Hola amiga y amigo de Parada con Estilo, albergo en mi corazón un sincero deseo de que cada una de las maravillosas personas que nos regalan su presencia cada semana se encuentre bien al igual que todos sus seres queridos.
Estamos en un mes lleno de peculiaridades, que se mezclan también con cierto aire salpicado por lo real maravilloso como diría nuestro querido Carpentier. Es un mes donde se mezclan varias energías y las personas están movidas por cada una de ellas.
Están los aires de navidad llenos de su amor, ternura y esperanza. Junto a ellos está también el espíritu de fin de año que mueve un deseo de festejo en los corazones y una expectativa de un año siempre mejor. Pero a esos dos espíritus se le suma el aire, muy propio de nuestro país, del inicio de la tarea ordenamiento que se torna necesaria y ha sido sabiamente concebida.
Entonces estamos en un mes en el cual nuestra mente y corazón se encuentran revolucionados pero, en medio de todo ese movimiento interno, no debemos perder de vista nuestro cuidado personal. Amigas y amigos tenemos que seguir cultivando nuestro bienestar y nuestra belleza natural porque ellos nos harán sentir dispuestos para caminar hacia el mañana y afrontarlo llenos de alegría y autoestima. Entremos ya en el tema de la semana.
El mes de diciembre tiene otra característica, ha traído consigo a los primeros frentes fríos, hablo de los que se han sentido de verdad con temperaturas de hasta 6,0 grados. Para muchos el frío es una delicia e incluso desean que siempre haya frío. Para otros el frío les resulta un gran inconveniente.
Pero comentemos sobre el invierno y nuestros cuidados. Muchas personas creen que las bajas temperaturas son amigas de la piel y el cabello, alegan que el calor envejece y deshidrata la piel además de maltratar al cabello. A esto le podríamos llamar un pensamiento simple y lineal pero en verdad no tiene base sólida.
Hablemos un poco sobre nuestra piel. La piel tiene varias características propias que le son necesarias para su adecuado funcionamiento y sana apariencia. Entre ellas tenemos su temperatura que es menor que la del cuerpo por dentro, su carga eléctrica que es negativa y la presencia de una capa superficial protectora conocida como manto hidrolipídico que le confiere también su naturaleza ácida.
¿Qué sucede en invierno con nuestra piel? Comencemos por lo simple, las temperaturas descienden considerablemente para nosotros que estamos adaptados a temperaturas tropicales. Dicho descenso hace que la piel envíe señales de alerta o auxilio al cerebro para informarle que necesita calentarse. El cerebro pondrá en práctica varias estrategias o medidas para responder al pedido de su órgano más grande.
Entre estas medidas se encuentra una vasodilatación periférica. Eso quiere decir que los capilares sanguíneos más superficiales de la piel se van a dilatar trayendo consigo un enrojecimiento de la zona y un aumento en la sensibilidad de la misma.
Por otro lado, cuando las temperaturas son bajas, tenemos la tendencia a sudar menos o nada y a tomar menor cantidad de agua. Eso trae sus consecuencias. La sudoración no sólo tiene la misión de ayudar a disminuir la temperatura de la piel cuando está alta sino que ayuda a mantener la piel húmeda e hidratada, además de ser uno de los componentes que conforman al ya mencionado manto protector.
Lo anterior nos indica que la piel, en invierno, va a tener una tendencia a la deshidratación debido a que sus fuentes principales de humedad van a estar en déficit.
Otra de las características del invierno es la presencia de aire frío del norte que llegan a ser molestos por su velocidad. El viento frío va a hacer que la piel pierda aún más rápido su ya escasa humedad y, por tanto, será otro factor que atentará contra ella y su hidratación. Vean amigas y amigos, como las bajas temperaturas no son tan amigas de la piel como muchos piensan, por tanto, se hace necesario tomar ciertas medidas para contrarrestar sus posibles efectos nocivos.
En invierno es necesario emplear crema para la piel, además de la hidratante, una nutritiva en las noches. Es necesario utilizar algún tipo de protector o bálsamo labial pues los labios se deshidrataran con mayor rapidez. Tiene gran importancia además, que no se bañe con el agua muy caliente pues ella sólo lograría aumentar la sensibilidad de su piel y retirar el ya pobre manto hidrolipídico. Debe vigilar su consumo de agua, pues recuerde que tiende a disminuir. Y claro que debe utilizar protección solar pues los rayos ultravioletas siguen al asecho.
Llega ya la hora de despedirnos pero estoy feliz porque sé que he compartido información que seguramente, será de gran utilidad a aquellas personas que deseen utilizarla y compartirla a otros. También soy feliz porque la próxima semana estaremos en otra Parada con Estilo para compartir sobre Belleza Saludable. Chao y suerte.
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