Las elecciones primarias en Chile, que abrieron oficialmente el camino a las comicios presidenciales del 21 de noviembre, concluyeron con las inesperadas y rotundas victorias de los candidatos Gabriel Boric, de la coalición de cinco organizaciones izquierdistas, y del independiente derechista Sebastián Sichel, de la oficialista coalición Vamos por Chile.
Los de Boric y Sichel son verdaderos batacazos al establishment político: nunca fueron favoritos en las encuestas que erraron brutalmente una vez más, ambos enfrentando maquinarias de reconocida experiencia que operaban en su contra.
Ambos vencedores son absolutamente inesperados: Boric apenas logró a mediados de mayo reunir a toda carrera y en apenas semanas las 34 mil firmas que necesitaba para inscribirse como aspirante presidencial de su partido Convergencia Social. Mientras Sichel, diletante ex ministro piñerista que pasó por varios cargos gubernamentales y sin ningún arraigo organizacional consistente, se impuso contra toda posibilidad y por mucho al favorito de la centroderecha.
En ambas coaliciones las encuestadoras sostuvieron durante semanas y meses a Lavín y Jadue, ambos derrotados por candidatos que apenas aparecían en las menciones. Ambos triunfadores son también los más centristas en sus pactos. Sichel originalmente democristiano, pasó más tarde por Ciudadanos al tiempo que ha participado de los últimos dos gobiernos, el de Michelle Bachelet y el actual de Sebastián Piñera.
Por el conglomerado de “Apruebo Dignidad”, Gabriel Boric (Convergencia Social-Frente Amplio) venció al alcalde Recoleta, Daniel Jadue, del Partido Comunista, por un 60,24% frente a un 39,76% , a pesar de que este último, desde hace dos años lideraba todas las encuestas. Por la derecha agrupada en “Chile Vamos” sucedió lo mismo: Joaquín Lavín fue derrotado por el exministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel con un 48,96% frente a un 31,49%, dejando por lejos al resto de candidatos Ignacio Briones (9,62%) y Mario Desbordes (9,93%).
Para explicar lo sucedido, los analistas manejan varias hipótesis. Una de ellas señala que la derecha fue a votar en masa por Boric para bloquear a Jadue, olvidando a Lavín quien ve fracasada su tercera aventura presidencial en manos de un candidato independiente que abandonó la Democracia Cristiana en 2005 para convertirse en partidario de la derecha gobernante. Lo cierto es que fueron más votantes los de la primaria de izquierda, que los de derecha.
Acusado de “amarillo” (centrista) por la izquierda que apoyaba a Jadue, en esta campaña se lo acusó por haber impulsado el Acuerdo por la Paz de noviembre de 2019 que, aunque permitió comenzar el Proceso Constituyente, de alguna manera, evitó que Piñera fuera acusado constitucionalmente tras la violenta militarización de Chile durante el Estallido Social de octubre de 2019.
Incluso Jadue le recordó haber apoyado la Ley Antibarricadas que facilitaba el procesamiento a los participantes de las protestas convirtiéndolos en “presos políticos” . Pero Boric fue hábil en buscar el voto de los sectores menos radicalizados de izquierda e incluso de la derecha, con un programa centrado en un Estado protector, el cuidado al medio ambiente, el feminismo, la descentralización y la salud mental.
Programa que distaba del tono reformista de Jadue que hablaba de un cambio en la estructura estatal basado en impuestos a industrias extranjeras y superricos que acercara a Chile a un modelo homologable a los países nórdicos.
El pacto Apruebo Dignidad (FA/ PC) aventajó por unos 400 mil votos al de Chile Vamos, que quedó con escaso margen para crecer. Con un triunfo categórico en todas las regiones del país, la candidatura de Gabriel Boric no solo queda bien posicionada para las presidenciales de noviembre, sino que evidencia que en su amplia votación ya se hicieron presentes los sectores más moderados, el progresismo, y pude seguir creciendo con algún guiño hacia el centrismo, lo que en Chile llaman centroizquierda.
