Control Interno en Cuba: se cierra el cerco a la corrupción (II y final)

En el año 1977, Fidel hacía una declaración que publicó Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, en la que exponía claramente cuál sería la postura de la Revolución ante el fenómeno creciente de corrupción: “La cuestión de la lucha por la legalidad, por la disciplina y contra los que delinquen contra la propiedad del Estado, tiene que ser muy firme y muy consecuente. No hay que limitarse simplemente a hacer declaraciones públicas o condenas morales del problema. Hay que hacer la condena moral, hay que hacer que se produzca una repulsa de la conciencia de la comunidad contra esos delitos...Hay que combatir el delito común con la educación y con la represión, con las dos cosas; con la ley y con la aplicación consecuente de la ley. Si no, resulta que habremos derrotado al imperialismo, y los ladrones casi nos van a derrotar a nosotros”.

Por su parte, Raúl, el 23 de diciembre del 2011, en el VIII Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, dijo: “Estoy convencido de que la corrupción es hoy uno de los principales enemigos de la Revolución, mucho más dañino que la actividad subversiva e injerencista del gobierno de los Estados Unidos y sus aliados dentro y fuera del país”. 

LA CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA DE CUBA

La Contraloría General de la República de Cuba, creada por disposición de la Asamblea Nacional del Poder Popular en virtud de la Ley N.o 109, del 1.o de agosto del 2009, tiene como objetivo esencial “ejercer la más alta fiscalización sobre los órganos del poder público, la administración de su patrimonio y la prevención y lucha contra la corrupción administrativa”.

Este es un órgano estatal que se subordina únicamente a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Asimismo, responde a los esfuerzos que hace el país en pos de eliminar la ilegalidad a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Las acciones de auditoría, supervisión y control de la Contraloría General de la República de Cuba constituyen un modelo estándar del Sistema de Control Interno.

Gladys Bejerano Portela, vicepresidenta del Consejo de Estado y contralora general de la República de Cuba, desde su designación ha supervisado, con el rigor necesario, que cada órgano, organismo, organización y entidad comprenda la necesidad de realizar con sistematicidad los autocontroles.

A pesar de todo hay muchos problemas por resolver…

EL ENEMIGO ESTÁ EN CASA

La Contralora General de la República resalta entre las causas de corrupción: “las fallas de la conducta de las personas y las fisuras en los sistemas de control, el insuficiente rigor en la selección de los cuadros y en la observación estricta de la conducta política y social de directivos, ejecutivos y funcionarios, así como que no se hacen análisis oportunos de los estados de opinión y planteamientos de los trabajadores al respecto”.

En el 2017 se efectuaron contralorías en 361 entidades, en las que se detectaron pérdidas económicas que ascienden a 1 057 065 000 pesos en moneda total, y 47 presuntos hechos delictivos en 33 entidades, 35 de ellos calificados como posibles hechos de corrupción. Finalmente se determinó que administrativamente 1265 personas tenían algún grado de responsabilidad y se aplicaron 1251 medidas, explicaron Gladys Bejerano Portela y Alina Vicente Gaínza, vicetitular de la entidad, en conferencia de prensa. 

Las acciones que se implementan en el presente año priorizan el seguimiento de las cadenas de impagos, pues existen innumerables deudas entre entidades de un mismo organismo, y la revisión de los inventarios.

Un caso reciente, que “demuestra que el fallo de los mecanismos de control, vigilancia y protección de una actividad” puede tener serias consecuencias para el país, lo denunció Granma. En él se habla del robo de combustible, de harina de trigo o cemento y de la destrucción de costosos silos.

Según este reporte, las cifras son realmente alarmantes: desde el 2017, “en el territorio que atiende la Empresa de Ferrocarriles Centro, radicada en Villa Clara, han sido dañados 403 silos de los usados para la transportación de cemento hacia la región oriental del país”. El hecho provocó no solo la paralización de los silos, sino la transportación de miles de toneladas de mercancías y productos como el cemento, de lo cual dependen cientos de obras vitales para el desarrollo de la nación, y fue resultado de “la desidia, la falta de sistematicidad en el trabajo y de coordinación entre los organismos encargados de velar por el cumplimiento del Decreto-Ley 348 de los Ferrocarriles”.

