Se filtró a finales del 2019 lo que hoy ya es un hecho: Facebook Wacht encara a YouTube en el jugoso negocio de los videos musicales. Competencia que expresa lo que se ha venido comportando en los últimos años entre la compañía de Mark Zuckerberg y Google, por maximizar ganancias, plusvalía económica y subjetiva. Y como resultante más trascendente, mayor eficacia de las élites capitalistas de asignar valor simbólico (a las cosas y a los actos) y de naturalizar sus relatos, de colonizar territorios, cuerpos y mentes. Porque, como se ha demostrado, el todopoderoso video no solo atrae a grandes audiencias, sino que los hace sentir y actuar según esos sentimientos.
A partir del 1.o de agosto, Facebook comenzó a transmitir videos musicales por streaming, primero dentro de su plataforma en Estados Unidos. El catálogo musical se organizará por género, artista y hasta por estado de ánimo. Hasta ahora solo se podían usar clips cortos de canciones, pero a partir de este verano, los usuarios podrán ver videos musicales completos. Para ello, la red social buscó licencias con diferentes empresas y artistas. En diciembre pasado, Bloomberg informó que Facebook estaba en conversaciones para obtener licencias con Universal Music Group, Sony Music Group y Warner Music Group, específicamente sobre los derechos de sus videos musicales.
Al lanzar esta herramienta durante el mes de julio, la red social alentó a los administradores de páginas de artistas a que la autorizaran a subir automáticamente los videos musicales de sus páginas y perfiles. Para los que no lo hicieron antes del 1.o de agosto, Facebook creará una página de música oficial por separado que llevaría el nombre del artista seguido de la leyenda Música Oficial. Al activarla los artistas también le darán a Facebook el permiso para compartir información sobre el rendimiento de sus publicaciones y la interacción que recibieron. La experiencia para los usuarios que utilicen la plataforma se irá personalizando con el tiempo, según el tipo de artistas que sigan y los videos que vean. Lo que asegurará a la empresa su más importante fuente de ingreso, la venta de los perfiles de sus usuarios, nosotros. El dato estratificado de nuestros gustos musicales —que le regalaremos— será bien codiciado por las trasnacionales de la música.
Con esta jugada, alentada por las propias disqueras, Facebook emprende una carrera por destronar a YouTube como la meca de los videos musicales, donde los amantes y consumidores de la música han podido visualizar los videoclips oficiales, más diferentes versiones y mezclas de las producciones musicales. Facebook ha explicado a TechCrunch que cada vez que reciba un nuevo lanzamiento de una etiqueta de música, la página del artista compartirá automáticamente el video en la línea de tiempo de la plataforma; lo que hará que el nuevo video llegue a todos los feeds de noticias de sus seguidores.
Se publicita como una gran oportunidad para los artistas, pero solo cambiará la marca del cuchillo, muy poco los injustos patrones de distribución. Facebook y las disqueras sumarán mayores tajadas que los creadores musicales. Y los famosos, las marcas incluidas en los catálogos de las “tres grandes” (USW), tendrán siempre mayor visibilidad y cuotas de ganancias que los talentos emergentes. Por lo general, estos últimos, fidelizan a una comunidad poco heterogénea y localizada en muy pocos países, por tanto, de menor interés para las empresas.
Los “latinos” J. Balvin, Karol G, Sebastian Yatra, Alejandro Fernández y Calibre 50 serán algunos de los primeros artistas en estrenar contenido de video en la rival de YouTube. De acuerdo con la red social, la influencer y cantante venezolana, Lele Pons, estrenará el video musical de su nueva canción, al igual que el reguetonero panameño Sech, quien además de estrenar un nuevo video musical en Facebook realizará presentaciones en vivo con sus seguidores, mientras que la red social proporcionará stickers y añadirá la cuenta regresiva dentro de las historias y los grupos de fans.
