Hubo despiadados vientos huracanados el viernes para las luchadoras cubanas, en el preolímpico de América, celebrado el fin de semana en Frisco, Texas, Estados Unidos (ninguna pudo clasificar a Río 2016). Un sol brillante salió al otro día para los de la libre (¡cinco pasajes con igual cantidad de oro!). Y el domingo los de la grecorromana tampoco tuvieron cielo gris (cuatro boletos más y dos de ellos como campeones).
Es importante comenzar recordando un elemento. Las primeras clasificaciones olímpicas, para los de nuestro continente, fueron otorgadas en el pasado Campeonato Mundial, disputado en septiembre, en Las Vegas, Estados Unidos. Las obtuvieron los ganadores del oro o la plata.
Tal exigencia, es decir, la obligatoriedad de incluirse en la final, será válida para las dos oportunidades que todavía aparecen marcadas en el calendario. Una de ellas será en Mongolia (24 al 26 de abril). Y la otra en Turquía (6 al 8 de mayo). Es de imaginar que nuestros especialistas sacarán nuevas cuentas para intentar hacer un pronóstico certero de quiénes de nuestros compatriotas aún pendientes podrían hacer el grado.
Hasta ahora solo dos cubanos tenían sus “pasajes olímpicos”, ambos del estilo grecorromano: Ismael Borrero (división de los 59 kilogramos), y Mijaín López (130), monarca y subcampeón de la cita del orbe antes mencionada.
LIBRE: APLAUSOS
Vamos a comenzar por la libre (58 competidores), en la que nuestros cinco finalistas, de seis posibles, no se conformaron con tener ya el boleto olímpico, y siguieron camino hacia el punto más empinado.
Y empezaremos por la división de menos peso corporal. Se debe señalar que a Yowlys Bonne (57), medallista de bronce en el mundial de Tashkent 2014, décimo sexto en el de Las Vegas 2015, le tocó enfrentar en la final a un estadounidense, Anthony Ramos, octavo en Las Vegas. Pero, a pesar de la fuerza tradicional de los de ese país en este estilo, no logró detenerle sus aspiraciones. Ello lo vuelve a ratificar, unido a todo su expediente anterior, como un hombre a seguir en Río 2016.
Alejandro Valdés (65) tuvo que enfrentarse a un rival de cierto renombre, como el boricua Flanklin Gómez, bronce en el mundial de Estambul 2011, y se las ingenió para que cuando echó el “pasaje olímpico” en su bolso de mano no fuera con la insatisfacción de un revés. Gómez eliminó al estadounidense Brent Metcalf.
Liván López (74), medallista olímpico de bronce en Londres 2012, bronce en el mundial de Tashkent 2014, ratificó su extraordinaria calidad, y liquidó el último deseo en Frisco del colombiano Carlos Izquierdo, sin aval sólido.
Reineris Salas (86), multimedallista en mundiales, también doblegó a un boricua, como su compatriota Valdés, en este caso a Jaime Espinal, subcampeón olímpico de Londres 2012. Quiero pensar, a tono con sus condiciones y también su historia, que es uno de nuestros luchadores a los cuales debemos enfocar con reflectores.
La misma senda hasta lo más alto del podio resultó seguida por Javier Cortina (97), en su último duelo ante el venezolano José Díaz, bronce en Toronto 2015, donde él finalizó quinto.
El único que no pudo sonreír dentro de nuestros libristas fue el supercompleto Yudelmis Alpajón (125), una división dominada por el estadounidense Tervel Dlagnev y el canadiense Korey Jarvis.
GRECO: BUENA NOTA
En la grecorromana (entre 64 exponentes, la mayor cifra en Frisco), como ya dijimos, se lograron cuatro boletos, y de ellos dos lo fueron con la siempre añorada etiqueta de campeones.
Yurisandy Hernández (75) resultó indetenible en toda la ruta, y ya en la final doblegó al colombiano Carlos Muñoz Jaramillo, bronce en Toronto 2015.
Yasmany Lugo (98) tuvo las cosas más fáciles en la final, pues el venezolano Luillys Pérez cayó por “forfeit médico”, siempre también según datos reflejados en la página web de la unitedworldwrestling.
Miguel Martínez (66) quedó con alegrías a medias: la buena, claro está, por su clasificación olímpica, la cual era en definitiva el objetivo principal; la mala porque cedió en su último duelo, contra el venezolano Wuileixis Rivas Espinoza, campeón de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 (él ganó allí bronce).
Alan Vera (85) perdió por no presentación en su primer compromiso, sin que conociéramos detalle alguno.
LAS CHICAS: POR DEBAJO
No caben los paños tibios: la actuación de las chicas estuvo por debajo de lo esperado (en porfía que reunió a 46 competidoras). No olvidamos, por supuesto, que en nuestro país la práctica entre ellas comenzó a la carrera poco antes de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena de Indias 2006. Y que otras naciones empezaron mucho antes. O que el roce internacional no ha sido el necesario. A pesar de todo ello… se esperaba más.
La comitiva la formaron Yusnelis Guzmán (48); Lienna de la Caridad Montero (53); Jaqueline Stornell (58); Katherine Vidiaux (63), única cubana olímpica, en Londres 2012, donde quedó octava, campeona de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011; Yudarys Sánchez (69); Lisset Echevarría (75), oro en Cartagena 2006, y también en Guadalajara 2011.
Lo ocurrido el viernes, en la Dr. Pepper Arena, dejó una verdad de Perogrullo sobre los colchones para nuestras luchadoras: ¡Hace falta superarse!
Cuba, gracias a 10 exponentes, es hasta el momento el país de América con mayor número de clasificados.
Vamos ya casi llegando al pitazo final de nuestro combate con el teclado y cerraremos con una pregunta: ¿Hace falta escribir que la lucha es uno de los deportes de mayores esperanzas para los cubanos en los Juegos Olímpicos de Río 2016?
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