//

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Consultoras auguran éxito de Evo Morales

El actual Jefe de Gobierno y su vice Álvaro García Linera se perfilan como ganadores del referendo constitucional del próximo día 21...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 13/02/2016
0 comentarios

Cuando faltan pocos días para el referendo que definirá si el presidente boliviano Evo Morales y su vice Álvaro García Linera pueden aspirar a una nueva candidatura para esos cargos, en 2019, la derecha de ese país andino se emplea a fondo con estrategias conocidas en busca de la derrota gubernamental en las urnas el próximo día 21.

La suerte está echada en Bolivia, la otrora segunda nación más pobre de América Latina y el Caribe, solo superada por Haití, y que luego de la primera victoria de Morales-García Lineras en el 2006 dio un giro de 180 grados y hoy ocupa una cómoda posición económica, política y social, en comparación con la mayoría del resto de la región.

La consulta popular se hará a solicitud de los movimientos sociales a la Asamblea Plurinacional para realizar un cambio en el artículo 168 de la Constitución Nacional, lo que permitiría a los máximos líderes del Ejecutivo volver a postularse y gobernar hasta el año 2025.

Varias consultoras predicen que en la boleta del referendo —en la que solo se responde “Sí” o “No”— debe ganar el actual Jefe de Gobierno y su vice, un binomio hasta ahora imbatible en las urnas debido al trabajo sostenido, valiente e inteligente que devolvió a los bolivianos la dignidad, estabilidad política y una mejoría sustancial en su calidad de vida.

El 26 de septiembre de 2015, la Asamblea Plurinacional dio el visto bueno a la reforma del mandato presidencial con 112 votos a favor y 41 en contra. Dos meses después fue promulgada la ley Nº 757, que convoca a referendo constitucional aprobatorio.

Morales asumió por primera vez hace 10 años, luego de una arrolladora victoria electoral en el 2005; fue reelecto en el 2009, pero la Asamblea Constituyente acordó nuevos comicios tras interrumpir su mandato, tal como dicta la nueva Constitución Nacional. En el 2014 volvió a ganar y reasumió en el 2015 hasta el 2019.

Razones tiene el pueblo boliviano para mantener en el Palacio Quemado a los dos dirigentes, haciendo caso omiso a quienes incluso desde el exterior claman por el retorno a una supuesta democracia —o sea, penetración imperialista— que limite el tiempo de permanencia de los jefes gubernamentales, aun cuando, como ocurre en esa nación del Altiplano, el no hacerlo significara un retroceso histórico, como ocurrió hace pocos meses en Argentina.

Mientras las encuestas trazan líneas de victoria para el primer presidente indígena boliviano, los partidos y líderes de la derecha —que atacan de manera continua al proceso revolucionario— intentan la aplicación de una utilizada estrategia diseñada —y existen pruebas de ello— por el gobierno de Estados Unidos y sus aliados de la oposición interna.

En las últimas semanas se observa un repunte desestabilizador basado en el llamado “Plan Estratégico para Bolivia” que, según la agencia noticiosa Prensa Latina, fue elaborado por uno de los institutos de fachada de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el cual fue difundido en La Paz.

El proyecto contrarrevolucionario sigue los pasos del elaborado contra el gobierno del presidente constitucional chileno Salvador Allende (1970-1973) en el que se observa una campaña mediática dirigida a desprestigiar al mandatario y a su vice, con hincapié, además, en una guerra económica y, como ocurrió hace 42 años, el ya conocido paro de transportistas de carga con el consiguiente desabastecimiento de los mercados y la búsqueda de la irritación popular.

En estos momentos, planes con rasgos similares atacan a los gobiernos progresistas de Venezuela, Ecuador, Brasil, en el interés imperial de revertir los procesos revolucionarios y populares que nacieron después de la victoria del Comandante Hugo Chávez Frías en 1989 y colocar, en sus lugares, a regímenes neoliberales.

Las circunstancias en que se desenvolvió el golpe de Estados militar contra Allende son otras ahora. Existen mecanismos en Latinoamérica para evitar y/o abortar los golpes de Estado organizados por Washington y sus acólitos, entre ellos los de concertación política y unidad regional que responden al interés colectivo de proteger la soberanía y la independencia locales.

El gobierno de Morales se caracteriza por su firmeza y valentía: nacionalización de recursos naturales, planes sociales desconocidos en el país, eliminación del analfabetismo, reestructuración de las bases del país, integración latinoamericanista, entre otras medidas.

