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domingo, 17 de noviembre de 2024

¿Siria más cerca de la paz?

Ginebra retorna como escenario de nuevas conversaciones entre las partes en conflicto...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 14/07/2017
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Conversaciones en Ginebra sobre Siria
Staffan de Mistura, que ejerce de mediador entre las partes, en la séptima ronda de conversaciones entre el Gobierno sirio y los distintos grupos de la oposición siria.

Desde este lunes y hasta el día quince, si no ocurre algún dislate o imprevisto, delegaciones del gobierno sirio y la oposición podrían verse las caras en la ciudad suiza de Ginebra, sede de la séptima ronda de encuentros destinados a la pacificación de esa nación mesoriental.

De hecho, y a partir de los últimos acontecimientos relacionados con el conflicto, algunos observadores se muestran optimistas con relación a esta renovada cita, en cuyas ediciones anteriores el fracaso y la incomunicación han sido las notas predominantes.

Hay que advertir que uno de los factores adversos en los intentos precedentes es la negativa opositora a admitir la validez del legítimo gobierno nacional encabezado por el presidente Bashar El Asad, figura que —según tales criterios— no tendría cabida en la presunta “Siria renovada”, una tesis que no dejó de manejarse por los titulados rebeldes, incluso, hasta horas antes de viajar a suelo suizo.

Por demás, es útil recordar que el conflicto surgido en Siria no es el resultado único de presumibles contradicciones internas, sino en determinante medida de la política hegemonista puesta en práctica en Asia Central y Oriente Medio por Washington, sus restantes aliados occidentales, el sionismo israelí y los gobiernos reaccionarios árabes, promotores todos del desestabilizador terrorismo regional a gran escala ejercido a través de grupos extremistas como Al Qaeda y el Estado Islámico (EI), entre otros.

Y justo es la crecientre derrota militar de estos hijastros del mal la que brinda nuevos matices y posibilidades positivas al diálogo en Ginebra.

De hecho, en Iraq, y con apoyo sirio, los terrorista del EI fueron desalojados de su bastión en la ciudad de Mosul, mientras las fuerzas de Damasco, los combatientes iraníes y del Hizbolá libanés, y la aviación militar rusa, han propinado duros golpes a los yijadistas al sur del país, donde la pretendida coalición internacional liderada por Washington, y que opera ilegalmente en Siria, ha intentado todo lo posible por establecer una cabeza de playa opositora bajo el viciado lema de “combatir” al extremismo confesional que ellos mismos aupan, pagan, arman y entrenan.

Accionar rastrero que, a pesar de haber provocado acciones militares directas e ineficaces de Estados Unidos contra Damasco, ha creado una situación tensa a las puertas de las propias fronteras sionistas, uno de los motivos que, según analistas, obligó a Donald Trump a concertar el actual alto al fuego en Siria en su reciente encuentro con Vladímir Putin en la ciudad germana de Hamburgo.

En pocas palabras, que para los agresores y sus aliados internos en Siria el horno no estaría hoy precisamente listo para “cocer pastelitos”, en un escenario donde existen un gobierno firme y decidido en la defensa nacional, y unos eficaces aliados internacionales que, como Rusia, se ha convertido en fundamental y preponderante en cualquier negociación efectiva sobre el tema sirio, y que acaba de reiterar, horas antes de la apertura del cóncalve ginebrino, que solo el pueblo sirio está facultado para decidir la suerte de sus gobernantes en un país seguro, independiente y con plenas garantías a su integridad y autodeterminación.

Pivotes que indican la fortaleza desde la que hoy puede negociar Damasco con relación a unos opositores divididos, marcados por su servicio incondicional a las fuerzas negativas extranjeras, y cada vez más debilitados en la decisiva arena militar.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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