Matanzas es la ciudad de los puentes, de las tertulias, del danzón y la tierra de poetas como Bonifacio Byrne, Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido) y José Jacinto Milanés.
En la Atenas de Cuba existe además una fuerte tradición del teatro de figuras. Ello se debe a la impronta de un grupo de teatro como Papalote, fundado hace cincuenta años por los hermanos Pepe y Carucha Camejo.
“Matanzas es una ciudad con muchos privilegios humanos y naturales”, comentó el Premio Nacional de Teatro René Fernández Santana, director del Teatro Papalote, donde durante cinco décadas se han representado puestas memorables en el arte de figuras del archipiélago.
El 21 de junio de 1962 nacieron cuatro colectivos que han mantenido en alto esta línea de trabajo: Papalote, el Guiñol de Camagüey, el Guiñol de Santa Clara y el Guiñol de Pinar del Río.
“Cumplimos 50 años de vida creados por los Hermanos Camejo, nuestros iniciadores en el mundo de los títeres, nuestros maestros. Creo que sus imágenes están presentes, las defendemos con el Taller Internacional de títeres y con el trabajo diario que realizamos”, declaró a esta redactora el también dramaturgo, René Fernández.
Fernández guarda entre sus recuerdos más preciados la presencia de los Camejo en la Atenas de Cuba, provincia donde se conserva, con orgullo el primer Pelusín del Monte.
Desde que recibió el legado de los Fundadores del Guiñol en Cuba, Fernández suscribió el Manifiesto de los Camejo donde en 1956 promulgaron “la necesidad de que el teatro de títeres atraiga tanto a adultos como a niños y auxilie a la pedagogía”.
Decían los Camejo que el teatro de figuras debe ser estético, con aspectos éticos, sociales e ideológicos como una concepción del mundo.
El colectivo Papalote tiene en su repertorio obras devenidas clásicas del teatro para niños y con títeres como: Otra vez Caperucita y el Lobo, Andariegos (un homenaje a Javier Villafañe), Tres somos tres, Los ibeyis y el diablo y Tropical Show, entre otras.
Pepe Camejo, también fue de los primeros maestros del diseño escénico en el arte de figuras nacional. Junto con su hermana Carucha, elaboró toda la imagen del Teatro Guiñol Nacional.
Siguiendo sus pasos, en Papalote se ha desarrollado la línea artística de la cartelística, fundamentalmente. A lo largo de estos diez lustros, la visualidad de sus puestas en escena se ha enriquecido con varias hornadas de creadores como Juan Antonio Carbonell, Ramiro Ramírez, Zenén Calero, Bárbaro Joel Ortiz y Johann E. Trujillo.
A Zenén Calero se deben los primeros diseños para Papalote en 1982, donde materializó los bocetos de personajes lorquianos en La zapatera prodigiosa y realizó los diseños de obras que contaron con la dramaturgia de René, entre ellas: Romance del Papalote que quería llegar a la luna y Una cucarachita llamada Martina.
Zenén, quien desde 1979 trabaja en esa profesión, asumió desde el principio el diseño del Taller Internacional de títeres. Para este evento crea el logo, la mascota, los carteles, en fin toda la imagen general.
Fernández Santana fue el principal gestor del Taller Internacional de teatro de títeres en 1994.
“Hace veinte años, en este mismo teatro Papalote, nos visitó Armando Hart, quien en ese momento era Ministro de Cultura, ese hombre que guarda una gran historia en la memoria cultural e ideológica de nuestro país.
“Todo el equipo de trabajo del teatro, integrado por Zenén Calero, Rubén Darío Salazar, Víctor Reina, por mi, decidimos decirle: 'Ministro Hart, estamos preparados para celebrar un Taller Internacional' y nos respondió, 'háganlo'”.
En opinión de René, el Taller, que recientemente celebró su décima edición, es “un reconocimiento a la historia del títere cubano con una gran respuesta de la sociedad, de quienes nos dirigen, de los artistas y los titiriteros”.
Hace quince años a la entrada de teatro Papalote se celebra una actividad comunitaria conocida como "La Calle de los Títeres".
“Tiene lugar el último domingo de cada mes. Se hacen juegos en la calle, presentaciones con títeres y de artistas de circo. Se entremezclan el público, los artistas en una gran fiesta. Después todo el público pasa a la sala Papalote y la familia completa ve el espectáculo”, comentó.
Papalote ha sentado cátedra en nuestro país y ello se debe al nivel de profesionalidad de los integrantes de este colectivo.
Para resumir su quehacer basta con la frase del maestro Freddy Artiles: “Cuando el títere es manejado con alto vuelo imaginativo y con arte, es capaz de atraer a espectadores de cualquier edad”.
Ahí radica el secreto de teatro Papalote, un grupo que en este mes de junio celebra su aniversario 50.
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