El gobierno revolucionario de Venezuela le dio un golpe de muerte a la violenta oposición interna, pagada por Estados Unidos, cuando convocó a la elección de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para, entre otros objetivos, detener los ataques callejeros que dejaron 140 muertos y decenas de heridos en cuatro meses.
La ANC fue instalada, luego que más de nueve millones de ciudadanos se pronunció en las urnas en respuesta al llamado del presidente Nicolás Maduro el 1 de mayo de 2017.
Ocurrió entonces una especie de parte aguas en Venezuela. La oposición interna quedó neutralizada por la victoria del 30 de julio siguiente, en la que no presentó candidatos a la Asamblea, aplastada además por la paz en las calles, y el posterior edicto a elecciones primero para gobernadores, y luego para alcaldes.
Las agrupaciones derechistas integradas en una dividida Mesa de la Unidad Democrática (MUD) adversos del sistema progresista que fundó el líder revolucionario Hugo Chávez y luego continuado por Maduro, pedían elecciones y realizaban intrigas a nivel local e internacional porque no había libertad en el país. Pero no se presentaron y perdieron la oportunidad de integrar la ANC.
Luego se (o los) aconsejaron y candidatearon a varios de sus políticos para gobernadores (ganaron cuatro de 23) y las alcaldías.
En todos esos procesos ganaron los candidatos del Partido Socialista Unido de la Revolución (PSUV), la mayor fuerza política de la nación, que junto a centenares de organizaciones progresistas forman el llamado Foro de la Patria.
Ante el triple respaldo de los votantes a la Revolución, los antagonistas comprendieron que perderían todas las elecciones a que se presentaran si antes no expresaban voluntad política para tratar de entenderse con el gobierno y firmar un acuerdo de convivencia política que permitiera a Venezuela recobrar la paz y llevar adelante sus planes de desarrollo sostenible.
Desde 2014, cuando la contrarrevolución asesinó a 40 personas en las calles para aterrorizar a los civiles, Maduro ha insistido en que el diálogo es el único camino posible para llevar adelante el proyecto político venezolano de manera pacífica. Sin embargo, la MUD declinó la invitación, e igual postura mantuvo en el 2015, con algunos escamoteos en el 2016.
Nunca estuvieron más cerca de una conciliación las partes en conflicto en la nación suramericana que en los últimos días, luego de la aceptación de un debate con delegados del gobierno en República Dominicana patrocinado por el presidente de esa isla caribeña, Danilo Medina, y el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y varios cancilleres latinoamericanos como Luego de seis rondas iniciadas en septiembre ultimo tenían listo para su firma el Acuerdo de convivencia democrático por Venezuela, con un 99% de consenso sobre asuntos de enorme trascendencia para el entendimiento común.
Antes de la eventual suscripción hubo señales preocupantes. Las elecciones presidenciales, otro anhelo de la oposición, fueron marcadas por la ANC y aceptadas por el Consejo Nacional Electoral para el 22 de abril próximo. Las reuniones en Dominicana eran inestables. En varias ocasiones los opositores no aparecieron por supuestas consultas en Caracas, entre otros argumentos. La actitud posterior demostró que solo ganaban tiempo.
El pasado 18 de enero, hubo que aplazar las conversaciones tras la decisión los conservadores de no viajar con el pretexto de que el gobierno de Maduro ponía trabas al proceso. Sin embargo, el vocero de la delegación gubernamental, Jorge Rodríguez, denunció que la ausencia de sus interlocutores se debía a presiones de Estados Unidos.
Cinco días después, el canciller de México, Luis Videgaray, se retiró como observador ante el anuncio de las elecciones por parte de la ACN, sin más explicaciones.
El Gobierno venezolano y una dividida oposición reanudaron en Santo Domingo el diálogo el día 24, bajo la amenaza de Chile de suspender su participación como acompañante del diálogo "si no se concretan a la brevedad las condiciones" entre las partes para unas elecciones "presidenciales democráticas, transparentes y conforme a estándares internacionales".
