La dirección Partido Nacional Africano, ANC, que lideró la lucha contra el régimen racista de Pretoria, asumió la decisión de deponer el Jefe de Estado desde hace nueve años, el ex combatiente anti apartheid Jacob Zuma, y colocar en su lugar al presidente de esa entidad política, Cyril Ramaphosa.
Se trata de un acuerdo que puso fin a un complicado proceso de negociaciones que, según fuentes locales, pretende colocar sobre la mesa de trabajo la solución de los ingentes asuntos económicos y sociales vigentes en esa nación austral, y responder a las acusaciones sobre malos manejos y corrupción que han estado pesando desde tiempos atrás contra la figura de Zuma.
De manera que hace apenas horas, el presidente saliente se personó ante el parlamento local y dejó vacante su cargo ante las críticas de figuras del gobernante ANC, a las que se adhirieron sectores opositores que, de alguna manera, intentaron solicitar un proceso judicial contra el ex mandatario y aprovechar la coyuntura para plantear la disolución del poder legislativo y la convocatoria a elecciones generales.
Zuma, quien desde los 17 años combatió al apartheid y guardó prisión junto a Nelson Mandela, precisó no tener nada que ver con los manejos que se le imputan, y se manifestó fiel al legado del partido Congreso Nacional Africano.
Los medios de prensa dieron a conocer que la renuncia estuvo antecedida “por una campaña por su alegada participación en actos de corrupción y por permitir que la familia de origen indio de apellido Gupta aprovechara la relación con él para obtener contratos millonarios y acceder a decisiones del ejecutivo.”
Las propiedades de los Gupta fueron allanadas y varios de sus asociados llevados a prisión, mientras se estudia por la Procuraduría Nacional si resulta pertinente “reabrir unos setecientos cargos contra el ex presidente, desestimados en 2009 por la Alta Corte de Justicia.”
Los propios medios informativos aseguraron que “las denuncias contra Zuma también provinieron de los principales aliados de la organización política gobernante como el Congreso de los Sindicatos y el Partido Comunista, que estaban reclamando su separación desde hace meses.”
Por su parte, el nuevo presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, ha sido descrito como un hombre muy cercano a Nelson Mandela, impulsor de la creación de la influyente Unión de Trabajadores de la Minería, la cual encabezó desde su fundación en 1985, hasta 1991.
Fue aspirante a la presidencia, pero resultó derrotado frente a la figura de Thabo Mbeky en 1997, y luego se retiró de la lucha política para convertirse en una de las personas más acaudaladas de Sudáfrica, según lo estiman diferentes fuentes.
Regresó a la dirección del ANC en 2012 llamado precisamente por el depuesto Jacob Zuma.
En su discurso de aceptación Ramaphosa reconoció a cada uno de los representantes de los partidos “que lo felicitaron y le recomendaron trabajar por la unidad, enfrentar la corrupción y reactivar las empresas estatales.”
Expresó que promoverá “la unión entre todos los partidos para enfrentar de conjunto los problemas fundamentales de los sudafricanos, y llamó a discusiones en el parlamento con respeto mutuo.”
Aseguró además que llevara a cabo sus nuevas responsabilidades “con humildad, dedicación y dignidad.”
Javier Nd
17/2/18 8:09
Hay cosas que no entiendo, como de un simple trabajador ha llegado a ser una de as personas más acaudaladas de Sudáfrica, además como un empresario privado va luchar para reactivar la empresa estatal, este mundo esta alreves
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