A puertas cerradas continúa este jueves el diálogo, que muchos consideran quedará en letra muerta como en otras ocasiones, entre el gobierno de Venezuela y la oposición derechista venezolana, en República Dominicana, auspiciada por importantes figuras de la arena internacional.
Las conversaciones, a la que asisten como mediadores el presidente dominicano Danilo Medina, y el ex mandatario español José Luis Rodríguez Zapatero, comenzaron la víspera en medio de expectativas, dada la continua negativa de los partidos opositores de establecer conversaciones solicitadas de continuo durante años por el oficialismo venezolano.
La reunión, con sede en el salón de convenciones del Ministerio de Relaciones Exteriores, está encabezada por el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Delcy Rodríguez, y el embajador Roy Chaderton Matos, de vasta experiencia en el ámbito diplomático internacional.
Por la oposición se encuentran presentes Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional (AN), en desacato; Timoteo Zambrano, de Acción Democrática; Luis Florido, presidente de la Comisión de Política Exterior de la AN; Manuel Rosales, ex gobernador del Estado Zulia y fundador del partido Un Nuevo Tiempo; Vicente Díaz, ex rector del Consejo Nacional Electoral (CNE); y el diputado Eudoro González.
A su llegada a Santo Domingo, el alcalde caraqueño y coordinador del equipo venezolano afirmó que “estamos en un momento estelar para acercarnos a un acuerdo definitivo” (con los opositores) en tanto recordó que las acciones contra su pueblo fueron solicitadas por algunos actores conservadores y dirigidas por el imperialismo de Estados Unidos.
En su segundo día de conversaciones, y antes de comenzar la nueva ronda, el presidente Medina advirtió que se había reunido con las dos delegaciones para conocer los puntos de vista sobre la situación política venezolana, agravada, indican especialistas, por la guerra sucia desatada por la contrarrevolución contra la estabilidad nacional, en áreas tan sensibles como la economía, la alimentación y los medicamentos.
El anfitrión se refirió a las declaraciones del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en apoyo a las mesas de diálogo que “demostrarán el compromiso de los políticos venezolanos para abordar los desafíos del país a través de la mediación”.
Según el mandatario “hay mucha disposición para llegar a un tipo de negociación y estamos en el proceso de aprobación de la construcción de una agenda conjunta”, luego de conversar con los dos grupos en un primer diálogo de cinco horas, en las que las partes expusieron sus puntos de vistas sobre la situación política del país.
El pasado martes, el presidente Nicolás Maduro aceptó la invitación de Rodríguez Zapatero —quien lleva meses en pos del diálogo sin resultados— y el gobierno dominicano para reunirse con representantes de la oposición en el pequeño país caribeño.
En Venezuela hay un clima de expectación ante los posibles resultados de la cita dominicana, ya que hasta ahora los anteriores encuentros y las gestiones del trío internacional de ex mandatarios —Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá)— no llegaron a realizarse debido a la negativa de las fuerzas derechistas, que quieren derrocar al gobierno por la fuerza.
Para observadores, aunque el diálogo es contemplado por el gobierno como la mejor vía pacífica para encontrar puntos de conciliación en una sociedad altamente polarizada, la realidad indica que las agrupaciones de derecha siguen una hoja de ruta trazada desde Washington, en la cual este encuentro en Santo Domingo posiblemente no sea más que una escaramuza de entretenimiento.
De ahí que una de las propuestas de la delegación oficial sea que la oposición deje de defender, como hizo públicamente, la convocatoria a nuevas agresiones económicas, políticas y diplomáticas contra Venezuela, y la solicitud de una intervención militar extranjera, en este caso norteamericana, tal y como amenazó el presidente Donald Trump.
Para algunos políticos, como Julio Escalona, integrante de la ANC, “las reuniones en Dominicana solo tendrán resultados si la oposición adopta una actitud transparente, pues mantienen una posición ambigua y desacreditan los esfuerzos del ejecutivo por establecer puentes entre las dos partes”.
También el dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, declaró que por parte de la comitiva gubernamental en Santo Domingo reinará la verdad como única arma para hacer valer su deseo de paz en Venezuela.
Sin embargo, el presidente del Parlamento, ahora subordinado como los restantes poderes a la ANC, Julio Borges, afirmó en su cuenta en Twitter: “Reiteramos a Danilo Medina y Antonio Guterres que no hay diálogo hasta que no se cumplan las condiciones y haya acompañamiento internacional… También el respeto a las competencias que la constitución da a la Asamblea VE y atención inmediata a la crisis económica y social del país”.
Aunque ha sido la oposición integrada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) la responsable de las violentas acciones que dejaron más de 100 muertos y decenas de heridos y considerables daños materiales en los últimos meses, Borges exige que se complete el cronograma electoral, incluidas presidenciales, liberación de presos políticos y levantamiento de inhabilitaciones.
También otro de los más furibundos enemigos de la Revolución Bolivariana, el ex presidente de la AN, Henry Ramos Allup, reiteró las exigencias de su sucesor y afirmó que “si eso no es posible no va a haber diálogo alguno” y expresó que “La gente de la oposición que está en República Dominicana en este momento no está dialogando con el gobierno, sino que viajaron para explicarle a Medina la situación del país y sus reclamos”.
Mientras, en Caracas continúan los preparativos para la celebración desde el próximo sábado y hasta el martes 19 de la jornada “Todos somos Venezuela: diálogo mundial por la paz, la soberanía y la democracia bolivariana”, a la que asistirán más de 200 invitados internacionales.
El encuentro mundial, con sede en el emblemático Teatro Teresa Carreño debatirá las pretensiones de Estados Unidos y otras potencias hegemónicas de destruir el proceso socialista venezolano a base de sanciones económicas y diplomáticas, y amenazas, incluidas las militares.
Académicos e intelectuales, movimientos sociales, organizaciones de derechos civiles, partidos políticos estarán presentes en la capital venezolana procedentes de distintas regiones del planeta.
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