Gabriel Boric reiteró su llamado a la unidad tras el triunfo de este domingo. Como una forma de dar por superadas las diferencias que se acrecentaron en las últimas semanas, Boric recibió a Daniel Jadue en su comando, y señaló que “Algunos durante estos días dudaron de la capacidad de la izquierda de ponernos de acuerdo, pero debo decirle a todos los compañeros de Chile Digno que son totalmente bienvenidos, nuestra campaña la vamos a hacer en conjunto”.
Añadió que “el movimiento feminista es quizá el que más paradigmas ha cambiado en la lucha política y social de los últimos años… quiero decirles a nuestras compañeras, a todas las diversidades y disidencias, de que esta campaña se nutre también de esas luchas”.
“Esta es una convocatoria para los jóvenes de todas las generaciones. No le tengan miedo a cambiar el país. Si Chile fue la cuna del neoliberalismo, también será su tumba”, dijo. Y cerró con una cita a Salvador Allende: “Mucho más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por donde pasará el hombre libre”.
El derrotado candidato del Partido Comunista, Daniel Jadue, pidió a sus correligionarios “arropar” a Gabriel Boric, y dejó en claro que “hasta hace cuatro horas atrás, la bestia negra de los medios de comunicación y de la derecha chilena era yo. No tengo ninguna duda que a partir de hoy, la misma campaña va a ser en contra de Gabriel y por lo tanto, tenemos una tremenda responsabilidad de cuidarnos más que nunca”, dijo.
“Vamos a tener que cambiar el comportamiento entre nosotros. No es que la derecha haya salido a votar. Son nuestras propias debilidades. Hace seis meses los que estamos y estábamos acá nos tratábamos de adversarios y no estábamos unidos. Esta unidad es la base fundamental de cualquier campaña que quiera llegar a puerto. En vez de pelear entre nosotros, espero que empecemos a construir la unidad por el pueblo”, reconoció.
Entre Boric y Sichel
Seguramente entre Boric y Sichel salga el nuevo presidente de Chile, ya que el centrismo que gobernó al país durante gran parte del retorno a la democracia –democristianos, socialistas y de los partidos Por la Democracia y Radical- aún no define o un candidato único, pero el nombre de actual presidenta del senado Yasna Provoste (DC) suena fuerte. Pero, para ella, el triunfo de Boric es una mala noticia: le convenía un escenario más polarizado con Jadue,
Y también hay cartas con relativo arrastre en núcleos más radicales de la derecha como José Antonio Kast (Partido Republicano) que podrían desequilibrar la balanza.
Boric, de 35 años, ex dirigente universitario –que en 2011 junto a los de secundaria protagonizaron masivas protestas por reformas al sistema educativo y que ahora es diputado–, se impuso con 60 por ciento de las preferencias a Daniel Jadue, candidato del Partido Comunista y reelecto alcalde de la populosa comuna de Recoleta, en Santiago, y que figuraba favorito en las encuestas.
Sichel, de 46 años, neoliberal renegado de sus orígenes demócratacristianos y que pasó por diferentes agrupaciones antes de recalar en la derecha, venció al favorito aspirante Joaquín Lavín, de la pinochetista Unión Demócrata Independiente; al ex ministro y ex diputado Mario Desbordes, del derechista partido Renovación Nacional; y a Ignacio Briones, recién llegado a la política, ex ministro de Hacienda piñerista y representante del neoliberal partido Evolución Política.
Viendo los números, se trata de una derrota, primero, para la derecha, que tuvo 45 por ciento de los votos frente a 55 por ciento de la izquierda; que se inclinaron frente a un independiente apoyado por los empresarios y los poderes fácticos. También es una derrota para el Partido Comunista, que queda fuera de competencia cuando su líder encabezó por buen tiempo las encuestas.
Pero sobre todo, es un triunfo una nueva generación de políticos, jóvenes y con ideas innovadoras, que marca el fin de un ciclo de políticos experimentados que se ven obligados a dar paso a una nueva generación. Los de la vieja Concertación, la coalición que integraron (e integran) los partidos Demócrata Cristiano, Socialista, por la Democracia y Radical, se quedaron sin competir este domingo por sus garrafales errores.
Ahora pretenden levantar una candidatura para las presidenciales de noviembre. Aunque las cúpulas de esos partidos opten por Provoste, sus bases de seguro estarán con Boric, que parte con una ventaja enorme, con vuelo y el espíritu en alto, restando apenas cuatro meses para las elecciones.
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