Ante la actitud de los transportistas que pretendían repetir la cobardía cometida contra Allende, el gobierno de La Paz advirtió a ese sector que seguirá pagando impuestos, ya que son sumamente favorecidos en sus cuentas con el crecimiento de las exportaciones nacionales, y para darles el puntillazo creó una empresa estatal de carga. Los opositores tuvieron que quebrar el bloqueo que amenazaba incluso la festividad de los tradicionales Carnavales que celebran allí por estas fechas.

Entre los más renombrados opositores al proceso revolucionario está el gobernador del departamento de La Paz, Félix Patzi, un instrumento de la oligarquía local que devino vocero de la campaña por el “No”, al que acompañan el expresidente Carlos Mesa; el alcalde de La Paz, Luis Revilla; el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas; el alcalde de Cochabamba, José María Leyes; y la exministra Cecilia Chacón.

En fecha reciente, los gobiernos de Venezuela y Argentina recibieron duros golpetazos de los sectores reaccionarios, cuando figuras de la derecha ganaron las elecciones parlamentarias y presidenciales, respectivamente. Ese es el patrón que intentan materializar en Bolivia.

Con las manos vacías en sus acusaciones contra los líderes bolivianos, tras falsas denuncias de ineficiencia o sociedad con corruptos, a la reacción solo le quedó implantar una guerra sucia contra la Republica plurinacional, la que, en las actuales circunstancias, está condenada al fracaso.

A Morales, un presidente ético, sencillo, el único interés que le anima a continuar en la política —según explicó— es cumplir con la Agenda Patriótica de 2025, motivo que lo hizo aceptar la propuesta de los movimientos sociales para la modificación constitucional.

En declaraciones a la televisora Bolivia TV, refirió: “No es que yo quiera porque sí, no, ya había decidido en 2014 apartarme de la política al finalizar esta gestión en 2019, pero la propuesta del pueblo la aceptamos solo porque queremos cumplir con los objetivos de la Agenda Patriótica por el bicentenario de la independencia de la patria en 2025”.

Aunque la iniciativa popular indicaba que deseaba una gestión gubernamental indefinida, Morales especificó que tanto él como García Linera decidieron que, si ganaban el referendo, solo se mantendrían hasta el 2025, según transmitió el programa “Caminando con el Pueblo”de la emisora Kawsachun Coca, del departamento de Cochabamba

Mientras una derecha desesperaba despliega peligrosas maniobras, cada día son más las personas —según algunos medios de Bolivia y declaraciones de figuras renombradas en el ámbito político— que se suman al “Sí”, por lo que se espera una nueva victoria de la dupla del Movimiento al Socialismo (MAS), que en los últimos 10 años dio nacimiento a una nueva Bolivia, el país ahora más estable de la región suramericana.

Bolivia fue, hasta la llegada de Morales, la nación que sufrió más golpes de Estado en su historia republicana (119), y cuando la oligarquía intentó derrocar al mandatario en la denominada guerra de la Media Luna Roja salió trasquilada gracias al apoyo de la mayoría de la población local y la solidaridad de Suramérica.

Los días próximos serán fundamentales para la definición de los ganadores de la consulta popular. Mientras el gobierno y los movimientos populares defienden el "Sí” basándose en el salto gigantesco dado por la nación en la última década, la derecha continúa carente de propuestas concretas en el supuesto caso de que resultasen victoriosos, y de ahí su necesidad de parapetarse en la mentira.

Los bolivianos, en especial los pobres, conocen que la nacionalización de los hidrocarburos —cuyas ganancias paraban en manos de las grandes trasnacionales— y la redistribución de la renta en la mejoría de la calidad de vida, se debe a la gestión de Morales, el primer presidente indígena de ese plurinacional país. Más de dos millones y medio de personas dejaron atrás la pobreza en la última década.

En medio del retroceso económico de un alto número de repúblicas latinoamericanas, Bolivia se yergue con un crecimiento sostenido anual en torno al cinco por ciento, uno de los más altos de la región.

Como es habitual en Latinoamérica, a la celebración del referendo asistirán como invitados una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezada por el ex presidente dominicano Leonel Fernández, mientras que Naciones Unidas enviará una Comisión de funcionarios de la Agencia de derechos humanos.


Compartir

Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


Deja tu comentario

Condición de protección de datos