La batalla por el video es una batalla por la publicidad, por la atracción de los consumidores. Según HighQ, solo incluir la palabra “video” en una línea de asunto del correo electrónico “aumenta las tasas de apertura en un 19%”. En enero de 2016, Facebook anunció que la gente mira alrededor de 100 millones de horas de video al día, al mes siguiente el CEO de Google recordó a los inversores que la audiencia de YouTube mira cientos de millones de horas de video todos los días. Según Cisco Forecast, el video representaba en 2017 el 69 % de todo el tráfico de Internet basado en el consumidor, porciento que ha aumentado. Por otra parte, Business Insider estima que la publicidad en video representará el 41 % del gasto total relacionado con pantallas de escritorio en 2020 en los EE. UU. Lo que explica por qué devino en un elemento crítico de las estrategias exitosas de marketing digital y un campo de disputa entre Facebook y YouTube.
YouTube llegó a ser el segundo motor de búsqueda de videos más grande después de Google, pero en 2014, Facebook logró superar las reproducciones de videos de YouTube, con mil millones de reproducciones más. La participación de la multiplataforma en el mercado de videos ha estado creciendo desde entonces, obligando a los especialistas en marketing de las empresas a reconsiderar dónde publicar sus videos publicitarios. YouTube tiene ventaja para ventas globales, Facebook para llegar a segmentos específicos de los consumidores, por la gran cantidad de datos demográficos e información personal (como intereses).
Facebook tiene más de 2000 millones de usuarios al mes y su hermana Instagram atrae a más de 1000 millones, siendo la red favorita de los famosos. Como se ha observado, los videos musicales están entre las tipologías de video que los usuarios de la red social comparten y con los que se comprometen, mayoritariamente. Más usuarios que lleguen a Facebook Watch por los videos musicales, significa más consumidores potenciales que también podrían estar expuestos a todos los contenidos de la multiplataforma; ofreciendo, al mismo tiempo, más oportunidades para que los anunciantes de Facebook lleguen a estos espectadores.
Aunque YouTube, informó recientemente que había pagado, en 2019, más de 3000 millones de dólares a la industria musical, las discográficas se han quejado por siempre de que la subsidiaria de Google no les paga lo suficiente, considerando la cantidad de música consumida en el sitio. Como Facebook no tiene la necesidad de centrar sus esfuerzos monetarios con los videoclips, puede ofrecer mejores dividendos a las discográficas y artistas independientes. Además, las trasnacionales de la música argumentan que YouTube ha sido demasiado flexible con las protecciones de derechos de autor. Sin embargo, de inmediato no podrán prescindir de sus servicios como valiosa herramienta de promoción de la música. Para más, según las normas actuales de derechos de autor, las versiones pirateadas de sus canciones probablemente proliferarían si se eliminaran las versiones legítimas.
Su salida total tampoco le conviene a YouTube, los videoclips constituyen una parte muy significativa de su audiencia, recuérdese que 7 de los 10 videos de YouTube más vistos de todos los tiempos son clips de música de artistas populares. Por eso, para aprovechar mejor la popularidad de los videoclips en su plataforma, la compañía ha desarrollado YouTube Music.
Es presumible que esta rivalidad impacte ostensiblemente en la forma y el contenido de los videoclips. No solo en su extensión, el formato y la relación de aspecto, a partir de su preferencia en una u otra plataforma, en pantallas de escritorios o en móviles. El incentivo monetario de atraer desde los primeros segundos determinará que cada vez se acerquen más al spot publicitario, puro product placement, y menos al cine de autor.
Serán muy raros los del tipo narrativo y las secuencias con construcciones poéticas. Predominará la profusión caótica de imágenes, hipercromáticas y provocativas, fragmentación que amaestrará un homo videns con menos capacidad de interconectar los signos y los datos, las noticias y los hechos históricos. Por demás, los dos gigantes tecnológicos emularán por más horas de reproducción y por tanto por menos horas para el estudio, las relaciones sociales no mediatizadas y menos descanso para los niños y jóvenes. También, por menor restricciones en el contenido, los filtros y censuras para los inapropiados o tóxicos.
La batalla apenas comienza, pero será entre “cabezones”, a los de abajo muy poco beneficio nos reparará en tanto proyecte sobre el consumo de videos musicales las mismas reglas de juego mercantilistas, impuestas en todo el sistema-mundo.
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