La cita prevista para el 5 de este mes quedó suspendida después de que ninguna de las delegaciones asistió a la cita.
Tras extensas conversaciones en que cada delegación exigió condiciones e hizo concesiones, se esperaba que al siguiente día se firmara del Acuerdo.
Los importantes delegados del Gobierno venezolano (Jorge Rodríguez, Roy Chaderton y Delcy Rodríguez) en nombre del presidente Maduro firmaron el Acuerdo entregado posteriormente al presidente Medina; al canciller Miguel Vargas y al expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quienes conformaron la mesa de acompañamiento.
La oposición, por su parte, se negó a suscribir el importante documento que habría hecho una diferencia para el futuro venezolano sin una excusa creíble.
Con rostro de disgusto, Medina informó la decisión de los conservadores, algo considerado inaudito después de las rondas de trabajo y los preacuerdos ya suscritos.
En declaraciones a la prensa, Zapatero refirió que ¨Este es un momento decisivo, este es el tiempo, de lo contrario es peligroso. Por eso llamo al entendimiento...lo esencial está allí, acuerdo sobre la fecha electoral, observación, reglas del juego, garantías electorales", e Insistió que una alternativa al acuerdo sería "extremadamente negativa¨.
¿Qué ocurrió en realidad con los conservadores en Santo Domingo?
Expertos consideran que el grupo opositor estaba en espera de indicaciones del Secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, de gira desde el 1 de este mes por cinco naciones –México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica- en cuya agenda el tema venezolano estuvo siempre en el tapete.
En todos los países donde fue recibido supuestamente para tratar asuntos bilaterales, Tillerson insistió en las sanciones contra Caracas, en especial en el área de exportación de petróleo y sus consecuencias para los compradores, entre ellos su propio país.
El Secretario sabía lo que se traía entre manos, porque para él, máximo ejecutivo de la petrolera estadounidense ExxonMobil, ¨el crudo venezolano es prioridad. ¨
Cuando lo designó, Trump dijo de su entonces futuro Secretario: "Él es mucho más que un ejecutivo de negocios. Él juega a escala global. Está a cargo de la que supongo es la mayor compañía del mundo; está a cargo de una compañía petrolera que tiene prácticamente el doble del tamaño de su competidor más cercano, y que se ha gestionado increíblemente bien",
El pasado día 6, el Secretario-hombre de negocios, llegó a Colombia para, tratar, entre otros asuntos, ¨la situación venezolana, a la que la región, dijo, debía prestar mayor atención¨.
Para tratar de entender la actitud de los líderes conservadores en Santo Domingo, Rodríguez quebró la mascarada cuando informó a los periodistas que ¨una llamada telefónica realizada desde Colombia por el presidente Juan Manuel Santos impidió que la oposición suscribiera los acuerdos que ya habían sido aceptados por ambas partes y de lo cual es testigo José Luis Rodríguez Zapatero”.
La dirección de derecha, afirmó, continúa “recibiendo instrucciones del procónsul imperial (Bogotá). Se niega (Julio Borges, dirigente de derecha) a consignar y a asignar a lo que vinimos, que fue a la firma del Acuerdo de Convivencia Democrática por Venezuela".
Ante tal posición, los disgustados promotores internacionales dieron por finalizado el diálogo, en tanto Caracas indicó que aún espera que haya conciencia entre los líderes conservadoes y suscriban el texto.
Pero si ellos mantienen su negativa decisión, el Acuerdo de Convivencia Democrática por Venezuela será refrendado por el pueblo los días 17 y 18 de este mes, una vez concluido los Carnavales.
El presidente Maduro anunció desde el Palacio de Miraflores que habrá una jornada para que los venezolanos avalen el documento con su firma y llamó a los enemigos de la Revolución Bolivariana, una vez más, a reincorporarse al camino electoral y dejar de lado la violencia de cara a las elecciones presidenciales.
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