No había que hurgar mucho en las nóminas para prever que el tándem de los primos Santos (Roel y Raico) era el mejor uno-dos que podía articular cualquier manager en la actual temporada del béisbol insular, pero ahora, con 15 juegos que ya son solo hojas de anotación, los ojos están posados en otra yunta que anda suelta golpeando de hits y embasándose más de la mitad de las veces que viajan al plato.
Uno es muy mediático, más que por su tamaño o su padre, porque el año pasado debutó sonando imparables por todo el campo de juego y terminó ganando el premio al Novato del Año. Loidel Chapellí ha vuelto en esta campaña con las mismas intenciones de vivir más tiempo en los senderos que sentado en el banco después de consumir cada turno al bate.
Fue el primer MVP semanal de la serie y al paso que va, puede ser uno de los pocos que repita. Ahora mismo, el pequeño torito encabeza los bateadores con astronómico average de .500 (26 en 52) y exhibe además OBP de .567. Con esos números el muchacho está cumpliendo con creces su responsabilidad de segundo bate en una alineación que está produciendo muy por encima de la media del campeonato.
Quien ahora es el hombre proa en la tanda de los subcampeones nacionales lo escolta en el ranking de los mejores promedios ofensivos con números de otra galaxia también: .491 (27 en 55) y su OBP de .586 es el más alto entre todos, y en ese escalafón entonces es Chapellí el que va detrás de él.
Si no hubiera sido por el brutal despliegue ofensivo de Samón en las subseries pasadas, estoy casi seguro de que Humberto hubiese calificado como uno de los candidatos al MVP de la semana recién concluida, tras haber bateado 11 imparables en 19 turnos oficiales, con diez carreras anotadas, nueve impulsadas y siete bases por bolas tomadas. (En definitiva los encargados de nominar se decantaron por Samón, el industrialista Jorge Enrique Alomá y el pitcher tunero Yudiel Rodríguez, toca a usted ahora votar hasta el lunes por el mediodía para saber ese mismo día a las dos de la tarde cuál ganó más sufragios populares).
Son ellos, Humberto y Chapellí, el uno-dos también en hits, un dato que seguramente usted imaginaba con semejante actuación desde el arranque de la justa y Bravo comanda a los anotadores con 20. Curiosamente, antes que Chapellí hay otros dos camagüeyanos en esa misma lista: Leonel Moa (18) y Yandry Yanes (15), y después es que viene el pequeño jardinero empatado con Alexander Ayala (13), en un equipo que ha pisado el home 128 veces y le saca 21 anotaciones a Industriales, el segundo que más carreras fabrica.
Con una dupla como la de Bravo y Chapellí y luego un remolcador tan productivo llamado Yordanis Samón, quien ha empujado 23 hombres, se puede entender cómo Camagüey, cuyo pitcheo permite más de cinco carreras limpias por juego, esté en segundo lugar del torneo, a solo media raya de los Leones.
De la yunta de primos granmenses no se pueden decir los mismos elogios en estos inicios de temporada, aunque Raico ha sido utilizado más en esta serie como tercer bate. Entre sus potencialidades y números hay todavía una diferencia muy visible. Roel tiene average de .271 y OBP de .358, y su pariente exhibe .310 y .473, respectivamente.
Sin embargo, es de prever que mientras avance el calendario vayan ajustándose y desplegando sus herramientas para entrar mucho en circulación, y quizás Carlos Martí los vuelva a unir en la parte alta de su lineup, si logra que los hombres llamados a ocupar el centro del lineup asuman más protagonismo.
Entre los lujos de esta serie estaría disfrutar de ambos duetos emulando por ser el mejor uno-dos, pulsada que por ahora ganan, cómodamente, los camagüeyanos.
VATICINIOS DE LAS SUBSERIES QUE COMIENZAN HOY
Entre sábado y domingo hay pareos muy atractivos, entre ellos el Santiago de Cuba y Camagüey. Ambos vienen de ganar sus respectivas entre semana, aunque de maneras diferentes: los Toros por barrida con par de nocaut incluidos ante Artemisa, y las Avispas por 2-1 a Villa Clara con dos juegos de mucho pitcheo. Una división de honores haría felices a ambos mentores.
Otro duelo que merece seguimiento es el Industriales-Cienfuegos. Llegan en la misma situación: los Leones le pasaron la escoba a Ciego de Ávila y los Elefantes doblegaron par de veces a los guantanameros. Para los sureños sacar un triunfo es lo ideal; para los Azules sería algo más normal.
Pese al paso errático de los Tigres avileños, quienes no han podido jugar en sus predios del José Ramón Cepero debido al impacto de la COVID-19 en esa provincia, el tope contra Granma también es de los más atrayentes.
Se verán las caras en un terreno neutral, el Sandino de Santa Clara, y los más urgidos de ganar son los muchachos de Yorelvis Charles, que llegan de irse en blanco en su visita al Latino, mientras los Alazanes sacaron los tres éxitos de su gira por Mayabeque, donde emplearon a sus dos hombres fundamentales en la rotación, y ese dato podría ayudar mucho al uno-uno que dejaría más conforme a Charles que a Martí.
Y no menos interesante deben ser los choques entre Holguín y Sancti Spíritus, dos que han mostrado muy buena cara con miras a asegurarse un puesto en la postemporada. Los Cachorros estuvieron a nada de pasarles un escobazo espectacular a los campeones de Matanzas y los Gallos fueron a descansar un poco a la Isla, donde apenas sostuvieron un partido por culpa de la lluvia que anegó la morada de los Piratas. Con el empuje de ambos, una división es lo más sensato.
El calendario se completa con el enfrentamiento entre Pinar del Río y Mayabeque, Matanzas frente a Artemisa, Villa Clara contra La Isla y Las Tunas versus Guantánamo. No dejan de mover pasiones y tampoco es descabellado que en varios de estos pareos uno de los contendientes gana los dos choques. Pienso en Matanzas y Las Tunas, por ejemplo.
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