
Para concluir sería imperdonable no referirse al jugador más electrizante del torneo: El uruguayo Luis Suárez, quien luego de perderse el primer partido ante Costa Rica a causa de su lesión en la rodilla regresó ante la selección inglesa para salvar a los sudamericanos de la eliminación. Con dos goles fantásticos, Suárez devolvió la ilusión a los charrúas y demostró que porqué es considerado uno de los mejores jugadores del mundo (a mi juicio el mejor en este momento) y que los treintaiún goles anotados este año (ninguno desde el punto penal) no fueron fortuitos, fueron la confirmación de que en este instante en el mundo del fútbol nadie posee una furia y una capacidad goleadora semejante a la suya.
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