Basta una ojeada crítica al Top 10 de los videos más vistos en YouTube en el 2020, para descubrir en esta lista la proyección del orden cultural impuesto por el mercado de la música y del entretenimiento global, dominado por las transnacionales estadounidenses. Aunque parezca que se abre, porque se introducen símbolos de otros lares, son más bien “excepciones” para confirmar la regla: si no imitas los patrones del pop, mainstream, quedas fuera del juego.
Durante todo el 2020, YouTube siguió siendo la plataforma de más visitas y que más contenido generó. Los videos más vistos fueron de canciones. La mayoría de las estrellas son masculinas, predominan los conglomerados simbólicos (colaboraciones y agrupaciones) y los videos licenciados por las grandes disqueras. Si bien emergen cinco estrellas de Asia (3 de Corea del Sur y 2 de la India), superando a la región habitualmente dominante, América del Norte, son marcas que reproducen el patrón Pop. Todos los artistas residen en países aliados a los EE. UU. y , lo más significativo, ninguno reside en el Continente Madre.
Tampoco aparece algún artista africano entre los 30 vídeos más vistos históricamente en la plataforma radicada en California. El pasado año, una propuesta de este continente se coló en las selectas listas de occidentes, pero no llegó a incluirse en el Billion View Club de YouTube. Me refiero a “Jerusalema”, el éxito viral de DJ sudafricano Master KG y su compatriota la peculiar vocalista Nomcebo. Un tema de raíces africanas, pero con envoltura pop. Un afro-house pegadizo, con estructura sencilla y cuatro acordes que se repiten de principio a fin.
Sorpresivamente, “Jerusalema” se convirtió en uno de los éxitos más buscados con la aplicación Shazam. En pocos meses el videoclip superó las 200 millones de reproducciones en YouTube. Fue la mejor canción africana en los MTV Europe Awards; disco de oro en Francia e Italia y llegó a estar entre las 20 músicas de baile más vendidas en Estados Unidos. "Ahora sé que tengo uno de los mayores éxitos en el mundo", confesó Master KG a la AFP, durante un concierto en Malawi. "Pero eso no cambia quién soy, mi visión del mundo y de la gente. Esto es música".
Se había grabado en el 2019, pero se hizo viral en medio de la pandemia, gracias al #JerusalemaChallenge en la aplicación Tik Tok. Sus iniciadores fueron un grupo de niños huérfanos del refugio ugandés Masaka Kids Africana, donde les dan comida, ropa, atención sanitaria y educación. En el video se les ve alegre, con movimientos perfectamente coordinados. Durante meses, cientos de anónimos en todo el mundo grabaron videos en los que salían bailando al ritmo de esta música y luego los compartían en las redes sociales. Hasta Cyril Ramaphosa, el presidente sudafricano, propuso a sus compatriotas participar en este reto.
El desafío llegó a los hospitales de Occidente, donde trabajadores sanitarios de hospitales de Italia, Estados Unidos o Australia, la utilizaron como terapia para levantar el ánimo a sus pacientes. Aunque su compositor dedicó la canción a la región donde nació, Limpopo, y fue escrita en lengua venda, la canción trasmite el espíritu ecuménico, y fraternal con que fue creada. Es una oración a la celestial Jerusalén, en estilo gospel. En la canción se dice: "Jerusalén es mi casa, sálvame y camina conmigo, no me dejes aquí".
Al respecto comentó Master KG :
“Creo que es una canción con la que mucha gente se siente identificada porque es espiritual. También es curativa, tiene un sentimiento curativo en ella cuando la escuchas. Y creo que especialmente durante estos tiempos a los que nos enfrentamos, que es la situación creada por el COVID-19, en la que el coronavirus nos ha afectado a todos por todo el mundo, tener una canción que es tan espiritual, trae algo a la vida. Trae algo al alma de la gente, ha revivido el espíritu de la gente, une a la gente, hace a la gente feliz en estos tiempos tan difíciles. Es una canción que quizás se ha convertido en el himno del coronavirus”.
