Como proyecto totalmente participativo, el Barco de la Tolerancia es una instalación proyectada por Ilya y Emilia Kabakov, con los auspicios de la Fundación Ludwing de Cuba, la Oficina del Historiador de la Ciudad, el Centro Wifredo Lam y el Centro Nacional de Escuelas de Arte.
Las velas de esta sui géneris embarcación han sido conformadas con los dibujos de alrededor de 500 niños cubanos, rusos, y americanos, que han plasmado, a través de sus pinceles, sus ideas sobre la tolerancia. Esta es una idea maravillosa, pues incorpora a los infantes, como futuro del mundo, a las artes plásticas.
Indiscutiblemente esta intervención artística, enclavada frente al Castillo de la Real Fuerza en La Habana Vieja, presenta, mediante una forma interesante de comunicación sin necesidad de traducción, un mensaje bien claro: paz, y amor.
Además, a partir de un fuerte impacto visual, podemos captar en sus velas, que se han convertido en un gran mural, ideas contra la guerra, el exterminio, para preponderar la inclusión social y el respeto a la diversidad, desde sus múltiples aristas.
De hecho, la misma concepción del barco, rinde homenaje a los habitantes del planeta y a su derecho inalienable a la libertad e igualdad social. Por tanto, constituye un llamado al mejoramiento humano y a la vida en sí. De ahí que antes de armar la embarcación se realizó un encuentro fraternal entre estudiantes de música cubanos, rusos y norteamericanos, que compartieron un concierto muy emotivo.
Con esta práctica artística, desarrollada en varios husos horarios del hemisferio, los artistas aportan su granito de arena al hacer conciencia de los terribles conflictos que vive la humanidad y que amenazan su propia existencia. Es por eso, que el Barco de la Tolerancia ha desplegado sus velas en algunas zonas neurálgicas, donde se desarrollan conflictos mundiales.
Como proyecto representativo de inserción social en la XI Bienal de La Habana, la obra de los Kabakov reviste gran importancia, ya que potencia la participación de los más pequeños de casa, quienes forman parte de la materialización del hecho artístico en sí; además de su proyección pedagógica, pues se basa en la educación participativa transmitiendo valores.
Sin lugar a dudas, el barco ha captado la atención de muchos y ha calado hondo en la sensibilidad de quienes lo han visitado, por sus mensajes alegóricos a la paz mundial.
Indiscutiblemente, el Barco de la Tolerancia resulta una propuesta democratizadora, que responde a las expectativas del arte contemporáneo mundial, como un espacio de activismo social y contra el hegemonismo; como un elemento artístico y dinámico para el cuestionamiento, el conocimiento y la integración.
Leny
18/5/12 8:14
Si es el barco de la tolerancia....solo rezo porque quepamos todos ahí.....
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.