GESTIÓN Y PREVENCIÓN DE RIESGOS

Todos los casos anteriores se hubieran podido prevenir con la gestión y prevención de los riesgos, establecidas en las normas de control interno. En inspecciones realizadas anteriormente por la Contraloría General de la República, se reconoció la importancia de identificar dónde están las dificultades para el fortalecimiento del sistema de control. 

En el transcurso del proceso es necesario que cada empresa defina su plan de gestión y prevención de riesgos, y este camine de la mano de la exigencia administrativa.

Se debe hacer hincapié en sectores de la economía relacionados con la producción, distribución, comercialización y venta de alimentos y otros productos de alta demanda popular, que se vinculan con las necesidades básicas de la población y, aprovechándose de esa circunstancia, son propensas al nacimiento de cadenas delictivas y constituyen la base fundamental del abastecimiento al mercado ilegal.

En la Resolución 60 del 2011, vigente en Cuba en la actualidad, que deroga a las Resoluciones 297-03 y 13-06, se establece, en su sección segunda, la gestión y prevención de riesgos. En el artículo 11 plantea: “Una vez identificados los riesgos se procede a su análisis, aplicando para ello el principio de importancia relativa, determinando la probabilidad de ocurrencia y en los casos que sea posible, cuantificar una valoración estimada de la afectación o pérdida de cualquier índole que pudiera ocasionarse”. 

Pero en Cuba se precisa incrementar la cultura económica. Muchos de los especialistas encargados en estos temas no cuentan con la suficiente preparación; les resultan incomprensibles los términos y en múltiples casos no son economistas, por lo que encuentran muchas dificultades a la hora de elaborar los planes de prevención y cuantificar los riesgos asociados.

Por otro lado, no deben obviarse los riesgos asociados a la producción, uso y divulgación de la información, no solo la relacionada con el ámbito contable y financiero, sino también aquella que resulta de los procesos organizacionales y que, en un ambiente de opacidad administrativa, puede ser vulnerable para actos de corrupción.

La transparencia y la rendición de cuentas son eficaces para enfrentar la corrupción (Ilustración: Alfredo Martirena Hernández/ Cubahora).

El incumplimiento intencional o negligente del control por parte de las personas responsabilizadas en los diferentes niveles es una de las causas del desvío de recursos, sobornos y abusos de cargos. Prevenir y enfrentar la corrupción de forma integral y desde todos los ámbitos posibles sería una vía para enfrentar este mal que envenena a Cuba, país resistente, emprendedor y de hombres y mujeres muy valerosos.

Como dijo Fidel, es esencial unir educación y represión (según se necesite en cada caso). “Con la ley y con la aplicación consecuente de la ley”, aseguró el líder de la Revolución Cubana, a lo que el entonces fiscal general de la República de Cuba, Darío Delgado Cura, en el V Encuentro Internacional sobre la Sociedad y sus Retos frente a la Corrupción, le agrega: “De acuerdo con los principios de nuestro ordenamiento jurídico está definida la política del Estado y del Gobierno para prevenir y enfrentar los hechos de corrupción sobre la base del imperio de la Ley y la transparencia en el ejercicio de las funciones públicas y la participación ciudadana”. 

“Entre las medidas adoptadas para establecer y fomentar prácticas eficaces encaminadas a prevenir la corrupción, la Fiscalía ejerce el control de la legalidad, el ejercicio de la acción penal en representación del Estado, la lucha contra el abuso de poder, la corrupción y el enriquecimiento indebido y contribuye a la prevención del delito y las conductas antisociales”, explicó Delgado Cura.

Por lo planteado en la Resolución 60, los órganos, organismos, organizaciones y entidades deben cumplir con los principios básicos siguientes: legalidad, objetividad, división de funciones, fijación de responsabilidades, cargo (contrapartida o recepción) y descargo (la entrega de recursos) y autocontrol. Por esta obligación han estado rindiendo cuenta las empresas cubanas en la XIII Comprobación Nacional al Control Interno del 1.o de noviembre al 12 de diciembre del 2018.