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viernes, 22 de noviembre de 2024

The Wrestler: La redención de Mickey Rourke

El luchador, dirigida por Darren Aronofsky en 2008, trajo de vuelta a Mickey Rourke con el papel de su vida...

Daniel Montero Pupo
en Exclusivo 12/05/2020
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El luchador-Mickey Rourke
Mickey Rourke ganó el BAFTA y el Premio del Sindicato de actores por su interpretación (Tomada de allposters.com).

Elegir al actor indicado para un papel, es siempre una de las claves para una buena película. Hay personajes que nos sería imposible imaginar en la interpretación de otra persona. Sin embargo, contrario a lo que nos pueda parecer tras ver un buen casting, creo que la mayoría de los papeles podrían tener un resultado similar en alguien más. No en cualquiera, por supuesto, pero en alguien. Hoy les voy a hablar de una de las pocas películas que realmente no hubiera sido tan buena sin esa elección acertada. Me refiero a The Wrestler (El luchador), dirigida en 2008 por Darren Aronofsky.

Randy “The Ram (El carnero)” Robinson es un luchador profesional que vivió el pico de su carrera en los años ´80, cuando se convirtió en una joven celebridad que llenaba estadios con sus peleas. Pero han pasado 20 años. De su fama queda poco, de su juventud, nada. Su salud amenaza con ponerle fin a una carrera que solo existe de forma intermitente, dándole algunos dólares por peleas ocasionales. Vive en un trailer rentado del que amenazan echarlo por no pagar, pinta de rubio las canas y se inyecta esteroides para los músculos, mientras trabaja a medio tiempo en un supermercado. Randy es un hombre que tal vez no debería haber llegado a viejo.

Ante el declive de su salud, decide retomar el contacto con una hija de la que sabe poco (Evan Rachel Wood), e intenta involucrarse con una mujer que trabaja como stripper en el club que frecuenta (Marisa Tomei). Esa es la historia que cuenta El luchador, la de Randy. Pero también es, en gran medida, la historia de Mickey Rourke, el actor perfecto para interpretarlo.

Mickey también tuvo su gran momento en los ´80. Aunque se ha mantenido trabajando, también con intermitencia, su carrera sufrió por su adicción a las drogas, alcoholismo, y en especial, su temperamento y malas decisiones. Por muchos años fue un desterrado de Hollywood, y es esa una de las razones que llevaron a Darren Aronofsky a elegirlo. El luchador es una película donde las líneas entre realidad y ficción se entrecruzan para llegar a un mismo punto al final del camino: la historia de un hombre cuyos errores lo han dejado casi sin nada.

Su pasado como boxeador y su físico lo dotaban de cualidades imprescindibles para interpretar a Randy. Ganó kilogramos de músculo, estuvo meses entrenando. Su presencia escénica, su caracterización, los parlamentos que reescribió y una actuación intachable en la que dejó escurrir mucho de si mismo, hacen de Randy Robinson uno de los personajes más atractivos e hipnotizaste de lo que va de siglo. Aronofsky lo eligió en contra de los deseos de la productora. El filme no tuvo distribuidora en los Estados Unidos hasta que se llevó el León de Oro en el Festival de Venecia porque lo protagonizaba Rourke. Pero el director siempre supo que Mickey no había nacido para interpretarlo, pero su vida lo había llevado hasta el papel de su carrera.

Pero no quisiera que pensaran que los méritos de su director se limitan a elegir al tipo indicado, ni que la intención del filme es redimir a Mickey Rourke. Aronofsky construye una historia sólida y muy emotiva. Opta por una cámara observacional e íntima. La banda sonora llena de éxitos ochenteros, así como las tomas silenciosas que recrean la deprimente vida de Randy le dan un tono nostálgico.

The Wrestler es también de lo mejor del cine deportivo y vindica un deporte poco respetado por muchos, incluido Mickey Rourke antes de involucrarse en el proyecto. La lucha de la que estamos hablando es la WWE (World Wrestling Entertainment), con sus peleas semi coreografiadas, sus tipos en disfraces y brillantina. Ofrece una mirada al making of de esa manifestación, donde el costo físico y los entrenamientos son tan arduos como en cualquier deporte. Pierde lo impredecible, pero no en dolor. Si yo sé que me vas a lanzar desde el ring, estoy preparado para ello, pero la caída sigue siendo real.

La verdad es que no es una trama innovadora, hay cientos de películas sobre hombres consumidos por su pasado que tratan de rehacer su vida, pero pocas logran transmitir la emoción de esta forma, llenar de poesía una historia tan simple. Si no supieras del pasado de Rourke, igual disfrutarías este momento en la vida de un hombre roto ante la pelea más difícil de su vida, la que lo enfrenta a su propia mortalidad, al peso de las consecuencias, al reflejo de su cuestionable legado.

Creo que parte de lo que hace especial a The Wrestler es su simplicidad, su falta de arrogancia y teatralidad; su apego a la realidad de la narración que escoge hacer y su fe en que el arte no requiere de grandes artilugios mientras defienda el principio más básico de cualquier creación: su verdadera humanidad. La sutileza con que Aronofsky nos ilustra el mundo de Randy es magistral. Hay tanto que no dice pero aun así sabemos que está ahí.

Llama la atención la forma en que Randy se niega constantemente a que le llamen por el nombre con que nació, porque la verdad es que para sí, él no es más que el personaje que se viste y pelea en busca de unos aplausos, eso es todo lo que le queda, todo lo que sabe hacer. Siento que eso es lo mismo que me pasa con Mickey Rourke. Al ver El luchador sabiendo de su vida, siento que se merece cada premio que recibió por su actuación, porque su talento, su arte, es todo lo que le queda. Esta película es su admisión de culpa y su redención.


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Daniel Montero Pupo

Estudiante de periodismo


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