Y como era de esperar las grandes disqueras no perdieron la oportunidad de sacarle una buena tajada a “Jerusalema”. Una de las tres grandes , la Warner Music, lanzó el 17 de septiembre del 2020, una versión que incluye estrofas en español, en la que colaboraron la colombiana Greeicy y el venezolano de 21 años, Micro TDH. Rápidamente, superó los 20 millones de vistas en YouTube.
Antes, se publicó el remix de la canción por el rapero nigeriano Burna Boy, figura emblemática del Afrobeat y uno de los que mejor se posiciona en la hegemónica plataforma de videos. En el verano del 2019, Burna Boy lanzó su cuarto álbum de estudio, African Giant; con el que mereció numerosos elogios y nominaciones en los Premios BET, Headies, MTV Europe Music Awards (EMA) y Soundcity MVP Awards. También fue nominado para un Grammy. La popular estrella africana, también estrenó en el 2020 el video “Wonderful”, donde se disfruta la coreografía de una típica danza local.
También devino en himno contra el Covid 19, aunque con un impacto más local, la versión que hiciera la artista beninesa Angélique Kidjo del clásico “Pata Pata” de Miriam Makeba. Sin cambiar los acordes, se modificó la letra para hacer un llamado a la higiene y a la protección, con estrofas como: "¡Es hora de sentarse, de no tocarse! Quédate en casa y espera. Tenemos que lavarnos las manos, así que no 'toca-toca' (...) No te toques la cara y mantén la distancia, por favor".
África goza de una música rica y diversa, tan extensa y variopinta como el continente mismo. Matriz nutricia de muchos géneros musicales en Europa y América. De Sudáfrica, además de la ya mencionada Miriam Makeba, se reconoce al grupo Ladysmith Black Mambazo Paul Simon y Oliver Mtukudzi. Del país de los griots, Mali, se menciona a la cantante Fatoumata Diawara y al guitarrista Ali Farka Toure. A los maestros de la kora Ali Farka y a los Diabaté, Toumani Diabaté, su padre Sidiki, su hermano Mamadou y su hijo. Los etipes Mulatu Astatke y Mahmoud Ahmed son otros de los grandes músicos del continente, exponentes del estilo ethio-jazz. El cantante Neway Debebe destaca por el uso del seminna-werq (“cera y oro”). De Senegal es Youssou N’Dour
Con el éxito de “Jerusalema” se rememoran otros artistas africanos que llegaron a los primeros números en las listas europeas; como el sudafricano Johnny Clegg con su “Asimbonanga” y el guineano Mory Kanté con “Yé ké yé ké”, en 1988, y el senegalés Youssou N’Dour a dúo con Neneh Cherry, con “Seven seconds”, en 1994.
Eran propuestas con fisonomía africana. Sin embargo, en los últimos años la tendencia predominante es la del afropop.
Entre los más contemporáneos se destacan Baloji (Congo / Bélgica), Afro B (Costa de Marfil / UK), Seinabo Sey (Gambia / Suecia), Elida Almeida (Cabo Verde), Mayra Andrade (Cabo Verde / Francia). Michael Kiwanuka (Uganda / UK), Petite Noir (Sudáfrica / Bélgica), Tiwa Savage (Nigeria), Victoria Kimani (Kenia / Estados Unidos), Shatta Wale (Ghana, 1984), Rayvanny (Tanzania, 1993), Sampa The Great (Zambia / Australia), Marwa Loud (Marruecos / Francia), Davido (Nigeria / Estados Unidos) y Aya Nakamura (Mali / Francia). Que como se observa en su mayota radican fuera del Continente.
En el Top 10 de los Videos más vistos en YouTube entre músicos africanos, del 2019, solo el sudafricano dúo de electro rap-reve Die Antwoord repetía con cuatro; uno de ellos con 227M de vistas. La verdad es que este controvertido dúo es más fácil identificarlo como holandeses que africanos, por su tatuada piel blanca y proyección zef, medio punk. El de más visualizaciones (262M) era “Magic In The Air”, del grupo marfileño Magic System, etiquetado en Aple Music como pop francés.
Por suerte hay de los que persisten con propuestas auténticas. Entre los que encontré en las redes uno de los que más disfruté por su poesía, conseguida con una minimalista animación, y por su atmosfera genuinamente africana fue el videoclip de “Avion”. del cantante malienses Afel Bocoum.
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