La matemática es simple. De más de cien misiles lanzados contra Siria semanas atrás, una cifra superior a los setenta fueron derribados, es decir, una efectividad bélica por el suelo, si se toma en cuenta que, además, la densidad de cohetes por objetivo fue muy superior a la que se supone debe resultar efectiva…todo un vano derroche
Del otro lado, desde el punto de vista político y mediático, la represalia contra Damasco por presunto uso de gases tóxicos contra la población civil de Duma, en la región de Guta Oriental el pasado 7 de abril, se va haciendo pedazos en la medida en que se van sumando y divulgando evidencias de que semejante episodio fue una burda tramoya, otra en el arsenal de embauques que exhibe la Casa Blanca en los últimos tiempos para justificar sus ataques armados en el exterior.
En pocas palabras, que aquello de que Damasco envenenó a propósito a cientos de inocentes pobladores, y que indignó tanto a Donald Trump como para calificar de “animal” a su par sirio, Bashar el Assad, y ordenar andanas de misiles Crucero contra suelo sirio, resultó en verdad un pretexto tan sucio como la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq o el combate por el exterminio de los terroristas islámicos en Afganistán.
Y no se trata de conclusiones (las nuestras) sustentadas en percheros tan débiles como los de los atacantes.
Resulta, sencillamente, que ante los integrantes de la mismísima Organización para la Prohibición de Armas Químicas, OPAQ, y en su sede oficial en La Haya, funcionarios rusos y sirios acaban de presentar testigos que fueron utilizados para elaborar el falseado video que sustentó la represalia coheteril de Washington, Londres y París, “indignados por el salvajismo intolerable de Damasco”.
Un chico de once años de edad, Hassan Diab, quien aparece en la cinta sobre el pretendido ataque tóxico mientras era rociado con agua por las “unidades de rescate”, reveló que los titulados Cascos Blancos, una también titulada Organización no Gubernamental desplegada junto a los “rebeldes sirios”, se ocuparon del montaje y filmación de la “tragedia” en el hospital de Duma.
Eso, junto a otros testimonios y pruebas documentales que rasgan por completo el velo de mentira y manipulación hegemonista levantado por los que iniciaron y han mantenido la agresión terrorista contra Siria en su afán de cumplir con el sueño de apoderarse a Oriente Medio y Asia Central y “conjurar” los peligros que dicen constituyen Rusia y China para sus apetencias absolutistas.
Y mientras la OPAQ ha logrado desplegarse en Duma con el apoyo oficial de Damasco y sus aliados en la guerra contra el terrorismo, otros elementos colaterales apuntalan las afirmaciones de que son los extremistas y sus socios externos los que viene utilizando armas químicas para culpar al gobierno de Bashar el Assad de estar matando a su población con el uso de artefactos ponzoñosos.
Así, y coincidiendo con la presentación en La Haya de los testimonios de quienes asistieron al fraude de Duma, el Ministerio de Defensa de Rusia informó del hallazgo de sitios de producción de armas químicas pertenecientes a grupos terroristas en el territorio sirio liberado, y ha alertado de que los extremistas planeaban usarlas para luego acusar al Gobierno.
En declaraciones públicas, el jefe de las tropas rusas de protección radiológica, química y biológica, Ígor Kiríllov, dio a conocer que “después de la reciente liberación por el Ejército sirio de varios asentamientos civiles, han sido descubiertas varias fábricas clandestinas de producción de esas armas para abastecer a los derrotados grupos terroristas”.
De acuerdo con Kiríllov, unas cuarenta toneladas de tales artefactos fueron incautadas en los talleres donde los extremistas producían material bélico para usarlo en acciones provocativas y luego culpar a las tropas gubernamentales sirias de poseer proyectiles cargados con tóxicos.
En este mismo sentido, el militar ruso recordó que en múltiples ocasiones Damasco ha sido acusado por el presunto uso de armas químicas en Guta Oriental, región situada en el este de Damasco, la capital, y lamentó que “una parte de la comunidad internacional haga intencional caso omiso a los casos reales del uso de tóxicos por parte de los terroristas”.
Ah, y coincidencia…los materiales y sustancias incautadas por el Ejército Sirio en los mencionados talleres, provienen todos de arsenales occidentales y ostentan las marcas de fabricación de industrias norteamericanas, británicas, francesas y de otras naciones integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la “inmaculada” OTAN.
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